Revista de filosofía

María de las Mercedes

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ADAM MARTINAKIS

ADAM MARTINAKIS

–Aquí, al hospital psiquiátrico, he venido tres veces, pero nunca me había internado, es que desde como a los once o doce ya me rayaba los brazos, descubrí que cuando estaba triste el dolor me quitaba el dolor. (Es como la medicina homeopática, pienso yo, un clavo saca otro clavo).

Mercedes es una muchacha dulce y hermosa, aparenta unos dieciséis años. Es blanca, delgada, de pelo lacio y ojos expresivos.

–Cuando me siento triste me da miedo porque poco a poco me sumerjo más en el dolor y ahorita me sentí así, por eso quise hablar con usted. Fíjese que hace ocho meses intenté ahorcarme, esa vez sí me quería morir, pero llegó una compañera y me salvó, eso fue allá en el pueblo donde vivo. La psicóloga dice que estoy bien y la maestra de pintura también me ha ayudado, pero yo como le dije, me sigo sintiendo triste. Desde los doce empecé a vestirme diferente, fue desde que noté que me gustaban las mujeres y como mi familia me veía rara, empezó a decirme cosas horribles como: “miren ahí viene la emo, la darketa, hay que matarla”; y me mandaban al rincón, y por eso lloraba y me cortaba, ya se lo dije.

ADAM MARTINAKIS

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–Mi mamá no me quiere, nunca me ha querido, hasta me quiso matar; ella trabaja en un bar y nunca me ha cuidado, a mis hermanos tampoco, dice que nos deja libres, pero cuando se enteró de que yo andaba con una, me quiso matar; aunque antes dijo que era de amplio criterio, todos en la casa me mal miraban y yo me sentía muy mal.

»A los quince fue que se enteró y me corrió de la casa, pero antes me quitó el celular y me rajó la cabeza, agarró un cuchillo y me dijo que me iba a matar pero mi abuelita me dio una mochilita y me ayudó a salir. Me fui a casa de Ana, así se llama mi pareja y sus papás me aceptaron. El papá habló conmigo al día siguiente y me aconsejó regresar con mi mamá, fui con mucho miedo, pero ella me corrió definitivamente, me dijo que si me había ido no podía volver.

»Los padres de Ana tienen un comedor así que económicamente están bien y me dejaron quedarme ahí tres años y medio, hasta que acabé la prepa. Después ella y yo nos vinimos a Villahermosa para trabajar y estudiar y poco a poco me fui sintiendo bien, pero un día nos avisaron que los habían matado, yo creo que les tenían envidia, ese día fue terrible, hubo una balacera en su restaurante, yo estaba enferma y no pude acompañar a Ana, nunca me despedí de ellos que fueron tan buenos conmigo y eso también me puso triste.

ADAM MARTINAKIS

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–Cuando me fui de la casa mi mamá quemó mi ropa y hasta el ropero que era mío y dijo que yo para ella estaba muerta y que ella para mí también estaba muerta. Pero fíjese alguien me dijo que de las hijas peores salen las mejores y ahora soy la única que le manda dinero a mi mamá que se volvió cristiana y hasta me viene a ver.

»Mi hermano el mayor me tocaba en las noches y yo me quedaba callada, no sabía que hacer —¿ya le dije que mi mamá nunca nos hacía caso? creo que sí—. A la que sigue de mí también la tocaba y ésa si le dijo a mi mamá, pero no le creyó porque no hizo nada.

»Yo cuando estudiaba tenía una beca porque era muy aplicada y mi mamá se quedaba con el dinero porque éramos muy pobres y todos teníamos que comer, eso lo comprendo. Mi papá la dejó cuando yo estaba tiernita y ahora hasta se hace cargo de un nieto, se las ve duras. Mi hermana la que me internó, la que me viene a ver, le ha dejado tres niños a mi mamá. Hace como dos meses mi mamá me pidió que le diera asilo en la casa donde yo vivía con Ana, intenté explicarle que no podía porque ahí había otras personas que nos dejaban posar y no nos cobraban renta, pero ella dijo: “hazlo por tu hermana y sus hijos, te necesita”. Pero mi hermana se va y se emborracha, no entiende. El caso es que no puedo decirle que no a mi mamá y nos cambiamos a una casa de renta para que ellos fueran a vivir con nosotras, pero ella a sus hijos los ha encargado con sus cuñadas, nomás uno se quedó con mi mamá y eso a mi no me gusta, por eso me corté, me duele lo que les pasa a los niños…

ADAM MARTINAKIS

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–Yo trabajo en una pollería y le mando a mi mamá para el niño que ya va a la primaria, soy muy activa.

»Desde que me corté, porque esta vez en verdad no me quería matar, Artemisa, mi hermana me trajo para acá; ese día todos se separaron, ella corrió a Ana de la casa y se quedaron con las cosas Artemisa y su marido, usaban todo lo mío, la ropa, el celular. Ana solo pudo agarrar un poco de lo que era mío cuando se fue, pero ya me vino a ver y se que está bien. La que nunca volvió fue mi hermana.

El viernes pasado me topé con Mercedes que salía alegremente del hospital con un montón de mujeres, pudimos despedirnos y me quedo pensando ¿quién es la loca?

 

13 de abril de 2012