¿Acaso no se sabe que el nuestro es un arte cabalístico? Con esto quiero decir que se revela solo de palabra y que está lleno de secretos. Pero tú, pobre insensato, ¿serás lo bastante necio como para creer que nosotros revelamos clara y abiertamente el más grande y más trascendental de todos los secretos, de forma que pudieras tomar nuestras palabras al pie de la letra?
Burckhardt
Resumen
Este artículo pretende fundamentar una interpretación sobre el emblema alquímico “El hermafrodita”, de Heinrich Khunrath. La intención es, por un lado, que el lector pueda comprender por qué razón los procesos alquímicos fueron representados en emblemas. Por otro lado, y como objetivo fundamental, la investigación presente busca que cualquier persona interesada en la alquimia, aun sin tener conocimientos previos, pueda adentrarse en el significado de los símbolos de este emblema o, mejor dicho, del proceso alquímico que describe este emblema: la unión de los opuestos para la obtención de la piedra filosofal.
Palabras clave: alquimia, emblema, hermafrodita, andrógino, Heinrich Khunrath, piedra filosofal.
Abstract
This article tries to base an interpretation on the alchemical emblem “The hermaphrodite”, of Heinrich Khunrath. The intention is, on the one hand, that the reader can understand why the alchemical processes was represented in the form of emblems. On the other hand, and as a fundamental objective, the present research seeks that anyone interested in alchemy, even without previous knowledge, can delve into the meaning of the symbols of this emblem or, rather, the alchemical process that describes this emblem: the union of the opposites to obtain the philosopher’s stone.
Keywords: alchemy, emblem, hermaphrodite, androgynous, Heinrich Khunrath, philosopher’s stone.
La alquimia era considerada un arte al que solo pocas personas tenían acceso, pues, si se utilizaba de manera inadecuada, podía producir graves peligros espirituales. Se requerían ciertas disposiciones anímicas y una gran capacidad de comprensión para acercarse al conocimiento del “arte regio”. De aquí que haya sido utilizado un lenguaje oscuro y esotérico para transmitir los poderes de esta ciencia.[1] La imagen anterior, por ejemplo, a través de diversos símbolos y un lenguaje hermético, describe uno de los procesos de la preparación de la Gran Obra, es decir, la obtención de la piedra filosofal, capaz de convertir todos los metales en oro y brindar, “[…] al que la posee, una larga vida, libre de toda enfermedad”.[2] Por lo tanto, si uno quiere acercarse, de algún modo, al significado de este emblema titulado “El hermafrodita”, habría que analizar, por lo menos, algunos de los símbolos que conforman la imagen. Esto es lo que realizaré en las líneas que siguen.
“El hermafrodita” es uno de los grabados que componen el Amphitheatrum sapientiae aeternae,[3] una de las obras más conocidas de Heinrich Khunrath. Este emblema forma parte de una copia de la primera edición publicada en Hamburgo en 1595. Consta de 4 grabados pintados a mano, 24 páginas de texto tipográfico y una página final que en griego lleva el nombre de “Epílogos”. La obra es considerada un clásico de la emblemática alquímica[4] y cuenta con influencias de la Cábala y el cristianismo. En 1625 fue condenada por la Universidad de la Sorbona.[5]
Se dice que la interpretación de un emblema debe comenzar por tratar de comprender el título y el texto explicativo que lo conforman.[6] De esta manera, se puede obtener una idea general del mensaje que el alquimista deseaba conservar y transmitir. En el caso de “El hermafrodita”, el título está haciendo referencia a uno de los momentos más importantes del proceso alquímico, pues el andrógino representa la sublimación del alma y, en el caso de Khunrath, un momento previo a la obtención de la piedra filosofal, también conocida como filius philosophorum.[7] Más adelante, me detendré en este punto. Por ahora, la segunda cuestión que quisiera tratar es el alma o lema del emblema.
En el centro superior de la imagen se puede apreciar el siguiente mensaje:
Naturam nosce, universaliter, et particulariter; ex libro sanctissimae Scripturae: Naturae ipsius, qui est, et Mundus maior, totus: et Mundus minor, hoc est homo, puta, secundum et corpus et spiritum suum: denique, aut mediate, ex angelis bonis, aut immediate, in speculo mentis tuae purgatae, ex Deo Ipso: theosophice; physice; physicomedice; physicochemice; physicomagice; hyperphysicomagice; cabalice.[8]
Aunque la traducción[9] sigue siendo difícil de interpretar debido al carácter críptico del texto, por las influencias cristianas de Khunrath[10] y por el contenido general del mensaje, lo importante es tener en cuenta que la finalidad del lema es llamarnos a conocer la naturaleza, el mundo o la verdad, a través de la sabiduría bíblica. Para el autor, este medio es el único camino recto que puede conducir a la Sabiduría verdadera, la cual, por lo tanto, se encuentra ligada al conocimiento de Dios. Este saber, sin embargo, no está fuera de nosotros. El hombre es el microcosmos en el que todo el universo se ve reflejado y donde todo guarda una correspondencia. Conocerse totalmente a uno mismo, significa, entonces, conocer la naturaleza en su totalidad. Por eso es que Khunrath habla del mundo más grande y el mundo más pequeño; el hombre, de acuerdo con su cuerpo y su espíritu, es este mundo pequeño o, dicho con uno de los pasajes de la Tabla Esmeraldina,[11] “el mundo pequeño está hecho a semejanza del mundo grande”.[12] Más adelante, el texto indica que una vez alcanzada esta clase de conciencia del mundo o conocimiento de la organización de la naturaleza, ha de buscarse, por mediación divina, el conocimiento cabal y verdadero de todas las cosas. Al final, Khunrath hace una especie de listado de distintas disciplinas por medio de las cuales se puede alcanzar este tipo de iluminación: la teosofía (la sabiduría de la naturaleza divina o la sabiduría que se obtiene por medio del estudio de las Sagradas Escrituras), la física (la forma en la que se comportan los elementos materiales, los cuales, como he mencionado, son un reflejo de nosotros mismos, del alma y el cuerpo), fisicomédica (la influencia de los cambios de los objetos materiales externos en el cuerpo humano), fisicoquímica (la influencia de las transformaciones de la materia en el mundo), fisicomágica (la influencia en el mundo material de los misterios naturales), hiperfisicomágica y cabalística (la sabiduría oculta de la Cábala).[13]
En consecuencia, para el autor, la alquimia es, forzosamente, de carácter místico, es decir, es el procedimiento que permite alcanzar la revelación divina. Por lo tanto, el emblema versará básicamente sobre este tema: de qué manera se puede conocer la naturaleza de Dios mediante la trasmutación de los metales, los cuales simbolizan los cambios internos del alma humana.[14]
Ahora bien, en el texto explicativo que rodea los símbolos internos y, que, por lo tanto, comienza de manera vertical a la derecha de la sentencia central, se pueden apreciar las palabras: “Lapis philosophorum est […]”.[15] Por consiguiente, aunque no se pueda tener acceso a lo que se dice después,[16] se sabe que esta revelación divina de la que he venido hablando, está relacionada con la obtención de la piedra filosofal.
De manera que, para Khunrath, el oro alquímico, otra forma de entender el lapis philosophorum, es lo que permite purificar el alma del pecado original y acercarla a la divinidad a la que pertenecía antes de la caída.[17] Esta idea se complementa con otra parte del mismo texto. Unas líneas más adelante, aproximadamente, debajo del círculo negro en cuyo centro está escrita la palabra “XAO∑”, se explica lo siguiente:
Quid est celum? Celum est spiritus aethereus corporalis, vel corpus aethereum spirituale, corruptioni non obnoxium, totius Mundi machinam permeans: superius, verbo Domini, firmatum, hinc Firmamentum; inferius, massae sublunari toti incorporatum: unius eiusdemque et essentiae et substantiae Caelum unum, id quod inferius, et id quod superius. Illud physicochemia potest manifestari.[18]
El cielo representa la pureza y perfección divinas, es el Espíritu Etéreo corporal, pero también puede ser entendido como el estado de pureza del alma humana o cuerpo etéreo espiritual, porque lo que es arriba es abajo. Por eso, al final de esta cita, encontramos que el cielo puede ser manifestado y recogido para el uso de los hombres, porque a través del proceso alquímico, el alma puede separarse del cuerpo y sus corrupciones, y ser parte de este estado divino que mueve e impregna toda la máquina del mundo. El alma del hombre, como el cielo, puede ser uno con el todo. En conclusión, como un primer acercamiento al significado de la obra, se puede decir que el emblema tiene por objeto describir la importancia de la piedra filosofal y la manera mediante la cual esta puede ser obtenida. Sabemos también que la piedra filosofal es el aurum philosophorum[19] que permite la liberación y purificación del alma. En este sentido, parece que el andrógino es un momento crucial del proceso alquímico. Pero, exactamente, ¿de qué manera funciona este símbolo? ¿cómo puede ser obtenido a través de los conocimientos que menciona Khunrath en el alma del emblema?
Para comprender lo mejor posible el significado del andrógino o hermafrodita que se ubica en el centro del emblema y que llama inmediatamente nuestra atención cuando vemos la imagen, quisiera comenzar el estudio de los símbolos de abajo hacia arriba y volver, al final, hacia abajo, para demostrar que uno de los principios básicos de la alquimia es, como lo indica la Tabla Esmeraldina, que “lo de abajo es igual a lo de arriba, y lo de arriba igual a lo de abajo”.[20]
Todo proceso alquímico siempre comienza en el caos. Esta es la materia prima de la Gran Obra, pues la verdad solo se ha encontrado en las tinieblas.[21] Por ello, la primera figura de la composición es un círculo negro que en su centro contiene un fondo blanco con la palabra “XAO∑”.
Pero no es prima únicamente porque con ella inicie el proceso, sino también porque ella contiene “una multitud de cosas no creadas”,[22] en ella “se hallan todas las clases del conocimiento que puedan encontrarse en este mundo”.[23] No hay nada que no esté en la materia prima.[24] Ella es “la sustancia de todas las almas, sin distinción de individualidades”.[25] Es “la sustancia básica de todo el Universo”.[26] Debido a esta condición de cosa amorfa, su color negro simboliza de su capacidad para sustraerse de la acción del entendimiento. Y si la encontramos hasta lo más bajo del centro del emblema es porque su posición es símbolo su completa pasividad.[27] Por todo esto:
Dicen los alquimistas que los metales ordinarios no pueden convertirse en plata ni en oro si antes no son reducidos a su materia prima. Si se consideran los metales ordinarios como estados de la alma incompletos y cristalizados en la impureza, la materia prima al que deben reducirse no es otra cosa sino la materia básica de aquélla, es decir, el alma en su estado primitivo […] Mientras el alma no quede libre de las concreciones y contradicciones interiores, no será materia dúctil sobre la que el espíritu que procede de arriba pueda imprimir una nueva forma, una forma que no limita ni ata, sino que, por el contrario, libera, pues procede de la sustancia eterna del ser.[28]
Por lo tanto, la finalidad de la obra alquímica es la liberación del alma de esta sustracción amorfa de la materia prima, “pues su negrura, es decir, una nube sombría, recubre primero la piedra para hurtarla a la vista”.[29] De aquí que en el emblema veamos un círculo blanco dentro del círculo negro. Esto no es otra cosa que la representación del alma en su estado primitivo. Solo la trasformación de los metales en oro, que en realidad es la transformación del alma, puede liberar ese fondo blanco atrapado en la materia prima. Por eso Demócrito dijo en el Rosario: “Purifica el estaño mediante una ablución especial, extrae de él su negrura y su oscuridad, y aparecerá su blancura brillante”.[30] Esta blancura es, en realidad, la primera forma del hijo de los filósofos, la piedra filosofal, el oro alquímico. Para Khunrath, la materia prima es, además, la condición adánica que alberga esta posibilidad divina de liberación.[31]
En cuanto a la Tierra y a la posición del caos dentro de ella, cabe recordar lo que dice Maier en La fuga de Atalanta sobre el emblema “La Tierra es su nodriza”:
¿Pero por qué la Tierra ha sido llamada nodriza del hijo de los filósofos? Sobre este punto podría surgir una duda, pues la tierra es, entre los elementos, árida y sin ningún jugo, y posee la sequedad como cualidad propia. Hay que responder que no se trata aquí del elemento tierra separado, sino de la Tierra con todos sus elementos, […] Ella es la nodriza del Cielo, nodriza que no disuelve, ni lava ni humedece el feto, sino que lo coagula, lo fija, lo colorea, los transforma en jugo y en sangre pura.[32]
La Tierra, entendida de esta manera, es, por consiguiente, el vientre en el que vive y se alimenta el caos, pues de la Tierra se obtienen todos los elementos para la elaboración de la Gran Obra. Por lo tanto, la piedra que reúne crípticamente todo lo que existe, es decir, la materia prima, solo puede encontrarse dentro de ella, porque la Tierra representa y contiene de forma material la totalidad de la naturaleza. De aquí que Basilio Valentino interprete la palabra V.I.T.R.I.O.L. como: Visita el interior de la Tierra; rectificando encontraras la piedra oculta.[33] El interior de la Tierra, su núcleo, es la materia prima,[34] donde todo lo que existe se encuentra coagulado,[35] unido, concretado de manera oscura y misteriosa. ¡Cuán grande no será aquel que tuvo al globo terrestre por nodriza![36]
Se puede ver también que el símbolo de la materia prima lleva inscrita en color rojo la palabra “YAH”. Esto es porque el planeta con el que se identifica esta piedra negra que es el principio de la obra,[37] es Saturno, cuyo cuadrado de números en la sabiduría alquímica tenía por constante el número 15, correspondiente en hebreo al nombre del Dios YAH,[38] dios de la Luna, elemento que acompaña o forma parte de la oscuridad de la Tierra.[39]
Ahora bien, como antes he mencionado, de Saturno habrá que obtener su blancura.[40] Para ello, se deberá aplicar a la obra el fuego filosófico, capaz de transformar a la naturaleza en su totalidad.[41] De aquí que en el emblema, arriba de la Tierra, se encuentren unas llamas que dentro tienen la frase “Etiam Mundus Renovabitur Igne”, la cual corresponde a la famosa sentencia “Igne Natura Renovatur Integra” (INRI).[42] Por lo tanto, el símbolo del fuego indica la cocción de la piedra negra donde todo se halla coagulado, la cocción de la materia prima. Entiéndase por cocción “la maduración o dispersión de las partes crudas, que se realiza gracias a Vulcano en los vasos filosóficos”.[43]
Con esto, hemos llegado al atanor. En el emblema, lo podemos ubicar arriba de la Tierra, cobijado por este fuego filosófico. Lleva las palabras “Materia prima” y “XAO∑”. El atanor es el horno de los alquimistas. Simboliza el cuerpo humano y el acto de ver dentro de uno mismo. En él se halla, por consiguiente, el microcosmos.[44] Representa las fuerzas naturales, sus acciones y sus elementos. Por eso podemos ver dentro del dibujo del también llamado “huevo alquímico”[45] o “esfera de la materia prima”,[46] el cuadrado de los cuatro elementos (“Ignis”, “Aqua”, “Terra”, “Aer”), el cual representa la igualdad y la correspondencia entre ellos.[47] Vemos, además, el triángulo que “Separa”, “Dissolve” y “Depura”.[48] Este representa las acciones de los elementos naturales que se requieren para la elaboración de la obra. Otro triángulo, símbolo de los tres componentes del ser humano, tiene las palabras: “Anima”, “Corpus”, “Spiritus”. En el mismo, hay otros tres símbolos que representan los tres elementos básicos y arcanos de la creación de la Gran Obra: Azufre, Mercurio y Sal. Mientras que, en el centro, podemos ver una serpiente que representa “la fuerza latente de la naturaleza”.[49]
Es por todo esto que: “Quien comprenda correctamente esta tabla, verá cómo uno lleva a otro. Primero se halla todo en el cuarto número. Los elementos están por todas partes, de ahí proceden los Tres Principios, los cuales conducen a los dos sexos”.[50] De aquí que el hermafrodita, entonces, también se encuentre en la materia prima, pero de manera oscura y fría. Solo el calor del fuego filosófico permite su aparición y lo lleva a la blancura. Después, con un fuego más intenso, llegará al color rojo, el fin de la obra.[51]
En conclusión, el atanor es donde se encuentran reunidas todas las cosas que existen, todas las fuerzas y los elementos de la naturaleza. Pero en él, estos elementos ya no están unidos de manera críptica. Cuando el calor del fuego comienza a accionar, todo se separa y se distingue para luego volverse a incorporar, pero de otro modo: en la forma del andrógino, hermafrodita o Rebis.
Porque ya ves que, por medio de su incorporación, lo húmedo se hace seco, lo volátil se solidifica, lo espiritual se hace corpóreo, lo líquido cristaliza, el agua se hace fuego y el aire tierra, de manera que los cuatro elementos se despojan de su naturaleza para sumir la de sus oponentes. Así como el en el principio fue uno, también en esta obra procede todo de uno y vuelve a uno.[52]
El hermafrodita es el resultado del fuego que calienta el atanor.[53] Él representa la unión perfecta y armónica de todas las cosas. Es el agua que no moja y el fuego que no quema,[54] porque en él todos los contrarios han alcanzado una perfecta composición. En él todo está unido claramente y sin conflictos. Las fuerzas que, antes, en el atanor, mostraban su poder y separación a través de los contrarios, ahora se han convertido en una unidad donde nada se opone. De aquí que el hermafrodita sea el casamiento entre Hermes y Afrodita, pues ambas figuras representan la unión de todos los contarios que componen la naturaleza: cielo/tierra, agua/fuego, masculino/femenino, activo/pasivo, Luna/Sol, disolver/coagular, etc.[55] Por eso el dibujo del andrógino en el emblema de Khunrath está compuesto por un hombre y una mujer cuyas cabezas son un sol y una luna, respectivamente. En su vientre tiene escrita la palabra “Rebis” y en sus brazos tiene escrito “solve” del lado masculino y “coagula” del lado femenino. Ambos, dos procesos naturales unidos en un solo elemento: el aqua permanens,[56] la cual no es otra cosa que la unión del azufre que disuelve y la sal que coagula. Esto explica por qué el hermafrodita forma una fuente: sus aguas, que nacen de sus corazones, simbolizan la unión de estos elementos, se juntan para componer esta agua nueva de donde nacerá el mercurio filosófico,[57] “la piedra coagulada, fija y dura, que posee el poder de coagular lo que no está, de endurecer lo que es blando y ablandar lo que es duro”.[58]
En conclusión, Rebis es el momento en el que los elementos: “Son disueltos, destilados, separados, sublimados, conjugados y mezclados de nuevo; copulan y se reúnen; y lo que es fijo deviene plenamente volátil; se coagulan también, per se; se colorean de diversas maneras, calcinados, fijados; y por contra, lo que era volátil deviene fijo; y se constituye un mundo nuevo y renovado”.[59]
Por ello, el andrógino es el momento más importante del proceso alquímico, ya que implica la tan anhelada separación del alma de su parte corruptiva, el cuerpo. Es el símbolo que da paso a la sublimación:[60] el acto de pasar de lo sólido (el cuerpo) a lo volátil (el alma). Es el momento en el que “EL LAZO por el que el Alma se ata al CUERPO y es reunida en una sola masa, se aflojará y se disolverá. EL ESPIRITU y el ALMA (espíritu animado) se alejarán poco a poco y se separarán insensiblemente del cuerpo; cuando esto esté hecho, lo fijo será volátil, y el cuerpo inmundo, de día en día, se corrompe, se destruye, se muere, se ennegrece e incinera”.[61] De aquí que encima de la cabeza de Rebis se pueda ver un cuervo, símbolo de la muerte del cuerpo.[62]
Este, además, lleva en su vientre la palabra AZOTH, que, “[…] según Planiscampi, significa medio de unión, de conservación o de medicina universal. También observa que el término Azoth debe ser considerado como el principio y el fin de todo cuerpo, y ver que encierra todas las propiedades cabalísticas, pues contiene la primera y la última letra de las tres lenguas matrices, el Aleph y la Thau de los hebreos, el Alfa y el Omega de los griegos, la A y la Z de los latinos”.[63] Vemos, además, que la letra O es parte del símbolo del mercurio filosófico, unión de la sal y el azufre.
Por otra parte, podemos ver también que el cuervo lleva unas plumas de Fénix, pues están compuestas de diversos colores. Estas simbolizan el fin de la obra y la consecución del oro y la perfección filosófica.[64] Por ello, en el ala del lado derecho está escrita la palabra “Hermetis”, símbolo del mercurio filosófico que ha sido completado por su opuesto femenino.[65]
Finalmente, se encuentran las plumas de pavo real que simbolizan los variados colores que adopta la materia bajo el influjo del fuego que calienta sin quemar[66] y que nos dan la señal del éxito inconfundible en el proceso de la obra. Una vez llegados aquí, estamos por obtener al niño que nace de las aguas de la fuente de Rebis, aquel que es el noble don del Cielo, el que, al nacer, brilla en el aire y hace dichoso al hombre a quien Dios lo otorga,[67] es decir, el filius philosophorum, la piedra filosofal, simbolizado en el emblema por el triángulo rojo, signo de Apolo y final de la obra.[68] Este triángulo es:
El triángulo supremo, figurativo de la piedra filosofal perfecta, ese triángulo en el que Papus leyó Ælohim (cyhla El-los-Dioses) y en el que nosotros creemos más bien descifrar la palabra Aurim, las Luces (o sea el principio de todas las luces: natural, hiperfísica y espiritual) es la manifestación ternaria de ese fuego divino que se irradia desde lo alto: sa Æsch. Ese fuego esconde eternamente, bajo un velo de impenetrable esplendor, la esencia de la incomunicable Unidad: principio causal del que el Adán universal emana a la raíz de la involución; principio final al que, para finalizar la evolución general de los seres, debe reintegrarse y ocultarse al final.[69]
Es por eso que el espíritu, liberado en el cielo gracias a esta piedra filosofal, debe volver hacia abajo y comenzar de nuevo. “Sube de la Tierra al cielo y de allí vuelve a la Tierra, para recibir la fuerza de lo de arriba y de lo de abajo. Así poseerás la luz de todo el mundo, y las tinieblas se alejarán de ti”.[70]
De manera que el emblema resulta ser algo más complejo que un simple momento de la preparación de la Gran Obra, en lugar de ello, “representa una simplificación esquemática del proceso en sí”,[71] porque todas las cosas, de algún modo, contienen en sí mismas la unidad.
Bibliografía
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- http://runamagica.blogspot.mx/2012/11/simbolos-alquimicos.html
Notas
[1] cfr. Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, pp. 27-28.
[2] ibidem, p. 29.
[3] Anfiteatro de la sabiduría eterna
[4] cfr. Khunrath’s Amphitheatrum sapientiae aeternae (1595) en: https://www.library.wisc.edu/specialcollections/collections/history-of-science/khunraths-amphitheatrum-sapientiae-aeternae-1595/
[5] cfr. “Heinrich Khunrath” en Gonzalez, F. y Valls, M., Presencia Viva De La Cábala II. La Cábala Cristiana, en:
http://simbolismoyalquimia.com/cabala/heinrich_khunrath.htm
[6] cfr. Alquimia: Ars Eblemata. El arte del emblema I en: https://trimestraliniciatico.wordpress.com/2015/04/28/alquimia-ars-emblemata-el-arte-del-emblema-i/
[7] “Hijo de los filósofos”, v. Jung, C. G., Mysterium Coniunctionis, Princeton University Press, EUA, 1970, p. 9.
[8] The Hermaphrodite en:
http://www.thelivingmoon.com/44cosmic_wisdom/02files/Heinrich_Khunrath_Hermaphrodite.html
[9] “Conoce a la naturaleza, universal y particularmente en el libro de la Sagrada Escritura. Conoce a la naturaleza por sí misma: tanto el Mundo más grande en su totalidad, como el Mundo más pequeño. Esto es el hombre de acuerdo con su cuerpo y su espíritu. Considéralo. Luego, o por mediación de un ángel bueno, o inmediatamente, en el espejo de tu purificada mente, desde Dios mismo: teosofía, física, fisicomédica, fisicoquímica, fisicomágica, hiperfisicomágica, cabalística”. La traducción es mía.
[10] cfr. “Heinrich Khunrath” en Gonzalez, F. y Valls, M., Presencia Viva De La Cábala II. La Cábala Cristiana, en:
http://simbolismoyalquimia.com/cabala/heinrich_khunrath.htm
[11] Texto que condensa el significado y la síntesis de la obra alquímica. Fue considerado una revelación de Hermes Trismegisto y como la más antigua referencia alquímica. cfr. Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 187.
[12] ibidem, p. 188.
[13] cfr. “Heinrich Khunrath” en González, F. y Valls, M., Presencia Viva De La Cábala II. La Cábala Cristiana, en:
http://simbolismoyalquimia.com/cabala/heinrich_khunrath.htm
[14] Alquimia en:
http://introduccionalsimbolismo.com/modulo1d.htm
[15] “La piedra de los filósofos es […]”. La traducción es mía.
[16] No cuento con una traducción del texto completo.
[17] v. Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 38 y Gebelein, Helmut, Secretos de la alquimia. Orígenes, enigmas, doctrinas, símbolos, rituales y misterios del mundo alquímico, Robinbook, Barcelona, 2007, p. 10.
[18] “Qué es el cielo? El Cielo es el Espíritu Etéreo corporal o el cuerpo etéreo espiritual, no sujeto a corrupción, e impregnando toda la máquina del Mundo; en lo alto afirmado por el Verbo del Señor que es el firmamento; abajo incorporado a toda la masa sublunar; es por lo que el Cielo es uno, además lo que es arriba es abajo, y de una sola y misma esencia y sustancia. Este último, sin embargo, por la labor sagaz de la Físico-Química puede ser manifestado al sentido y ser recogido para el uso de los hombres”, traducción de González, F. y Valls, M. en:
http://simbolismoyalquimia.com/cabala/heinrich_khunrath.htm
[19] “Oro de los filósofos” u “oro alquímico”, v. Jung, C. G., Mysterium Coniunctionis, Princeton University Press, EUA, 1970, p. 9.
[20] Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 187.
[21] v. Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 130.
[22] ibidem, p .94.
[23] idem.
[24] cfr. idem.
[25] Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 92.
[26] idem.
[27] cfr. idem.
[28] idem.
[29] Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 130.
[30] ibidem, p. 131.
[31] cfr. “Heinrich Khunrath” en González, F. y Valls, M., Presencia Viva De La Cábala II. La Cábala Cristiana, en:
http://simbolismoyalquimia.com/cabala/heinrich_khunrath.htm
[32] ibidem, p. 85.
[33] cfr. Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 94.
[34] idem.
[35] cfr. Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 85.
[36] ibidem, p. 83.
[37] cfr. ibidem, p. 130.
[38] v. Ouaknin, Marc-Alain, El misterio de las cifras, Robinbook, Barcelona, 2006, p. 284, en:
https://books.google.com.mx/books?id=BRXEOBmMHVEC&pg=PA284&lpg=PA284&dq=yah+alquimia&source=bl&ots=3ANK4_8RJw&sig=8twgjxWVBspI3s8h-BQg8EhGMeA&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjbvbH5yKnQAhVhxVQKHULZCawQ6AEIJTAC#v=onepage&q=yah%20alquimia&f=false
[39] v. Emblema XLV en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 269.
[40] v. Emblema XII en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 129.
[41] v. https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Latin_phrases_(full)
[42] cfr. “Rebis (2e cercle)” en de Guaita Stanislas, Essais de sciences maudites: Au seuil du mystère. Tomo I, Ligaran, en:
https://books.google.com.mx/books?id=jS-iBgAAQBAJ&pg=PT67&lpg=PT67&dq=etiam+mundus+renovabitur+igne&source=bl&ots=AfnCMeIZ-L&sig=9mokZELhjNqkm2U4K7QOZJbswTg&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiT0-vVr_fQAhVJzFQKHUtvBZoQ6AEIHDAA – v=onepage&q=etiam mundus reno
[43] Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 170.
[44] cfr. Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 153.
[45] v. Emblema VIII en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 109.
[46] Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 185.
[47] v. Emblema XXI en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 165.
[48] cfr. “Rebis (2e cercle)” en de Guaita Stanislas, Essais de sciences maudites: Au seuil du mystère. Tomo I, Ligaran, en:
https://books.google.com.mx/books?id=jS-iBgAAQBAJ&pg=PT67&lpg=PT67&dq=etiam+mundus+renovabitur+igne&source=bl&ots=AfnCMeIZ-L&sig=9mokZELhjNqkm2U4K7QOZJbswTg&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiT0-vVr_fQAhVJzFQKHUtvBZoQ6AEIHDAA – v=onepage&q=etiam mundus reno
[49] Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p.125.
[50] Helmut, Secretos de la alquimia. Orígenes, enigmas, doctrinas, símbolos, rituales y misterios del mundo aquímico, Robinbook, Barcelona, 2007, p. 62.
[51] v. Emblema XXXIII en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 220.
[52] Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 89.
[53] v. Emblema XXXIII en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 220.
[54] cfr. “Rebis (2e cercle)” en de Guaita Stanislas, Essais de sciences maudites: Au seuil du mystère. Tomo I, Ligaran, en:
https://books.google.com.mx/books?id=jS-iBgAAQBAJ&pg=PT67&lpg=PT67&dq=etiam+mundus+renovabitur+igne&source=bl&ots=AfnCMeIZ-L&sig=9mokZELhjNqkm2U4K7QOZJbswTg&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiT0-vVr_fQAhVJzFQKHUtvBZoQ6AEIHDAA
[55] Jung, C. G., Mysterium Coniunctionis, Princeton University Press, EUA, 1970, p. 3.
[56] ibidem, p. 5.
[57] Helmut, Secretos de la alquimia. Orígenes, enigmas, doctrinas, símbolos, rituales y misterios del mundo alquímico, Robinbook, Barcelona, 2007, p. 62.
[58] Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 248.
[59] Khunrath’s Amphitheatrum sapientiae aeternae (1595) en: https://www.library.wisc.edu/specialcollections/collections/history-of-science/khunraths-amphitheatrum-sapientiae-aeternae-1595/
[60] Helmut, Secretos de la alquimia. Orígenes, enigmas, doctrinas, símbolos, rituales y misterios del mundo alquímico, Robinbook, Barcelona, 2007, p. 58.
[61] Khunrath’s Amphitheatrum sapientiae aeternae (1595) en: https://www.library.wisc.edu/specialcollections/collections/history-of-science/khunraths-amphitheatrum-sapientiae-aeternae-1595/
[62] v. “cuervo” en:
http://runamagica.blogspot.mx/2012/11/simbolos-alquimicos.html
[63] cfr. “Rebis (2e cercle)” en de Guaita Stanislas, Essais de sciences maudites: Au seuil du mystère. Tomo I, Ligaran, en:
https://books.google.com.mx/books?id=jS-iBgAAQBAJ&pg=PT67&lpg=PT67&dq=etiam+mundus+renovabitur+igne&source=bl&ots=AfnCMeIZ-L&sig=9mokZELhjNqkm2U4K7QOZJbswTg&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiT0-vVr_fQAhVJzFQKHUtvBZoQ6AEIHDAA
[64] v. Fénix en:
http://runamagica.blogspot.mx/2012/11/simbolos-alquimicos.html
[65] v. Emblema XXX en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 205.
[66] cfr. “Rebis (2e cercle)” en de Guaita Stanislas, Essais de sciences maudites: Au seuil du mystère. Tomo I, Ligaran, en:
https://books.google.com.mx/books?id=jS-iBgAAQBAJ&pg=PT67&lpg=PT67&dq=etiam+mundus+renovabitur+igne&source=bl&ots=AfnCMeIZ-L&sig=9mokZELhjNqkm2U4K7QOZJbswTg&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiT0-vVr_fQAhVJzFQKHUtvBZoQ6AEIHDAA
[67] v. Emblema XXXIV en Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 223.
[68] cfr. Maier, Michael, La fuga de Atalanta, Atalanta, España, 2007, p. 131.
[69] “Rebis (2e cercle)” en de Guaita Stanislas, Essais de sciences maudites: Au seuil du mystère. Tomo I, Ligaran, en:
https://books.google.com.mx/books?id=jS-iBgAAQBAJ&pg=PT67&lpg=PT67&dq=etiam+mundus+renovabitur+igne&source=bl&ots=AfnCMeIZ-L&sig=9mokZELhjNqkm2U4K7QOZJbswTg&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiT0-vVr_fQAhVJzFQKHUtvBZoQ6AEIHDAA
[70] v. Burckhardt, Titus, Alquimia. Significado e imagen del mundo, Paidós, España, 1994, p. 188.
[71] cfr. ibidem, 187.