Revista de filosofía

La difusión del arte contemporáneo en revistas

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Resumen 

Las revistas culturales han sido el escaparate principal para difundir el arte contemporáneo en México. Inicialmente estas revistas presentaban un tratamiento del arte desde el vasto enfoque de las humanidades; y se centraban en ensayos críticos y reseñas sobre obras de creación de la literatura y las artes. A partir de la década de1970, la revisión de las artes visuales se fue especializando a través de revistas temáticas para difundir el quehacer artístico; la mayoría de ellas se presentaron en números monográficos, lo que aseguraba un conocimiento más profundo y el interés por su coleccionismo. Destacan las especializadas en la divulgación de las artes visuales –artes plásticas, fotografía, cine– y las que tratan múltiples expresiones del arte.

Palabras clave: revistas culturales, arte contemporáneo, reseñas temáticas, medio impreso, difusión digital, lectores.

 

Abstract

Cultural magazines have been the main platform for the diffusion of contemporary art. Initially, these magazines presented a treatment of art from vast topics of the humanities, directed on critical essays and reviews on works of literary and visual art creations. From the 1970s, the revision of the visual arts began to specialize through thematic magazines in order to widely disseminate art development and it was mostly presented in monographic numbers, which ensured a deeper knowledge and interest in their readings and collections. Some focused in studies of plastic arts, photography, film, and graphic design; and others dealt with multiple expressions of art.

Keywords: cultural magazines, contemporary art, tematic reviews, printed issue, digital diffusion, followers.

 

Se puede inferir que a partir 1970 se inició en México la publicación de revistas especializadas en el arte contemporáneo. Este hecho permite valorar estética e históricamente la diversidad de las expresiones artísticas producidas en el país y en extranjero. Las publicaciones que se revisan en este ensayo se presentaron en formatos impresos y fueron emitidos por organismos institucionales, universidades públicas y grupos independientes que favorecieron la divulgación de la cultura visual, desde diversos enfoques.

Las revistas se presentan no sólo como opción pertinente de información, sino como fuente indispensable para entender los procesos históricos de sus contenidos en el tiempo espacio de su publicación. Estas transmiten textos e imágenes sobre diversas expresiones visuales y refieren sus tendencias formales a las etapas concretas en que fueron realizadas.

El antecedente más fuerte en la difusión del arte contemporáneo en publicaciones periódicas fue la Revista de la Universidad de México (1946) que presentó artículos y reseñas de artes plásticas y visuales, a partir de las amplias temáticas de las humanidades, que Alfonso Reyes denominó “literatura ancilar”.[1] Esta se convirtió en un paradigma de la difusión de las artes en los periodos que representan con sus diferentes variaciones formales.

Desde mediados de los años sesenta, la revista dio un espacio particular a los temas del arte moderno; empezó a incluir en sus portadas y páginas interiores imágenes de obras visuales y artículos sobre el arte europeo y norteamericano de los años cuarenta y cincuenta. En las portadas de los números publicados de 1970 a 1977 se difundieron obras de la nueva plástica mexicana, de artistas de La Ruptura, entre ellos, de Manuel Felguerez, Kazuya Sakai, Roger von Gunten, Luis López Loza, Benjamín, Edmundo O´Gorman, Alberto Gironella, Vicente Rojo; también se incluyeron dibujos de Abel Quesada y grabados de Ricardo Ragazzoni.

En este periodo resalta, en la hechura gráfica, las composiciones de Bernardo Recamier con el uso de collages en portadas y juegos de contrastes de tipográficos en las páginas interiores. En la década de los ochenta, las portadas sobresalieron por el uso de fotografías documentales y montajes fotográficos realizados por Adolfo Falcón para ilustrar el tema principal de la revista.

De 1993 a 2001, bajo la dirección de Alberto Dallal, otra generación de artistas plásticos tuvo cabida en las portadas de la revista, además de contar con reseñas de connotados críticos del arte; estas se presentaron en separatas a color en las páginas interiores con obras de Nahum B. Zenil, Mary Stuart, David Bowes, Gunther Gerzso, Pablo O’Higgins, Carla Rippey, Námiko Prado Arai, Mario Rangel, Alicia Martín, Saúl Kaminer, Luciano Spano, entre otros creadores nacionales y del extranjero.[2]

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO, SEPTIEMBRE 1975

A partir de 2001 a 2016 las portadas se compusieron con imágenes fotográficas y fragmentos de ilustraciones de artistas reconocidos en México.[3] De 2004 a 2016 la revista contó con una sección titulada Reportaje Gráfico en donde presentó obras plásticas, ilustraciones, fotografías, montajes visuales de creadores contemporáneos. Desde 2017 los criterios editoriales y gráficos se han modificado: en la versión impresa, muestra imágenes de acuerdo a la temática y en ocasiones se presentan textos relacionados con las artes visuales. En el sitio web, presenta un panóptico gráfico para entrar a las temáticas de cada edición.

Durante 88 años de publicación, la revista ha reflejado el pensamiento universitario, la memoria y la práctica de la cultura mexicana, bajo de la dirección de destacados intelectuales que han sabido moldear este objeto de comunicación.[4]

 

El arte contemporáneo en revistas temáticas

En la década de 1970, el término “artes visuales” empezó a sustituir la denominación “artes plásticas” para nombrar al arte contemporáneo que se distingue por la vasta interacción de la pintura, la escultura y el grabado, con obras artísticas producidos a través de medios electrónicos y digitales (fotografía y vídeo), incluyendo instalaciones e intervenciones de arte en espacios urbanos y naturales.[5]

Con las transformaciones técnicas y tecnológicas se generaron otras formas de hacer arte y de difundirlo, que diversificaron los criterios de producción y clasificación de las artes visuales. En las revistas culturales se empezaron a incluir reseñas críticas e imágenes de obras de creación; y en esa década se publicaron varias revistas especializadas en artes visuales, que tienen enfoques semejantes resaltando su carácter distintivo.

 

FACSIMILAR DE REVISTA ARTES VISUALES, PUBLICADA DE 1973-1981

Destaca así la difusión y la crítica del arte contemporáneo en revistas temáticas de las cuales se presentan las siguientes: Artes visuales (1973 – 1981), Políéster (1992 – 2000) y Curare (1991 – 2010).

 

La revista Artes Visuales

De 1973 a 1981, el Museo de Arte Moderno publicó la revista Artes Visuales, bajo la dirección de Fernando Gamboa, destacado promotor de la cultura, museógrafo y director durante casi diez años del Museo de Arte Moderno. La publicación de la revista, editada por Carla Stellweg, fue una de las actividades centrales de la gestión de Gamboa.

Artes Visuales se constituyó como uno de los espacios de discusión, reflexión y debate de la escena artística de los años de su publicación.[6] Los especialistas invitados para editar la revista fueron el historiador y crítico del arte Juan Acha,[7] el historiador del arte Armando Torres Michúa y excepcionalmente algún otro coeditor.

En 2010, el Instituto Nacional de Bellas Artes presentó la edición facsimilar de la revista en homenaje a su editor fundador y con la finalidad de difundir sus contenidos entre historiadores y nuevos lectores interesados en el conocimiento del desarrollo del arte contemporáneo. Entre los paradigmas críticos de la revista, sobresalen las teorías de Herbert Marcuse y de Theodor Adorno, así como las de Jacques Derrida y Michel Foucault. También incluye las teorías sociales de Marshall McLuhan para la revisión del arte desde su producción y difusión mediática.[8]

Asimismo la revista publicó las voces de diversos connotados críticos mexicanos del arte moderno y contemporáneo entre ellos Octavio Paz, Juan Acha, Jorge Manrique, Teresa del Conde, y las colaboraciones de los latinoamericanos Mario Pedrosa, Marta Traba, Jorge Romero Brest.[9] Incluyó además artículos de publicaciones extranjeras similares y buscó consolidar un formato plural en el que diversas posturas y géneros artísticos estuvieran representados.

Resaltan en los números de la revista, los artículos dedicados a la formalización de la crítica del arte; el enfoque de la revista “intensificó la difusión artística para completar, encausar y consolidar los alcances de las exposiciones en el MAM, y difundió los conocimientos indispensables para la comprensión de las corrientes modernas del arte”.[10]  

Las nuevas formas de acercarse al pensamiento hipertextual crítico se revelan en las temáticas monográficas tratadas en sus ejemplares. “Esto permitió establecer vínculos entre diferentes lógicas a partir de su existencia, su contexto y sus intenciones”,[11] señala su editora, y añade: Artes visuales fue la primera revista patrocinada por el gobierno que contribuyó a los ingresos del INBA; desafortunadamente esto no aseguro su continuidad ya que dejó publicarse con la salida de Gamboa del MAM, dejando un valioso legado en 30 números con diversos enfoques críticos sobre una multiplicidad de productos y técnicas expresivas.

Esta revisión facsimilar ha motivado a estudiosos del arte acercarse al archivo de la biblioteca del MAM para recuperar su valioso acervo, compuesto con más de 300 fotografías de 60 autores, planos arquitectónicos, libros de artista y arte correo, pero algunos de ellos opinan que muchos materiales no están bien documentados y preservados.[12] Otros, favorablemente, conformaron el fondo editorial de la revista Artes Visuales.

 

La revista Poliéster

Durante la década de los noventa las propuestas artísticas se ampliaron para difundir los fenómenos artísticos complejos del arte. Sobresale así la revista Poliéster cuya tendencia fue la revisión expresiones nacionales e internacionales. De 1992 al año 2000 se publicó esta revista, dirigida y diseñada por Rocío Mireles y editada por el neoyorquino Kurt Hollander. Ésta reunió el trabajo de críticos y artistas con el propósito de revisar obras de creadores del arte valorado en los circuitos del arte y el proveniente de expresiones marginales.

Con la intención de hacer una valoración y crítica de la cultura urbana popular se denominó a la revista Poliéster, a partir título de la reveladora y ácida película Polyester” de John Waters (1981).[13] Los temas describen el aspecto curatorial de la revista más que editorial y permitieron apreciar su interés interdisciplinario.[14] El enfoque ultranguardista de la revista se evidenciaba el subtítulo “de pintura y no pintura” por la manera particular de mirar las artes visuales que se produjeron en México y en otras latitudes de Latinoamérica y Norteamérica durante la última década del siglo XX. Esta publicación rescató y valoró varias expresiones artísticas populares, de mal gusto y corrientes.[15] Abordó temáticas como la basura, la enfermedad, el diseño, los objetos cotidianos, el kitsch, la frontera, o simplemente exponía una revisión de lo acontecido en el arte en diferentes centros periféricos, como sucedió en los números “Los Angeles”, “Colombia” o “Canadá”, o el número centrado en su enfoque “Poliéster, pintura y no pintura”.[16] Reseñó las obras de artistas reconocidos y de colectivos, de grafiteros, de pacientes de hospitales psiquiátricos y presos; resaltó el arte popular urbano, como fueron las pinturas en los autobuses de la Ruta 100, incluyó reseñas de historietas, de revistas amarillistas como Alarma! e Insólito y sobre el tatuaje.[17]

 

REVISTA POLIÉSTER, PUBLICADA DE 1992-2000

Sobresale el espacio que dio a autores conocidos de la cultura beat y underground norteamericana.[18] También presentó a creadores poco difundidos –puertorriqueños, dominicanos, haitianos, polacos, chinos– quienes circulaban en los medios del arte con producciones individuales y colectivas.[19]

La pragmática gráfica de la revista fue distintiva durante su publicación trimestral de 22 números, por su calidad editorial y de contenidos.[20] Durante ocho años de publicación esta funcionó como catálogo para algunos curadores y directores de museos internacionales, y ayudó al reconocimiento de varios artistas de México. De esta manera se valora la intención de la revista, que buscaba promover y expandir los horizontes de “otros artistas” durante la década de los noventa. Su edición trimestral fue independiente, en tirajes de cinco mil ejemplares bilingües en español e inglés y la originalidad de la revista fue su provocativa pero bien cuidada edición.[21]

Resumo a partir de Hollander: La revista tuvo una amplia difusión en México, Estados Unidos, Canadá, en diversos países de América Latina, Europa y Japón.  Poliéster, aunque difundió la obra de artistas contemporáneos, no logró alcanzar un éxito comercial internacional.[22]

En su último número, el editor relata que la publicación de esta revista de arte internacional permitió que se conociera lo que producían los artistas mexicanos, cuando las fronteras geográficas daban la espalda a la producción artística de América Latina.[23]

 

La revista Curare

Otra de las revistas icónicas del arte visual de finales del siglo XX es la revista Curare, editada por investigadores del arte contemporáneo. En 1991, Olivier Debroise, Angélica Abelleyra, Karen Cordero Reiman, Cuauhtémoc Medina, James Oles, Braulio Peralta, Francisco Reyes Palma y Osvaldo Sánchez asumieron el reto de crear esta revista para manifestar, a través de un foro independiente, la pluralidad de voces, ideologías y posturas inmersas en el acontecer de las artes visuales en México.[24]

Curare se formuló a partir de la formación del grupo Espacio crítico para las artes, en el que historiadores y críticos de arte se plantearon la necesidad de trabajar al margen de las instituciones culturales y académicas que habían dominado la escena de las artes visuales en México.[25] Esta postura autónoma le permitió a sus editores asumir una función valorativa de la crítica de arte y exponer las opiniones tanto de los creadores como de intelectuales e investigadores de diversos géneros artísticos.[26]

Ejemplo de esto es la reflexión de la historiadora Esther Acevedo sobre las presiones del mercado al espacio crítico, que se reformula a continuación: ante el creciente comercialismo del arte, los “curare”, como fueron conocidos sus primeros miembros del grupo, trabajaron en cercana comunicación con los creadores, con la convicción de que la voz crítica independiente, se diera fuera de espacios comerciales y de las instituciones que siguen criterios canónicos, junto con la especulación y el tráfico de prestigio, componentes que hacen perder la credibilidad de un juicio crítico.[27]

REVISTA CURARE, PUBLICADA DE 1991-2010

En octubre de 1991, Curare inició su publicación como boletín. En 1993, la publicación tuvo un espacio en el periódico La Jornada, a manera de suplemento semanal, conservando su nombre. En 1996, contó con el apoyo del Programa de Coinversión del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y su publicación fue semestral hasta julio-diciembre de 2006; después de esa fecha continuó su edición hasta 2010 con el apoyo de diferentes fondos institucionales y privados, entre estos últimos la Fundación BBVA Bancomer y la Fundación / Colección Jumex.

Olivier Debroise fue director-fundador de Curare de 1991 a 1997, Esther Acevedo de 1998 a 2000, José Luis Barrios de 2001-2008 y Pilar García de 2009 a 2010, fecha en que deja de publicarse. Señala la historiadora Karen Cordero Reiman que la consistencia de las investigaciones, historiográficas y críticas de este grupo, continúan y son evidentes en la concepción del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC); el acervo del grupo Curare está disponible en el Centro de documentación Arkheia, lugar relevante para la investigación de la historia del arte contemporáneo.[28] 

De las revistas que se han reseñado en este artículo, solamente la Revista de la Universidad de México, continúa su publicación en formato impreso y se presenta en pdf en el medio digital; tiene enfoques cercanos a las industrias culturales, por su trayectoria editorial y extensión divulgativa. Las revistas Artes Visuales y Poliéster, se publicaron en formato impreso durante ocho años, y Curare, alcanzó diecinueve años de edición; los acervos de estas revistas están catalogados en bibliotecas de universidades y centros culturales de investigación; asimismo, en diversos espacios digitales se pueden encontrar crónicas y referencias sobre estas publicaciones periódicas.

Aunado a esto, es conveniente destacar que la revisión y relectura de estas publicaciones se vinculan con el espacio tiempo de su producción y con el tiempo de recepción estética del lector. De esto se deriva la importancia que tiene la recuperación y difusión de estos contenidos por medio de ediciones facsimilares, como es el caso de la revista Artes Visuales o, al menos, las que difunden sus contenidos en medios digitales, en acceso abierto, en beneficio del conocimiento de las propuestas creativas y del desarrollo de la crítica del arte contemporáneo.

 

Bibliografía

  1. Acevedo, Esther. “De las presiones del mercado al espacio crítico”, Curare, núm. 15, julio-diciembre de 1999. En A. Barbosa. “Curare y la crítica del arte”, Revistas culturales latinoamericanas 1960-2008, UAEM / Juan Pablos Editor, México, 2010.
  2. Acha, Juan.       En https://museodeartemoderno.squarespace.com/juanacha
  3. Barbosa, Araceli. “Curare y la crítica del arte”,. En Elizalde, “Universidad, mensual de cultura popular”. Revistas culturales latinoamericanas 1960-2008, UAEM / Juan Pablos Editor, México, 2010
  4. Espacio Crítico para las artes, 2a. época, no. 1, suplemento de La Jornada, 21 de septiembre de 1993.
  5. Centro de documentación Laboratorio de experimentación y espacio generador de conocimiento en el MUAC. http://archivoolivierdebroise.blogspot.com/
  6. Delmar, Fernando. : “Poliéster, la estética más allá de la pintura”. En L. Elizalde, Revistas culturales latinoamericanas 1960-2008, UAEM / Juan Pablos Editor, México, 2010.
  7. Elizalde, Lydia. “Universidad, mensual de cultura popular”. Revistas culturales latinoamericanas 1920-1960, Conaculta / UAEM / UIA, México, 2008.
  8. Elizalde, Lydia. Revistas culturales latinoamericanas 1960-2008, UAEM / Juan Pablos Editor, México, 2010.
  9. FAD / UNAM. Facultad de Artes y Diseño. http://www.fad.unam.mx/historia.php
  10. Hollander, Kurt. “ Una revista mexicana de arte en los noventa”, México, 10 octubre, 2011. En https://revistareplicante.com/poliester/
  11. MacMasters, Merry. “Hallazgos afortunados para la colección del MAM”. Periódico La Jornada, México, Jueves 17 de marzo de 2016, p. 4.
  12. En https://www.jornada.com.mx/2016/03/17/cultura/a04n1cul
  13. Ortega, Josefa. “Prólogo”. Artes visuales. Selección Artes Visuales. Una selección facsimilar. En homenaje a Fernando Gamboa, Museo de Arte Moderno, Instituto Nacional de Bellas Artes. México, 2010.
  14. Ponce, Roberto. “Adiós a la revista Poliéster” Revista Proceso, “Adiós a la revista Poliéster”, Revista Proceso, México, 16 julio, 2000. En https://www.proceso.com.mx/285041/adios-a-la-revista-poliester
  15. Stellweg, Carla. “Documentando lo indocumentado”, Artes Visuales, una selección facsimilar, Museo de Arte Moderno, Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 2010
  16. Trama Visual.       Vicente Rojo. Cuarenta años de diseño gráfico. F. Álvarez, “La espiral de Vicente Rojo”, Ediciones Era, México, 1990.
  17. Waters, John. Cine Maldito. En http://www.cinemaldito.com/polyester-john-waters/Cine

 

 

Notas

[1] “Ancilar”, arcaismo que significa “relacionar lo que une a personas o cosas a lo que están supeditadas”. Diccionario enciclopédico Hachettle-Castell, España, 1981. Esta referencia fue utilizada por Alberto Dallal, director de la Revista de la Universidad de México, de 1993 a 2001, en su intervención en la mesa redonda sobre revistas universitarias institucionales, Librería Octavio Paz, FCE, México, mayo 2001.
[2] Imágenes portadas: montaje de publicaciones sobre el Surrealismo (1957); obra op art de Benjamin, Ejercicio visual No. 12 (1975); instalación de Alicia Martin Villanueva, Mudanza 1 (1997).
[3] Al estilo gráfico de la revista se suman las propuestas de jóvenes diseñadores en otras etapas de su edición. Destacan las del grupo El Equilibrista, durante la dirección de Alberto Dallal (1993-2001), las de Francisco Montellano en la breve dirección de Ricardo Pérez Montfort (2002-2003) y las de Daniela Rocha en la dirección del Ignacio Solares (2004-2017).
[4] A partir de 1952, Jaime García Terrés, Gastón García Cantú, Leopoldo Zea, Diego Valadés, Hugo Gutiérrez Vega, Arturo Azuela, Julieta Campos, Fernando Reyes Heroles, Horacio Labastida, Fernando Curiel, Alberto Dallal, Ricardo Pérez Montfort, Ignacio Solares, y desde nviembre 2017, Guadalupe Nettel dirige la revista. La nueva orientación incluye a todos los lectores universitarios –estudiantes, estudiosos y creadores de la cultura–, recupera el enfoque monográfico, en ensayos y reseñas sobre las problemáticas actuales, desde las humanidades, las ciencias, el arte y la creación literaria. En https://www.excelsior.com.mx/expresiones/2018/02/12/1219722
[5] Inicialmente, en 1971, la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, modificó sus planes de estudio incorporando metodologías para la enseñanza de la educación visual. En http://www.fad.unam.mx/historia.php
[6] J. Ortega. “Prólogo”. Artes visuales. Selección Artes Visuales. Una selección facsimilar. En homenaje a Fernando Gamboa, Museo de Arte Moderno, Instituto Nacional de Bellas Artes. México, 2010. p. 10.
[7] Juan Acha (Sullana, Perú, 1916-Ciudad de México, 1995) es considerado uno de los principales teóricos del arte latinoamericano y fue un actor fundamental en la historia del MAM durante la gestión del director Fernando Gamboa. Llegó a México en 1972, después de trabajar en Perú como ingeniero químico y crítico de arte en diversos diarios y revistas: El Comercio, Cultura PeruanaNueva Crítica, y en publicaciones internacionales; presidió la Sección Peruana de Críticos de Arte. En México comenzó a escribir en la revista Plural, al lado de Octavio Paz, en Artes Visuales, revista del MAM, y en “Diorama en la Cultura”, suplemento de Excélsior. Destaca su trabajo como docente en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y en la Facultad de Filosofía y Letras; fue funcionario en el Instituto Nacional de Bellas Artes. En https://museodeartemoderno.squarespace.com/juanacha
[8]   C. Stellweg, “Documentando lo indocumentado”, Artes Visuales, una selección facsimilar, Museo de Arte Moderno, Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 2010, p. 24.
[9] Op.cit., J. Ortega. “Prólogo”. Artes visuales. Una selección facsimilar… p.10 y 11.
[10] C. Stellweg. Artes Visuales. Carta editorial. Publicación facsimilar, Número 1, p. 36.
12 Op.cit. C. Stellweg, “Documentando lo indocumentado”… p. 27
[12]   M. MacMasters, reseña las tareas de recuperación de los archivos del MAM, por etapas en “Hallazgos afortunados para la colección del MAM”. Periódico La Jornada, México, Jueves 17 de marzo de 2016, p. 4. En https://www.jornada.com.mx/2016/03/17/cultura/a04n1cul
[13] Filme del cine underground norteamericano. Polyester retrata aspectos kitsch de la vida cotidiana en la sociedad de consumo estadounidense Un film de mal gusto, una comedia negra que añade la técnica del odorama para su ambientación. En http://www.cinemaldito.com/polyester-john-waters/
[14] F. Delmar, “Poliéster, la estética más allá de la pintura”. En L. Elizalde, Revistas culturales latinoamericanas 1960-2008, UAEM / Juan Pablos Editor, México, 2010, p. 212.
[15] K. Hollander. “Poliester. Una revista mexicana de arte en los noventa”. 10 octubre, 2011. En https://revistareplicante.com/poliester/
[16] Op. cit., F. Delmar, “Poliéster, la estética más allá de la pintura”… p. 213.
[17] Op.cit., K. Hollander. “Poliester. Una revista mexicana de arte en los noventa”…
[18] Entre estos, el fotógrafo Robert Frank, el pintor fotógrafo David Wojnarowicz, del poeta y filósofo Allen Ginsberg, y de los controvertidos músicos, el nuyorican Willie Colon, y los del rock punk norteamericano, Tom Waits y Richard Hell.
[19] Op.cit. K. Hollander. “Poliester. Una revista mexicana de arte en los noventa”…
[20] R. Ponce. “Adiós a la revista Poliéster”, Revista Proceso, México, 16 julio, 2000. En https://www.proceso.com.mx/285041/adios-a-la-revista-poliester
[21]   La Jornada. La Redacción, 27 junio, 1998. Https://www.proceso.com.mx/178445/seis-anos-de-la-ultravanguardista-revista-poliester-de-pintura-y-no-pintura-segun-sus-creadores-no-dependemos-de-becas-pero-tampoco-nos-caen-mal
[22] Op.cit., K. Hollander. “Poliester. Una revista mexicana de arte en los noventa”…
[23] Op.cit., R. Ponce. “Adiós a la revista Poliéster”…
[24] Op. cit., A. Barbosa. “Curare y la crítica del arte”, p. 193.
[25] Curare. Espacio Crítico para las artes, 2a. época, no. 1, suplemento de La Jornada, 21 de septiembre de 1993, p. 1.
[26] Para el nombre de la revista, los editores buscaron aquel que definiera el rango de sus actividades; partieron la voz caribe curare que se refiere a un alcaloide vegetal particularmente potente que los nativos de América utilizaban para paralizar a sus presas; […] y del vocablo curaré, futuro inmediato del verbo curar = sanar, cuidar; este término es una adaptación al español del inglés curator utilizado para nombrar la conservación de arte, neologismo comúnmente utilizado en Latinoamérica. En Curare. Espacio Crítico para las artes, 2a. época, no. 1, suplemento de La Jornada, 21 de septiembre de 1993, p. 2.
[27] Esther Acevedo. “De las presiones del mercado al espacio crítico”, Curare, núm. 15, julio-diciembre de 1999, pp. 7-8. En A. Barbosa. “Curare y la crítica del arte”, Revistas culturales latinoamericanas 1960-2008, UAEM / Juan Pablos Editor, México, 2010.
[28]   Centro de documentación Arkheia. Laboratorio de experimentación y espacio generador de conocimiento en el MUAC. En http://archivoolivierdebroise.blogspot.com/