Revista de filosofía

Editorial Dossier Especial 6: Melancolía

3.26K
FUYUKO MATSUI, “SCATTERED DEFORMITIES IN THE END” (2007)

FUYUKO MATSUI, “SCATTERED DEFORMITIES IN THE END” (2007)

 

¿Te gusta la comida? ¿Consigues sentir su sabor? Cuando te despiertas por la mañana, ¿estas contento? ¿Estás contento durante el día? Y cuando te vas a la cama a dormir, ¿te encuentras bien?

Cuando ves a un amigo venir hacia ti, ¿te alegras? ¿Te fastidias? Cuando ves un paisaje, ¿se te mete dentro, te impresiona? ¿Y la música? Intenta pensar en el extranjero. ¿Te gustaría ir? ¿Te excita la idea? ¿O te preocupa?

¿Esperas con alegría el día de mañana? ¿Lo que sucederá dentro de tres días? ¿Y el futuro? ¿Te excita? ¿Te entristece? ¿Y ahora? ¿Te van bien las cosas ahora? ¿Estas contento contigo mismo?[1]

Cuando leí por primera vez estas palabras, recordé que hace algunos años me encontraba mirando un paisaje sin sentir nada. Frente a la reacción de la gente con la que estaba, me sentí comprometida a conmoverme y me obligué a sentir “algo hermoso”, porque imaginé que algo así debe sentirse cuando se mira un paisaje. Me acuerdo que derramé un par de lágrimas y me acuerdo que mi actitud me parecía ridícula. Ni siquiera podía actuar bien. En ese entonces, había tomado la decisión de volver a casa de mi mamá para invertir 6 horas al día en el camino a la universidad con la esperanza de que, al mover el cuerpo, pudiera mover de mi cabeza las sensaciones sobre las que se habla en los textos medievales del demonio meridiano: “Apenas este demonio empieza a obsesionar la mente del algún desventurado, le insinúa en su interior un horror del lugar en que se encuentra, un fastidio de la propia celda y un asco de los hermanos que viven con él, que le parecen ahora negligentes y groseros. Le hace volverse inerte a toda actividad que se desarrolle entre las paredes de su celda, le impide quedar en ella en paz y atender a su lectura; y he aquí que el desdichado empieza a lamentarse de no sacar ningún goce de la vida conventual, y suspira y gime que su espíritu no producirá fruto alguno mientras siga donde se encuentra”.[2]

Ahora entiendo que pasaba por lo que los alquimistas conocen como “nigredo”, la primera de las tres fases del proceso alquímico para producir la piedra filosofal. Entiendo que solo a través de la putrefactio, de la descomposición de todas las cosas por medio de los negros humores de la bilis, se llega a la materia prima, que es la sustancia básica de todo el universo[3] y, por lo tanto, donde se encuentra la capacidad infinita de creación.[4] Ahora entiendo por qué la verdad solo se encuentra en las tinieblas.[5] Por eso Acteón fue devorado por sus perros cuando encontró a Diana.[6] Por eso, como dijo Hesíodo, “primero tuvo origen el caos”.[7]

Así es como surge este Dossier Especial sobre Melancolía. Pretende ser un canto a la nigredo, asociada a Saturno, el dios que devoró a sus hijos. Pretende ser un manifiesto sobre la potencia infinitamente creadora de la melancolía. Disfruten recordando que la vida siempre germina en la obscuridad.

 

Editora invitada

Saraí Santos

Notas

[1] Fragmento de Amrita, de Banana Yoshimoto. Evité las comillas con el fin de producir un determinado efecto en el lector.
[2] La cita completa se encuentra en Agamben, G., Estancias. La palabra y el fantasma en la cultura occidental, Pre-textos, España, 1995, pp. 25-26.
[3] Cfr. Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 92.
[4] Cfr. Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 94.
[5] Cfr. ibídem, p. 130.
[6] Retomo el estudio sobre el mito de Acteón de Diego Rosas. Su artículo, titulado “Gérard de Nerval: la melancolía como puerta al furor poético”, forma parte de este Dossier Especial sobre melancolía.
[7] Cito la traducción de Jaeger sobre la que habla Salvador Pániker en Filosofía y mística: Una lectura de los griegos, p. 26.
(https://books.google.com.mx/books?id=Q9UgWf4MNB4C&pg=PA26&lpg=PA26&dq=en+el+principio+era+el+caos+jaeger&source=bl&ots=Xz2tbbjnMv&sig=o-RVEpRyTttJJZPgO_FGqZFIADQ&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwiI7avkzbjfAhULWa0KHaSID8IQ6AEwAHoECAsQAQ#v=onepage&q=en%20el%20principio%20era%20el%20caos%20jaeger&f=false), consultado el 24 de diciembre de 2018.