FOTOGRAFÍA TOMADA POR PATRICIA PICHUN CARVAJAL
Arte, cultura y resistencia. Aportes desde Latinoamérica
Resulta imposible no sentir la jaula, donde hasta hace poco los destellos de una intimidación enmascarada bajo la ficción de la democracia, ejercía cada vez más violentamente control sobre nuestras existencias y que ahora en el encierro pandemioso se pavonea sin necesidad de esa máscara deteriorada, dominando casi absolutamente el mundo privado y público de esta ciudad, esos espacios donde creíamos poder dar paso a nuestras subjetividades en resistencia, en el encuentro de los cuerpos y sus afectaciones comunes.
Desde el espacio del encierro y la altura de una vista del catorceavo piso del centro de Temuco, Chile, escuchamos insistentemente bajo una voz publicitaria y amable la obligación a no acercarnos, a no tocarnos, a desconfiarnos entre los cuerpos, desde el mandato de quienes, hasta hace poco en esa misma calle, nos estaban disparando a los ojos. Parece que la línea del tiempo se rompe, no se puede distinguir con claridad entre esas noches de octubre de 2019 en estado de emergencia y las que vivimos en estos días de 2020. Hay una constante, la intensificación y cinismo de los modos fascistas de estas democracias.
La propuesta de este Dossier nace en el marco de esa insurrección de la llamada primavera negra en Chile durante 2019, como un intento de acuerparnos y encontrarnos a través de la escritura y maquinar formas de fugarnos, de resistir acaso, a través de la creación. No sabíamos que meses después, íbamos a estar más vinculadas que nunca no sólo por una pandemia, sino por la forma en que los modos de control se han intensificado bajo el discurso de nuestro propio bien. Así, en el presente Dossier aparecen diversas reflexiones alrededor del arte y la cultura, pero que no se reducen a ello, en todas ellas hay un posicionamiento crítico que se genera y se vincula al territorio latinoamericano. Todos constituyen una apuesta política que no es de ninguna manera uniforme, pero que sí tiene en común eso que Marina Garcés denomina honestidad con lo real, es decir, asumir que, en el universo de la creación, el arte y la cultura hablar de temas de tendencia política no es suficiente para estar comprometidos, pues muchas veces estos sólo se realizan para autoposicionarse como otra mercancía de consumo. Ser honestos con lo real o tratar a lo real con honestidad supone “[…] entrar en escena no para participar de ella y escoger alguno de sus posibles, sino para tomar posición y violentar, junto a otros, la validez de sus coordenadas”.[1] Es esa la intención de este Dossier.
Comité de Maquinaciones Defectuosas.[2]
Editor invitado
[1] Marina Garcés, La honestidad con lo real, Disponible en: http://www.tea-tron.com/sismo/blog/2011/10/06/lahonestidad-con-lo-real-de-marina-garces/
[2] Colectivo transdisciplinario de arte, acción y pensamiento.