El capitalismo contemporáneo ha contribuido profundamente en los últimos años a la alteración no sólo de los ciclos de la naturaleza, sino también al sentido de salud y existencia.
En este trabajo se argumenta que la enfermedad, tal como sucede con el ‘ser-arrojado’ heideggeriano, vuelve inestable al sujeto que la padece y le muestra la existencia en un estado de desnudez que lo hace náufrago de su propia vida.