Existen dos corrientes filosóficas que nos ofrecen distintas formas de autoconocimiento y que sin embargo convergen en un mismo fin: la transformación de la vida psíquica del ser humano.
La melancolía ha sido comprendida popularmente como un estado de tristeza profunda en donde no hay interés por el mundo externo ni por uno mismo, en el que los sentimientos de minusvaloración pueden detonar terribles o incluso fatales consecuencias.