Confines de la mirada
Los artículos reunidos en este Dossier fueron en su mayoría, escritos por participantes de las actividades organizadas por el Centro de Estudios del Pensamiento Contemporáneo de Durango, A.C. (Cepcod), en ellos el tema de “la mirada” es abordado desde distintas perspectivas que comparten en común la intención de apartarse de los modos y resultados dialécticos: la diversidad de miradas no intenta converger en la síntesis de un modo de ver común, sino en ver en común que hay límites para la mirada que significan límites para nociones como sujeto, experiencia, tiempo o ser; cada artículo es, a su manera, una mirada a, desde, o en lo que cada autor considera uno de esos confines.
Entre los limites explorados por estas miradas, se encuentran la subjetividad cristiana, el simulacro y la “era de lo visual”; la utilidad; las nociones de arte y cultura; la identidad y el “yo”; el trabajo y la disciplina referida al rendimiento; la divinización de lo sagrado y la desacralización de lo profano; a ellos se opone la deriva que construye su propio sentido, el lenguaje del color, la creación, la destrucción, el disenso, la contemplación, la soberanía: posibilidades inéditas para la experiencia, para la mirada y -quizá- para el pensamiento.
En su artículo, Nelson Guzmán expone los términos de ilusión, realidad y simulacro, como principios de la perspectiva ontológica de Jean Baudrillard, con ello propone establecer similitudes de esta tríada con la que establece Regis Debray para el ámbito de la imagen a partir de los regímenes del ídolo, del arte y de lo visual; el resultado de este señalamiento es la develación de las posibilidades para la emergencia de una mirada que acompañe un “pensamiento radical” donde lo así visto desafié lo que aceptamos como “realidad”.
Otro paralelismo entre propuestas filosóficas “contemporáneas” es señalado por Karla Castillo en su ensayo sobre las ópticas de Jaques Rancière y B. Chun Han, en dicho texto se enfatiza la “precarización” de las posibilidades para el ver, en un mundo en el que los cauces de la mirada están determinados, tanto por un “orden policial” que licita lo que puede ser visto y lo que no, como por una sociedad determinada por el principio del rendimiento material dirigido a la productividad; la autora concluye señalando la presencia en las propuestas mencionadas de elementos que permiten habilitar un “descanso” capaz de emancipar al ojo de dichos órdenes.
En un lúcido ensayo acerca de la noción de “aura” en Walter Benjamin, Sergio Espinosa Proa nos aproxima a una mirada heterodoxa sobre lo sagrado, la “iluminación profana” como horizonte para la filosofía, que persigue el pensador alemán, da cuenta de una perspectiva dirigida a lo “heteromorfo”, en donde lo profano es observado como posibilidad para la revelación de lo “singular e irrepetible”; la exposición de una mirada despojada de la mística cristiana, muestra que, en la apropiación con el reflejo de lo propio, aquella se constituye en limite en tanto se opone a la lejanía de lo real que impide cualquier apropiación.
La posibilidad de la filosofía de visibilizar los cauces que ha recorrido el pensamiento occidental da cuenta, en el ensayo de Alejandro Perales, de la deuda que mantiene la noción de modernidad con el cristianismo, la subjetividad así determinada indica que la renuncia a lo mortal ha hecho del ojo un instrumento enfocado a la búsqueda de un mundo otro, que, en su despliegue, ha dejado de lado la mirada de lo inmediato para apostar por el nihilismo de una vida que trasciende a la muerte.
Adrián Meraz y Jesús Eduardo Ramírez dedican sus artículos al lugar que ocupa la mirada en el pensamiento de Georges Bataille, en particular a la subordinación del ojo al mundo de la utilidad, en ambos textos se presenta la posibilidad planteada por el “mito del ojo pineal” de la emergencia de una mirada “soberana” dirigida al sol sin otro propósito que el perderse en la exuberancia del derroche, una contemplación así imaginada es a su vez la posibilidad de pensar a un hombre mas allá de la condición de sujeto determinado por la necesidad .
En un artículo conjunto, Paula Eugenia Reyes Núñez y Héctor Rodolfo García Rojas exploran la dimensión subjetiva del color en el mundo mesoamericano, el valor del elemento cromático funciona así, como vehículo de transmisión para una concepción de lo sagrado que desde las teorías de Eulalio Ferrer y Wassily Kandinsky vinculan al hombre prehispánico con los sujetos vivos, en ese sentido, se devela una intención para la mirada que rebasa lo meramente representativo y apunta a la experiencia subjetiva en un horizonte espiritual.
En un ensayo que, al igual que el anterior, reflexiona en torno a los efectos de una resignificación del sujeto a partir de la mirada, Dulce Morales analiza la influencia de la “óptica” de Marcel Proust como elemento determinante para la subjetividad; la creación de una ética, una estética, una erótica y una poética del tiempo funcionan como unos “anteojos”, que magnifican el carácter singular de los signos con los que lector se reconoce en una esfera distinta a la del “yo”.
Por su parte Jesús Manuel Ceceñas propone una defensa apasionada de las posibilidades de la mirada como acto creativo, para ello cuestiona los limites que significa la aproximación a las obras plásticas desde los marcos de la cultura artística, en su lugar, plantea un encuentro siempre distinto que comprometa al espectador a la experiencia de lo singular, de la que son pretexto las creaciones, haciendo de él, coparticipe de un sentido efímero y particular al acontecimiento.
Cada autor entrega claves para que cada lector se aproxime a los lindes explorados. En el conjunto y combinación de dichas claves es posible imaginar derroteros que, como se señalo al principio, mas que a la síntesis integradora, esperamos conduzcan a la apertura de causes alternativos para la reflexión.
Adrián Alejandro Meraz Rodríguez
Editor invitado