Resumen
El artículo aborda el estudio de la Ruta de la Amistad —obra emblemática de la escultura abstracta mexicana, fruto de la Olimpiada Cultural México 68— en dos momentos: uno al inicio, concretada su construcción en octubre de 1968 y, otro, cinco décadas después, cuando la construcción del Segundo Piso del Anillo Periférico obligó a las autoridades de la ciudad a promover la reubicación de muchas de sus piezas para evitar su pérdida. En la primera parte se indica el propósito inicial de la obra y se describen sus objetivos y características. En la segunda, se presenta un panorama actual, mostrándola como una Ruta renovada, integrada al paisaje circundante y comprometida con la conservación de su entorno espacial.
Palabras clave: Olimpiada Cultural México 68, Escultura abstracta, Ruta de la Amistad, Segundo Piso del Anillo Periférico, Mathias Goeritz, Escultura urbana.
Abstract
The article deals with the study of the Route of Friendship —an emblematic work of Mexican abstract sculpture, fruit of the Cultural Olympiad Mexico 68— in two moments: at the beginning, when the construction work was completed in October 1968 and, another, five decades later, when the construction of the Second Floor of the Peripheral Ring forced the authorities of the city to promote the relocation of many of its pieces to avoid their loss. In the first part it is indicated the initial purpose of the work and described its objectives and characteristics. In the second, a general overview of the work is described, showing it as a renewed Route, integrated with the landscape that surrounds it and committed about the conservation of its spatial environment.
Keywords: Cultural Olympiad Mexico 68, Abstract sculpture, Route of Friendship, Second Floor of the Peripheral ring, Mathias Goeritz, Urban Sculpture.
La Reunión Internacional de Escultores fue la sexta de 20 actividades culturales y artísticas que en su conjunto integraron la Olimpiada Cultural México 68 con la que nuestro país celebró, a lo largo del año 1968, los primeros Juegos Olímpicos organizados en el ámbito hispanoamericano. El fruto de dicha reunión, la Ruta de la Amistad —proyecto del escultor Mathias Goeritz— significó la concreción de un sueño largamente acariciado por los artistas urbanos, relativo a dotar al funcionalismo vinculado con la construcción de una vía de alta velocidad de las cualidades del arte abstracto, con el propósito no sólo de pugnar a nivel mundial por el establecimiento de un diseño vial y carretero moderno emocional planificado artísticamente, sino, además, testimoniar la celebración por la paz y la concordia entre los pueblos del orbe, combinando la estética monumental y abstracta con el uso de la autopista suburbana.
Lo anterior trasciende para la historia del arte mexicano a partir del siguiente contexto. Las autoridades capitalinas encargadas de organizar la XIX Olimpiada, a efecto de compensar la limitada capacidad de lucimiento que le depararía al país el enfrentarse deportivamente a las potencias, aprovecharon la justa olímpica para realizar diversas actividades no deportivas que le permitieran a México mostrarse ante el mundo como una nación que, siendo capaz de realizar con éxito una festividad de semejante importancia, era también protagónica a nivel mundial en el plano cultural como una nación amante de la historia, de las tradiciones y del arte en todas sus manifestaciones. En dicho propósito la Ruta de la Amistad ocupó, de todas las disciplinas que en su conjunto integraron la Olimpiada Cultural, un lugar preponderante.
Y si bien la idea original que vio nacer a la obra conjunta inició como un ejercicio de integración plástica entre escultura y arquitectura que tendría como verificativo el espacio interior de la recién construida Villa Olímpica, luego de varias propuestas y con la determinante anuencia del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, presidente del Comité Organizador y uno de los hombres más creativos en contribuir al desarrollo de nuestro país durante la segunda mitad del siglo XX, la obra definitiva finalmente logró concretarse en derredor de un insólito y cautivador escenario suburbano ubicado al sur de la Ciudad de México, ajeno a cualquier lugar común, sobre un segmento de 19 kilómetros de longitud de una funcional autopista de alta velocidad enclavada en medio de una gran extensión rodeada de verdes campos de cultivo y suelos de roca volcánica —el Anillo Periférico Sur— con el cometido de embellecerla plásticamente.
Dicho segmento conectó a la avenida San Jerónimo —una importante vía de acceso al Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria— con la zona suburbana de Xochimilco, donde se construyeron el Canal Olímpico de Remo y Canotaje de Cuemanco y la unidad habitacional del conjunto de Villa Coapa, esta última utilizada temporalmente como residencia para jueces, prensa y funcionarios de los Comités Olímpicos participantes. El proyecto de embellecimiento surgido a raíz de la Olimpiada incluyó la construcción de 19 esculturas monumentales de concreto, recubiertas con pintura de vivos colores, integradas visualmente a lo largo del perímetro de la autopista al paisaje natural circundante del Pedregal de San Ángel y de los humedales del sector Tlalpan-Coyoacán-Xochimilco, al sur de la ciudad.
Ubicada la Villa Olímpica como el centro del recorrido y marcando como el inicio del mismo la ex glorieta de San Jerónimo y como su final el Canal de Cuemanco, el proyecto dispuso que a las esculturas se les emplazara del lado derecho del automovilista, sobre terrenos de propiedad federal, de manera que los espectadores pudieran observarlas desplazándose sobre vehículos en movimiento, circulando a una velocidad promedio de 70 kilómetros por hora, a manera de que los monumentos se mostraran ante los espectadores a intervalos aproximados de entre uno y dos minutos de separación.
El objetivo de la obra le concedió un gran énfasis al espíritu de convivencia que trajo la celebración, logrando que en el proyecto participaran artistas de los cinco continentes representando a todas las razas e ideologías. La condición de diseño para los invitados fue el lenguaje abstracto de las esculturas, el uso del concreto como material de construcción y la escala monumental. Por su parte, la ubicación de los monumentos y la aplicación de color sobre sus superficies fueron, en la mayoría de los casos, atributos que Goeritz en lo personal se auto concedió, haciendo uso de una gran libertad y de un exceso de autoritarismo, que él mismo justificó al calificarlo de necesario y conveniente ante tan especiales circunstancias.
Fueron pocos los artistas que proyectaron sus respectivas propuestas conociendo el emplazamiento específico que éstas tendrían dentro del Periférico, así como las condiciones particulares del entorno circundante. Para concretar el reto que significó su acomodo dentro del escenario general, Goeritz se apoyó en las recomendaciones del escultor, fotógrafo y diseñador de la Bauhaus, Herbert Bayer —invitado personalmente por Goeritz para que estuviera presente en México durante distintos momentos de la construcción de la obra, desde la planificación definitiva hasta su conclusión—, de manera que juntos, al alimón, resolvieron el ordenamiento de los monumentos congeniando su tamaño, forma general, color, el país de procedencia y el lenguaje abstracto que les fue propio y distintivo, ya fuera éste de naturaleza orgánica o bien de orden geométrico. Para acrecentar los efectos del impacto de las piezas sobre la percepción de los espectadores, ambos buscaron que a lo largo de los recorridos las visuales hicieran lucir las esculturas a distancia, a modo de lograr que, de noche, mediante los efectos lumínicos de la luz artificial, los escenarios espaciales comunes al entorno de cada pieza quedaran aún más dramatizados.
Fue también decisión de ambos que la representación de México abriera y cerrara el recorrido con las esculturas de Ángela Gurría y de Helen Escobedo, e igualmente que la representación de Bélgica, con la obra de Jacques Moeschal —el escultor con mayor prestigio y reconocimiento entre todos los que fueron convocados al certamen— ocupara el lugar de honor, concediéndole la plaza central de Villa Olímpica y el derecho a ostentar la mayor altura de todas las piezas del conjunto, con 20.5 metros de elevación. Valga señalar que previo a la construcción de este monumento, por decisión del gobierno federal, dicho lugar dentro de la plaza central de Villa Olímpica lo ocupó un busto de relieve en bronce del cura Miguel Hidalgo, Padre de la Patria, quien así le dio nombre a ese conjunto, de manera que la obra de Moeschal se colocó fuera de los edificios, hacia el perímetro de aquella instalación, en las proximidades del cruce de la avenida de los Insurgentes con el Anillo Periférico.
A cada uno de los trabajos individuales el Comité Organizador les asignó el nombre de Estaciones, les otorgó un número consecutivo y los identificó mediante una cédula puesta al pie de cada monumento con la indicación del país participante acompañada del nombre del escultor. Además, al momento de su construcción, los organizadores, ya fuera porque así decidió hacerlo el propio artista o bien como consecuencia de la iniciativa y de la creatividad de los habitantes de la ciudad inspirados en la naturaleza de las formas que les ofrecían los diversos monumentos, a varias de las esculturas se les otorgaron nombres que las identifican desde entonces.
El recorrido de norte a sur por el que discurrió la Ruta de la Amistad desde su creación hasta la construcción del Segundo Piso del Periférico en el año 2012, fue el siguiente: Estación 1 presencia de México con Señales de Ángela Gurría en la glorieta de San Jerónimo; Estación 2 presencia de Suiza con El Ancla de Willi Gutmann a 1 kilómetro de la Estación 1, sobre el camellón del Anillo Periférico; Estación 3 presencia de Checoslovaquia con Las Tres Gracias de Miloslav Chlupac a 1.5 kilómetros de la Estación 2, sobre el camellón del Anillo Periférico; Estación 4 presencia de Japón con Esferas de Kiyoshi Takahashi a 600 metros al sur del cruce del Periférico con Avenida Picacho; Estación 5 presencia de Francia-Hungría con Sol Bípedo de Pierre Széquely en la isla del cruce del Periférico con Boulevard de la Luz; Estación 6 presencia de Uruguay con Torre de los vientos de Gonzalo Fonseca, en una isla del cruce del Periférico con Cerro de Zacatépetl; Estación 7 presencia de Italia con Hombre de paz de Costantino Nivola, en el trébol formado por el cruce de Avenida Insurgentes con el Anillo Periférico, próximo al acceso de Villa Olímpica; Estación 8 presencia de Bélgica con Disco solar de Jacques Moeschal a un costado del acceso a Villa Olímpica, en la margen poniente de Avenida Insurgentes; Estación 9 presencia de Estados Unidos con La rueda mágica de Todd Williams dentro de Villa Olímpica, junto al Club Internacional; Estación 10 presencia de Polonia con Reloj solar de Grzegorz Kowalski en el trébol formado por el cruce de Anillo Periférico con Insurgentes; Estación 11 presencia de España con Homenaje a México de Joseph María Subirachs en el trébol formado por el cruce de Periférico con Insurgentes; Estación 12 presencia de Australia con Janus de Clement Meadmore a 800 metros de la Estación 11, del lado norte del Periférico; Estación 13 presencia de Austria-Estados Unidos con Muro articulado de Herbert Bayer a 2 kilómetros de la Estación 12 del lado norte del Periférico, próxima a la salida al Estadio Azteca; Estación 14 presencia de Holanda con Tertulia de gigantes de Joop Beljon en la bahía noreste del Periférico, en su cruce con el Viaducto Tlalpan; Estación 15 presencia de Israel con Puerta de paz de Itzhak Danziger del lado norte del Periférico a 800 metros del cruce con Calzada Xochimilco; Estación 16 presencia de Francia con la escultura de Olivier Seguin (sin título) a 1.2 kilómetros de la Estación 15 en el camellón norte del Periférico; Estación 17 presencia de Marruecos con Charamusca africana de Mohamed Melehi en el camellón norte del Periférico frente a la Calzada Acoxpa; Estación 18 presencia de México con la escultura de Jorge Dubón (sin título) en el estacionamiento de la Pista de Remo y Canotaje de Cuemanco, Xochimilco y, finalmente, Estación 19 presencia de México con Puertas al viento de Helen Escobedo en el camellón norte del Periférico frente a la salida al Canal de Remo y Canotaje de Cuemanco.
A partir del año 2010 y no obstante que el escenario urbano de la Ruta de la Amistad padeció casi desde sus inicios diversas circunstancias que pusieron en peligro no sólo la conservación de la obra integral, sino la permanencia de algunas de las esculturas, la construcción del Segundo Piso del Anillo Periférico le significó el más inminente riesgo de desaparición, situación que llevó al Fondo Mundial de Monumentos (WMF) a incluirla en la lista de 67 lugares considerados patrimonio histórico, artístico y cultural en peligro de pérdida de 41 países dispersos por el planeta.
Para entonces la obra ya había logrado concretar atributos importantes que no sólo justificaban su conservación, sino que demandaban con urgencia su salvaguarda como patrimonio cultural y artístico de México. Entre ellos su valor de unicidad; su condición como la más importante concreción artístico-cultural aportada por unos Juegos Olímpicos Modernos; su pluralidad incluyente al haber aglutinado a un gran número de escultores representantes de la realidad mundial trabajando para un mismo propósito común, la celebración de la paz; el embellecimiento de la ciudad sede; su calidad plástica lograda tanto por la belleza del escenario que las aglutinó como por el valor artístico y significativo que las propias esculturas poseyeron en sí mismas; y su importancia por poner a México en un lugar destacado al haber aportado una obra colectiva de gran significado para la escultura urbana a nivel mundial.
Gracias a esto, las autoridades mexicanas, en su decisión de concretar la construcción de la autopista de cuota urbana sur o Segundo Piso del Periférico, estuvieron obligadas a crear un plan de protección integral de salvaguarda para las esculturas. Dicho plan resolvió que Señales, El ancla, Las tres gracias y Esferas junto con Janus y Muro Articulado se trasladaran al trébol de avenida de los Insurgentes con el cruce de Anillo Periférico Sur, sitio en cuyo derredor se ubicaron desde un inicio las esculturas de España y de Polonia y lugar en donde se reubicó en el pasado la escultura de Italia. Y, aunado a ello, que las esculturas Puerta de Paz, Estación 16, Charamusca africana junto con Puertas al Viento se trasladaran a la glorieta formada por el cruce Viaducto Tlalpan con el Anillo Periférico, sitio donde desde un inicio se localizó Tertulia de Gigantes.
Valga precisar que conforme al plan inicial a 5 años establecido por el Fondo Mundial de Monumentos (WMF) y bajo la supervisión y vigilancia del Patronato Ruta de la Amistad, en ambos emplazamientos se realizan desde entonces importantes trabajos de ecología promovidos por el propio Patronato en coordinación con el Comité de Salvamento de las Esculturas a efecto de crear, también, los Jardines Nativos del Pedregal en el entorno mismo donde quedaron alojadas las esculturas.
Mediante la protección que hacia el futuro proporcione la necesaria y urgente normatividad que hace falta diseñar para asegurar la conservación definitiva de las esculturas olímpicas, la estrategia trazada con motivo del desplazamiento de las esculturas convierte a la Ruta de la Amistad, al día de hoy, en un corredor verde que, sumándose a la reserva ecológica de la Universidad Nacional Autónoma de México y al parque ecológico y arqueológico de Cuicuilco, evitará que el nuevo espacio de la Ruta de la Amistad y de su entorno resulte perturbado. Así, las esculturas olímpicas son promotoras de la conservación del paisaje de lava del Pedregal y de los humedales con los campos de cultivo de alfalfa que de un inicio la cobijaron, pasando de ser un corredor de apreciación a distancia para los automovilistas, a un espacio de conservación patrimonial asequible a todos quienes quieran recorrerla en bicicleta o a pie.
Bibliografía recomendada
- Fernández, Raymundo, “The Route of Friendship. A Testimony to Mexico City’s Aesthetic Modernity”, Voices of Mexico. Art and Culture, No. 82 (May-Ago. 2008), pp. 33-43.
- _______, “La Ruta de la Amistad. Un escenario escultórico y urbanístico que nació en 1968”, Relatos e Historias de México, Año VI, No. 62, pp. 68-77.
- _______, “La Ruta de la Amistad en la Olimpiada Cultural México ‘68” (Tesis de Maestría en Historia del Arte, UNAM, 2005.), en TESIUNAM Digital (http://oreon.dgbiblio.unam.mx.0350015.pdf),
- Goeritz, Mathias, “La Ruta de la Amistad” en Leonor Cuahonte (comp.), El Eco de Mathias Goeritz, Pensamientos y dudas autocríticas, México, UNAM-IIE, 2007.
- Kassner, Lily, “La Ruta de la Amistad” en Mathias Goeritz. Una biografía. 1915-1990, México,
- CONACULTA/INBA, 1998.
- Krieger, Peter, “Construcción visual de la megalópolis México” en Issa Ma. Benítez (ed.), Hacia otra historia del arte en México. Disolvencias (1960-2000), México, CONACULTA/Curare, 2004.
Nota
[1] Ponencia presentada en el coloquio “1968: una mirada estética a 50 años”, celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en febrero de 2018.