Revista de filosofía

Deconstrucciones Hispánicas

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Eduardo Subirats

El texto de Subirats es un trabajo riguroso y fundamentado con un aire y pretensión provocadora. El libro nos insta, desde sus primeras páginas, a pensar un hispanismo distinto, por llamar de manera generalizada a la cultura desarrollada en la península ibérica y América Latina. Como bien delata el título de la obra, se trata de la deconstrucción de la idea de hispanismo que durante mucho tiempo se ha arraigado en nuestra tradición y, como consecuencia, deja ocultas otras formas de pensamiento: filosofías, obras de arte, literatura, etcétera, marginadas por una tradición que trae consigo el apogeo de la religión judeocristiana y la exaltación del régimen nacional católico de los tiempos de Franco, pues olvida y deja de lado tradiciones como la árabe y las culturas precolombinas.

EDUARDO SUBIRATS

EDUARDO SUBIRATS

Eduardo Subirats habla sobre los relatos y hechos que han forjado la historia de Europa, particularmente narra cómo se ha formado la identidad española por encima de las culturas de la península ibérica. Así, leemos de letras varias: de la Europa de Dante, de Luther, de Cervantes, de Kant o de Copérnico. Por su parte, Subirats nos muestra una Europa a los ojos de Judah Abravenetel o Leone Hebreo, de Ibn Rushd (occidentalmente llamado Averroes), José María Blanco White o incluso del Inca Garcilaso, autores que para muchos resultan desconocidos y a la sombra de los primeros mencionados.

En la primera parte, el autor describe el mito del nacionalismo hispano y, con éste, los tres grandes acontecimientos que marcaron la historia de España —“[…] la aniquilación del reino islámico de Granada, la expulsión de los hispanojudíos y la conquista de América”—,[1] hechos que generaron, a pesar de la diversidad cultural, una identidad española homogénea. Para Subirats esta identidad traería consigo el crecimiento y consolidación del imperio español, por una parte, y, por otra, el aniquilamiento y desprecio del resto de las tradiciones y culturas territorialmente allanadas en el mundo hispano. Cuestión que repercute, a los ojos del autor, en las dinámicas académicas y de producción intelectual, es decir, culturalmente el mundo académico de habla hispana ha ido incorporando y legitimando formas de producción intelectual que reflejan un apego centralista-occidental a las ideas de España. En este contexto el propio Subirats sostiene:

“[…] no deseo disimular mi profundo desprecio por el melodrama intelectualmente trivial que ha distinguido a las prosas españolas de mayor altura, de Unamuno a Ortega, y un vasto linaje de epígonos que han medrado a sus espaldas […] no descuento aquellos profesores de la academia española que creen poder escapar de esos dilemas de su atraso por convertirse en defensores fanáticos y reproductores de las corrientes de moda de última hora, ayer Sartre, hoy Foucault y mañana cualquier otro”.[2]

De este modo, Subirats refiere la situación académica del mundo hispánico actual. Esencialmente describe una sensación de angustia y desprecio por aquellas formas académicas, ortodoxas y hasta escolásticas que tienen muchos de los intelectuales hoy día: se exaltan y repiten otras filosofías extraídas ya sea del mundo francés, germano o anglosajón, o de aquellos pensadores que concuerdan con el régimen ideológico del nacional-catolicismo español. En otras palabras, Subirats hace una crítica al academicismo hispano; para él, la producción académica y repetición de autores, por una parte, no genera identidad cultural y filosófica y, por otra, olvida y margina formas de pensamiento distintas.

EDUARDO SUBIRATS

EDUARDO SUBIRATS

Así es como dedica un capítulo entero al pensamiento, vida y obra del intelectual José María Blanco White, un autor olvidado por casi dos siglos. En un tono anecdótico, Subirats describe a este autor como un filósofo marginado, según él: “Blanco White es el único intelectual filosóficamente consciente del siglo diecinueve español. Un escritor que cobra maravillosa dimensión contemporánea porque fue un reformador religioso en una cultura española resistente a todas las reformas que el cristianismo europeo ha experimentado”.[3] Blanco White es descrito como un delator de su tiempo, puesto que en la mayoría de sus escritos —generados y publicados por sus propios medios—, dados a conocer por la revista El español, se descubre como un pensador que denuncia el fracaso en el que se había atrapado la Revolución española, así como un intelectual que le hacía frente a su realidad por medio del pensamiento en un ambiente impregnado de una intolerancia religiosa.

Además del escenario concretamente español y europeo, Subirats reflexiona sobre Latinoamérica: “Tres miradas sobre América Latina”, “Las dependencias poscoloniales de América Latina” y “Viaje al final del paraíso” son apartados que lo evidencian. El autor distingue al menos tres Américas para hablar desde México hasta Argentina. La primera mirada está inevitablemente ligada a una España imperial y cristiana, que ha heredado los mismos males y vicios de la península ibérica: se trata de una vista colonial y poscolonial de América Latina. La segunda tiene que ver con la América “[…] antiescolástica, empirista, racionalista, y tecnocientífica”,[4] que es la representación empírica y democrática de América, es decir, una visión enfocada en la apuesta tecnológica y científica del positivismo latinoamericano, que muestra al Nuevo Mundo como un horizonte lleno de oportunidades guiadas hacia una idea de progreso. La tercera perspectiva tiene que ver con una mirada hermenéutica y reflexiva sobre las “lenguas y culturas destruidas en nombre del universalismo cristiano e imperial. Una visión marginada e ignorada”.[5] Se trata de una mirada particularmente sostenida por el intelectual Inca Garcilaso, quien propone una restauración de origen reflexivo sobre las culturas, mitos y religiones de los pueblos originarios de América. La poesía y el arte son los principales puntos de vista de esta mirada. Finalmente, Subirats dedica la última parte de este texto a exaltar la necesaria deconstrucción del hispanismo, tanto en la península ibérica como en América latina. Con ello, evidencia la crisis que viven las humanidades en ambos lados del atlántico. En consecuencia, “Las humanidades en una edad de destrucción” es un capítulo que responde a la necesidad de devolver a la sociedad su conciencia.

Según el autor, en buena medida se debe al paso acelerado del neoliberalismo, que ha sumido a las humanidades en un mundo cargado de excesivo pragmatismo. Las humanidades tienen que reavivarse a partir de la diversidad de culturas, de la comunidad y diálogo constante con múltiples formas de expresión; por el contrario, se desprestigian cada vez más si caen a merced constante de los poderes técnicos y económicos. Para finalizar su texto, cierra con el epílogo: “Pasado sin futuro y futuro sin pasado”, donde hace explícita la situación actual en la que se encuentra la sociedad intelectual. Al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre la figura del intelectual de hoy día como punto de partida para repensar un hispanismo distinto.

Para Subirats “hubo humanistas inmortales en la península ibérica y en América, como Cervantes, el Inca Garcilaso o los hermanos Valdés, pero los que no vivieron una suerte de exilio, murieron en las mazmorras o en las hogueras de la inquisición”.[6] El intelectual de hoy día —dicho en palabras del autor: el homo academicus—,[7] parece tener cualidades distintas, muestra estar subsumido a las dinámicas políticas y económicas globales. Como tal, cada vez le es más complicado comunicarse entre sí, más allá de los lenguajes especializados y administrativos. Por otro lado, este homo academicus no logra comprender completamente su papel frente al desarrollo de fenómenos y desastres como las amenazantes guerras nucleares, el calentamiento global o las manipulaciones genéticas; no logra asir el infundado desarrollo tecnológico y científico con el papel humanista del intelectual. Seguimos pensando en términos de un progreso excesivo que promete un mundo cada vez mejor.

En suma, se trata de un texto provocador que no pasa desapercibido por cualquiera que se asuma como intelectual, menos aún, en el actual horizonte hispano. Subirats nos invita a pensar y a deconstruir un hispanismo que ha sido marginal desde sus orígenes, nos convoca a revisar otras letras e ideas más allá de las repetidas o generadas al interior del mundo académico. Con ello abre paso para pensamientos y filosofías cada vez más marginadas por el régimen sistémico y económico global.

 

 

Bibliografía

  1. Subirats, Eduardo, Deconstrucciones hispánicas, Edaf, Puebla, 2014.

 

Notas

[1] Subirats, Deconstrucciones hispánicas, ed. cit., p. 37.
[2] Ibid., p. 181.
[3] Ibid., p. 68.
[4] Ibid., p. 99.
[5] Ibid., p. 102.
[6] Ibid., p. 129.
[7] Ibid., p. 139.