Revista de filosofía

Editorial #51

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El número “Hojear el siglo XX: revistas culturales latinoamericanas II” de la revista Reflexiones Marginales, coordinado por María Andrea Giovine Yáñez, es el resultado del segundo coloquio organizado con ese título en el marco de las actividades del Seminario Permanente de Investigación Sobre Revistas de América Latina (ESPIRAL), con sede en la UNAM. Los artículos reunidos ahora, junto con los publicados previamente en el número 41, de 2017, son ejemplo del crecimiento sostenido de un área de estudios que en América Latina empezó a expandirse hace dos décadas y que, lejos de disminuir su interés como suele ocurrir con las novedades pasajeras, merece cada vez mayor atención por parte de especialistas de diversas disciplinas. La investigación de las revistas requiere de una disposición a la apertura, tanto en lo que se refiere a la perspectiva disciplinar como cultural-territorial. Porque sin duda el estudio de las revistas se enriquece notablemente con enfoques que, partiendo de ciertos saberes específicos –la historia literaria, la historia del periodismo, las artes visuales, el diseño gráfico, entre otras–, se animan a atravesar –al menos en parte, tentativamente– las fronteras disciplinares para pensar las revistas como objetos complejos y heterogéneos. La apertura se amplía y se enriquece aún más cuando se traspasan las fronteras nacionales para pensar, junto con los componentes locales de las revistas, los transnacionales, dado que en la confluencia de ambos se comprenden mejor las formas de producción y lectura, los soportes y formatos impresos, los géneros textuales, los modos de incorporación de imágenes impresas, las redes intelectuales implicadas, entre tantos otros aspectos.  

El título del número “Hojear el siglo XX: revistas culturales latinoamericanas II” me lleva a retomar desde ahí el hilo de una pequeña reflexión[1] iniciada en otros dos coloquios sobre publicaciones periódicas que tuvieron lugar en el cono sur del continente, en la chilena Universidad de Talca y en la argentina Universidad Nacional de La Plata. Continúo ahora imaginariamente hacia el norte para compartir con colegas y estudiantes de la UNAM esas breves Reflexiones marginales sobre un aspecto particular de nuestro objeto de estudio.

Propongo empezar por lo más evidente. “Hojear” una revista supone mover o pasar frente a nosotros sus hojas para ponernos frente a lo que ellas dan a ver y a leer. Para sus lectores y lectoras “hojear” una revista supone usarla como una de las cosas que ella es en tanto objeto: un dispositivo de exposición. Se trata de una dimensión particular, uno de sus rasgos definitorios, su dimensión exhibitiva. Porque ellas son entornos para poner a la vista, periódicamente, materiales en el ámbito público. Al margen de sus propósitos declarados, las revistas y las publicaciones periódicas en general, intervienen de manera efectiva en el reparto de lo visible y lo legible en la esfera pública y en el mercado de bienes simbólicos. Este aspecto tiene un correlato en la publicidad, cuya emergencia histórica coincidió con la de la prensa, facilitando la promoción de bienes y servicios junto a los textos e imágenes.

“Hojear el siglo XX” hoy en las revistas culturales latinoamericanas puede significar hacernos una representación de aquel período histórico a partir del modo en que fue expuesto y apareció ante los lectores contemporáneos, según el modo en que textos e imágenes estaban dispuestos en sus páginas. Porque las publicaciones periódicas pueden ser pensadas como exposiciones montadas sincrónicamente en el espacio impreso (cada página y cada número es un conjunto de textos e imágenes seleccionados y puestos ahí de una cierta manera) y en el tiempo (los textos e imágenes publicados cada semana o cada mes producen, a través de un montaje diacrónico, la continuidad entre un número y el siguiente).” Pensar las revistas como exposiciones implica observar cómo y para qué seleccionaron y dispusieron las cosas en su espacio impreso y en el tiempo, porqué lo hicieron de ese modo (y no de otros) y en qué medida pueden haber tenido la capacidad de ofrecer una configuración del mundo para sus lectores.

Las revistas son parte del sistema mediático porque se sitúan enteramente y desde el comienzo en el espacio público, funcionando como instrumentos de mediación e intermediación. De ahí la importancia de conocer sus formas de exponer y aprender a desmontarlas. Pensar sus razones éticas, estéticas, ideológicas o comerciales requiere percibirlas como arquitecturas semióticas articuladas y jerarquizadas destinadas a mostrar. Casi siempre implícita en los estudios sobre diarios y revistas, esta dimensión adquiere relevancia mayor en un tiempo en que “estar a la vista” resulta un objetivo fundamental de la vida pública. Orientar en ese sentido el estudio de las publicaciones implica preguntar cómo intervienen en el reparto de lo visible y lo legible: qué y cómo en ellas se muestra y se anuncia, a qué fines orientan sus recorridos, cómo se materializan sus estrategias de visibilización y cuáles son los modos posibles de “hojearlas”, es decir de transitarlas como lectores.

Por las características de su producción, la amplitud de su difusión y los ritmos que crearon, las publicaciones periódicas del siglo XX influyeron en las representaciones del mundo de sus lectores. Aunque existían desde antes, fue en el siglo pasado cuando cobraron un auge y una dimensión social de mayor alcance, en un proceso acelerado por transformaciones de las cuales a su vez las revistas y los diarios, como agentes de modernización, fueron también instrumentos. De ahí la importancia de relevar la historia de nuestras revistas, estudiar su impacto en la vida social y cultural del continente latinoamericano, sus diversos usos y el modo en que contribuyeron a la creación de identidades sociales o estéticas, entre muchas otras cuestiones.

Dado el sostenido interés que despiertan, la exploración de las revistas continuará enriqueciéndose con el abordaje de los diversos aspectos que su heterogeneidad y complejidad invitan a indagar. El carácter permanente del seminario y la continuidad de los números que recogen el trabajo presentado en los coloquios organizados por ESPIRAL son ejemplos estimulantes de una tendencia que se va afirmando y que justifica el interés en ser parte de estos espacios de intercambio sobre las publicaciones periódicas latinoamericanas.

 

Notas

[1] Una versión escrita de esa reflexión se encuentra en “Las revistas como dispositivos de exposición” que integra el volumen colectivo en prensa Revistas, archivo y exposición. Publicaciones periódicas argentinas del siglo XX (2019).