Dice Agustín que se peca por intemperancia cuando se irrumpe sin moderación y cebándose en los manjares de la mesa de donde vienen los empachos no menos funestos a la salud que la misma hambre.
El presente ensayo o artículo de reflexión se centra sobre la idea de placer en el pensamiento griego antiguo, el cual se ha transformado no sólo en el baluarte del psicoanálisis, sino en la piedra angular de Occidente.