El cuerpo para san Agustín I: en los “diálogos filosóficos” del 386
Para san Agustín el cuerpo es parte de lo que Dios creó, por lo tanto, es bueno (no hay en él maldad) y parte integral de la persona. No obstante, el Obispo de Hipona en sus primeros libros (Diálogos filosóficos del 386: Contra Académicos, Acerca de la vida feliz, Acerca del orden, Soliloquios) no dejará de acentuar que el alma es mejor y más excelente que el cuerpo.