El capitalismo contemporáneo ha contribuido profundamente en los últimos años a la alteración no sólo de los ciclos de la naturaleza, sino también al sentido de salud y existencia.
Desde diversos abordajes, el presente ensayo intenta explorar la cuestión del aborto, la idea de la multiculturalidad y la falta de hospitalidad hacia ese otro no deseado que ha fagocitado el terrorismo moderno. Sostenemos la tesis de que el self moderno tiene serios problemas para comprender y aceptar la alteridad, sobre todo cuando ésta es impuesta.