Todo está cool en la eternidad: entrevista con Fabrizio Federico
- El documental Anarchy in the UK: The New Underground Cinema narra los orígenes del movimiento Misrule Cinema, así como el renacimiento de la escena de cine underground del Reino Unido entre 2010 y 2016. Varios grupos organizados de creadores se originaron como respuesta a la abolición del UK Film Council, establecido originalmente para ofrecer apoyo y difundir el trabajo de jóvenes cineastas emergentes fuera de los medios dominantes. La clausura avivó la necesidad de autonomía para artistas dispuestos a tomar el asunto en sus manos, salir a la calle y hacer películas por cuenta propia. En 2012 terminaste Black Biscuit, tu primer largometraje; escribiste tu propio manifiesto (PINK8 Manifesto); estrenaste de forma independiente otros cortometrajes y largometrajes; también fundaste, en 2016, el festival en línea Straight-Jacket Guerilla Film Festival con el fin de representar “la crema de Les Enfants Terribles de cine internacional; un trampolín para que los nuevos cineastas creen sus propias épicas de micro-presupuesto.” Han pasado ocho años desde el comienzo del Movimiento de Nuevo Cine Underground en el Reino Unido y parece ser que las películas de ética punk y underground se dirigen ahora hacia una dirección más global. ¿Qué puedes decirnos sobre el estado actual del cine underground derivado del movimiento Misrule Cinema y otros similares? ¿Hacia dónde te llevó a ti y a otros cineastas independientes el Straight-Jacket Guerilla Film Festival?
Fabrizio Federico: Creo que muchos cineastas nuevos entienden por completo el cine Misrule y el cine de YouTube. Debido a Internet, ahora tienen un escenario mundial para proyectar sus películas, lo que deslumbra por completo a los festivales y cines de la vieja usanza, en los que, si tenías suerte, sólo un par de cientos de personas podrían ver tu película. Pero también hay muchos cineastas que se están perdiendo del asunto de manera espectacular. Dada la organización de Straight-Jacket (que es un festival de cine en línea), me he dado cuenta de que muchos cineastas, por alguna razón insensata, quieren mantener sus películas privadas del público en general, lo que para mí suena demencial. ¿Por qué no querrías que te viera el mayor número de gente posible, especialmente si eres un cineasta nuevo? Sólo sube tu película completa a YouTube o Vimeo y, si lo tuyo es ganar dinero, cobra, ¿Pero qué sentido tiene hacer una película si vas a dejarla privada? Misrule es acerca de la libertad total, el hazlo-tú-mismo y la guerra contra el viejo sistema del cine. Quiero que todos comiencen a lanzar películas en línea, al estilo Misrule, para que la industria del cine se sature, se destruya y finalmente renazca.
- Se ha dicho que la brecha generacional se fracturó visiblemente durante el referéndum del Brexit en 2016. Los jóvenes afirmaron que su futuro había sido robado por las generaciones anteriores que parecían haber tomado la decisión por ellos, pero algunas encuestas mostraron porcentajes altos de abstención entre los votantes jóvenes. Los periódicos pro-Brexit como The Daily Mail describieron a la generación venidera como “enojados pero distraídos”. Es una generación que comienza a interesarse por aprender más sobre política y el proceso democrático, pero el acceso masivo e inmediato a todo tipo de información tendenciosa y falsa los pone en un estado de confusión e inacción. Tu película Pregnant (2015) parte desde una fuerte crítica a la generación de las redes sociales. ¿Cómo ves el papel del cine, y específicamente el cine contestatario, estéticamente radical, en las posiciones políticas de los jóvenes en tiempos de crisis?
FF: Creo que la generación de Internet es completamente crédula y no tiene capacidad de atención cuando se trata de discutir cualquier tema serio o actual, relacionado con el futuro. Pasé un año estudiándolos en línea, así que sé de lo que estoy hablando. La mayoría de ellos están demasiado ocupados con sus propias microagresiones y en lugar de atender los problemas mayores simplemente tienen esta actitud ridícula de superioridad moral de sentirse ofendidos por todo. Es algo descuidado y aburrido; nada se resuelve. El Brexit se hizo realidad porque la juventud de Gran Bretaña nos decepcionó: podríamos haber ganado la votación, pero perdimos porque los jóvenes estaban demasiado ocupados jugando con sus teléfonos.
- Naciste y creciste en una familia italiana en el Reino Unido, y después te mudaste a Estados Unidos a la edad de 13 años. Ingresaste a la escuela después de haber olvidado cómo leer y escribir en inglés, y tuviste que empezar desde cero mientras te adaptabas a una cultura distinta. Después de pasar tus años de formación expuesto a la escena de la música underground en Boston, te deportaron de vuelta al Reino Unido, donde comenzaste a hacer películas. ¿Cómo influyeron esos años en tus posturas particulares sobre el cine? ¿De qué manera crees que el choque cultural inicial con Estados Unidos te llevó a acercarte de esa forma a la realización cinematográfica?
FF: Mientras vivía en Estados Unidos, era músico y DJ, y, además de ver muchas películas geniales, estaba completamente inmerso en la música. Al comenzar una nueva vida en Gran Bretaña tuve que divorciarme de mi pasado para poder seguir adelante, así que decidí empezar a hacer películas. Cuando me mudé a Estados Unidos fue un choque cultural enorme; dejé atrás la vida sencilla del campo en Italia, que está lleno de matones y fuegos artificiales, y después fui lanzado a un videojuego. Eso es Estados Unidos: un torrente de entretenimiento, karaoke y dibujos animados. No me malinterpretes, lo disfruté después de haberme acostumbrado, pero créeme, un niño de doce años en Italia tiene mucha más destreza de calle que los niños estadounidenses de doce años, que son más inocentes y juguetones. Extraño mucho Estados Unidos, pero su sistema de inmigración es despiadado y cruel. Tuve una buena vida allí, antes de que me robaran todo.
- La cultura popular tiene un espacio importante en tus películas o, más bien, diferentes formas de ver la cultura popular a través de la experimentación y ciertos momentos accidentales de una extraña lucidez. En tu cortometraje, Who killed Vanilla Ice? (2014) dices que no consigues explicar por qué tendemos a llamar a algunos placeres “placeres culposos”, cuando se trata de algo que disfrutamos de verdad. Es casi como si el mundo de los medios, la publicidad, las películas de Hollywood y los anuncios de Instagram decidieran lo que disfrutamos y las formas en que se supone que debemos disfrutar, y luego separa nuestros gustos de acuerdo con el lugar en el que nos situamos en una sociedad determinada. A partir de ahí, los creadores jóvenes reproducen formas específicas de hacer películas y contar historias que nos hemos acostumbrado a ver como la norma. ¿Crees que las películas experimentales, desde su oposición a las nociones preconcebidas sobre cómo debe ser el cine, así como sus políticas radicales de realización, son una forma de reapropiarse de las maneras en las que el cine comercial se ha arraigado en nuestra vida personal? ¿O crees que es sólo una forma autónoma de crear lo que uno desea ver, sin involucrar a la política?
FF: Sí y no, porque, incluso cuando te alejas de la política gubernamental, siempre hay que enfrentarse a las políticas sociales y a la noción de que no está bien mostrar ciertas cosas, o disfrutar de temas impopulares, como, por ejemplo, Vanilla Ice, etcétera… Todos tenemos placeres culposos, pero ¿por qué sentirse avergonzado de algo que amas? Yo no me quedo mirando películas experimentales y extranjeras todo el día, también veo muchas películas comerciales. Un día puedo ver algo fuerte, como Dogtooth o Gummo y luego, al día siguiente, podría ver The Bodyguard o Dirty Dancing. Para ser cineasta hay que ser muy valiente. Es divertido jugar con la forma y manejar mal, ser un charlatán, revolucionar y causar explosiones con tus películas; ser anticomercial, pero también conectar con las personas en una manera infantil e irrumpir. Quiero la anarquía artística en el mainstream: soy un asesino cultural.
- Durante tus años en Estados Unidos trabajaste como DJ y has hablado sobre lo experimental que suele ser tu proceso de edición. Por ejemplo, al editar Black Biscuit bajo hipnosis o escuchar Britney Spears sin parar mientras trabajabas con el material. También te has referido a tu película Pregnant como “un viaje/mixtape hacia la adicción a la tecnología, a través de un ritmo chamánico”. ¿De qué manera se vinculan tu experiencia y sensibilidades musicales con el montaje de tus películas?
FF: De forma masiva. En esencia, considero que hago películas como un mixtape improvisado. Cuando no estoy filmando suelo tener música sonando todo el tiempo en cada habitación. Pregnant es una ‘sinfonía pop para el cine’. Puedo dirigir y alimentar a la audiencia con esta alquimia mágica de azúcar o cuchillos y llenar muchas emociones diferentes en una película. Soy muy codicioso, lo quiero todo ahora. Pero necesito saber qué ambiente quiero capturar antes de comenzar a hacer una película. Mi nuevo largometraje se llama Teddy Bears Live Forever. He estado escuchando mucho la música clásica de Clockwork Orange, los primeros discos de Manic Street Preachers (cuando Richey estaba en la banda) y Nirvana ha estado sonando sin parar. El espíritu de Kurt Cobain y Richey Edwards está plasmado en la película, junto con todas esas trágicas y descoloridas “it girls2, como Edie Sedgwick y Gia, que fueron mis guías espirituales. La combinación de muerte, sexo y locura es realmente el máximo tabú artístico y cultural que aún existe; es una obra de arte viviente. En LOON (2017) utilicé mensajes subliminales. Es mejor no saber lo que estás haciendo, reescribir el cine, usar superestrellas de la calle en tus películas. El manifiesto PINK8 se ha convertido en un mito, es muy duro para la mayoría de los cineastas. Es un desafío demasiado grande.
- En tus películas aparecen no-actores (“superestrellas de la calle”), a menudo gente con la que te cruzas, personajes marginales dispuestos a contar su historia a la cámara. No escribes guiones y tus escenas no están formalmente delimitadas, sino que retratan el proceso de la vida real mientras va sucediendo en el momento. A pesar de que tus largometrajes Black Biscuit y Pregnant no son documentales, la crudeza de su construcción espontánea las sitúa en una zona muy ambigua dentro del espectro imaginario de ficción y no-ficción. Tus documentales, The evolution of the Earth Angel (2015) y Anarchy in the UK (2016), los realizó tu alter ego, Jett Hollywood, quien mucha gente creyó que se trataba de una persona real. La nota de suicidio de Jett Hollywood se volvió viral en Internet, lo que ocasionó que se hiciera una investigación policíaca sobre el personaje. ¿Cómo consideras que las categorías de género, ficción y no-ficción interactúan en el medio del cine, en particular en la creación de tus películas?
FF: Supongo que las películas tienen una identidad única. No se pueden clasificar; tal vez están adelantadas a su tiempo. Para mí lo imperfecto es perfecto. Las películas son de una naturaleza tan abierta y no-lineal que han confundido y encolerizado a críticos de cine que las han tomado como un reto personal, lo cual dice bastante. Creo que el reto es algo heroico, en una especie de manera proscrita. Quería crear a un alter-ego cineasta y Jett Hollywood es mi versión del personaje legendario de Ziggy Stardust, como un realizador de Marte: el máximo director de cine que creó dos películas inspiradoras, luego se suicidó y se convirtió en héroe popular demente, un cineasta anti-Eastwood. Entiendo por qué ha habido disturbios y peleas en las proyecciones de mis películas. Estar en un disturbio es una sensación muy sexual. Yo prefiero que eso ocurra en lugar de tener un montón de aficionados sentados en silencio en un cuarto oscuro, comiendo palomitas de maíz.
- Pareciera que la cultura global en 2018 se está volviendo tan esquizofrénica, combustible y psicodélica como predijiste que sería el cine en tu entrevista de 2016 con London Filmmakers. El punto de referencia para las nuevas generaciones de cineastas estará más inclinado hacia el contenido de Internet que hacia la televisión. Las políticas populistas y radicales, la violencia y desinformación, así como la autoparodia involuntaria del circo político y la banalidad de las redes sociales se descompondrán en una mezcolanza extraña de la cual la experimentación audaz parece ser un corolario inevitable, al menos para aquellos que elijan el camino de la realización visionaria, renovadora y autosuficiente. ¿Cómo percibes el futuro del cine a medida que nos acercamos a la segunda década del siglo XXI?
FF: Debido a que tuve una experiencia cercana a la muerte a muy temprana edad, veo el mundo de una forma muy libre, porque entiendo que la vida es un juego, un juego hermoso. Tengo una visión y puedo predecir patrones de forma similar a una secuencia de Fibonacci. En el futuro habrá una amenaza punk muy borrosa entre lo feo y lo bello, la basura y el oro. Pero ser un pionero tiene sus desventajas, basta con mirar a Van Gogh. Tal vez seré recordado como un dictador porque tengo ideas muy centradas, pero creo que eso sólo es confianza en mí mismo y convicción. En un futuro lejano creo que el cine ya no existirá, o mutará en la segunda venida de Cristo, y las películas se mostrarán en el cielo, o el cine será completamente inútil, porque viviremos en una realidad virtual y nadie tendrá una capacidad de atención mayor a cinco minutos.
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Todas las películas de Fabrizio Federico están disponibles en Internet a través de: http://fabriziofederico.co.uk/
La segunda edición del Straight-Jacket Guerilla Film Festival se llevará a cabo en línea del 15 al 21 de agosto de 2018 en: http://straightjacketguerrillafilmfestival.com/