Revista de filosofía

Más allá del género: apuntes sobre la recepción de la obra de Butler en Brasil

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SANTY MITO, “INNOCENCE” (2017). FOTOGRAFÍA TOMADA DE HTTPS://WWW.TUMBEX.COM/SANTYMITO.TUMBLR/POSTS?PAGE=2&TAG=BODY%20ART

 

El Yo cognoscente es parcial en todas sus formas, nunca acabado, completo, dado u original; es siempre construído y alineado de manera imperfecta y, por lo tanto, capaz de juntarse al otro, de ver junto sin pretender ser el otro[1]

Donna Haraway

 

Resumen

Este artículo[2] tiene como tema central la performatividad en la obra de la filósofa Judith Butler y tiene como objetivo discutir los pliegues de esta cuestión en la manera como la autora ha sido leída en diferentes campos disciplinares en Brasil. También analizaremos las perdidas temporales de las traducciones de sus libros y enumeraremos las investigaciones que buscan ir más allá del concepto de género, para argumentar que no es posible dividir su obra en dos partes: la primera exclusivamente dedicada al género y la segunda dirigida solamente hacia temas de la filosofía política. Todo debate sobre género es, desde siempre político.[3]

Palabras clave: Butler, performatividad, género, política, Brasil, interpretación.

 

Abstract

This article focuses on the performativity in the work of the philosopher Judith Butler and aims to discuss the cross-cutting of this issue in the way the author has been read in different disciplinary fields in Brazil. It also analyzes the temporal gaps of the translations of her books and studies research that sought to go beyond the concept of gender, in order to argue that it is not possible to divide the author’s work into two parts, the first exclusively dedicated to gender and only second, focused on themes of political philosophy. Every debate on gender has always been political.

Keywords: Butler, performance, gender, politics, Brazil, interpretation.

 

Este artículo tiene como punto de partida la consagrada expresión “saberes localizados”, que da título al trabajo de Donna Haraway,[4] con vistas a performatizar lo que considero una de sus mejores afirmaciones: “El único modo de encontrar una visión más amplia es estando en algún lugar particular”.[5] La elección de este pasaje es motivado por mi principal intención, producir una visión amplia de la recepción de la obra de Judith Butler en Brasil, desde la publicación, en 2003, de El género en Disputa, el feminismo y la subversión de la Identidad (Problemas de gênero – feminismo e subversão da identidade,[6] en portugués) a partir de un lugar muy particular, mi participación en ese proceso. Por lo tanto, quiero entrelazar la continuación de las ideas que considero centrales en la obra de la autora con mi experiencia en investigación, este último punto sirviendo para recordar que escribo inspirada en el argumento de Haraway: “[…] es en la epistemología de las perspectivas parciales que está la posibilidad de una evaluación crítica objetiva, firme y racional”.[7]

 

Contextos geográficos localizados

Gender Trouble fue publicado en EUA en 1990 y reúne un conjunto de textos escritos en los años anteriores a la primera edición. Entre las muchas cuestiones de aquel momento político-feminista, había el enfrentamiento de fuerzas conservadoras, diagnosticadas por Susan Faludi ((2001 [1991]), cuyo trabajo expuso los discursos de retorno a la estufa que dominaban la prensa en aquel momento, con narrativas marcadas por la idea de continuar buscando objetivos de enmancipación y libertad que estaban sobrecargando a las mujeres.[8] Reportajes[9] y diferentes autores anunciaban el fin del feminismo, en la estela del fin de la historia, de la caída del muro de Berlin, del colapso de la Unión Soviética y en la ola de los argumentos de Francis Fukuyama (1992), quien conmemoraba la asociación entre capitalismo y democracia liberal como la victoria del estilo de vida estadounidense. En este clima de “fin” estaba la idea subyacente de que las mujeres ya habían conquistado todo lo que podían o necesitaban,[10] Butler en lugar de caer en la trampa de este debate, decide crear sus própios problemas,[11] y propone que el feminismo no sea hecho solamente en nombre de la mujer, lo que abrió espacio, en un primer momento, a interpretaciones que consideraron que se trataba de una defensa más del fin del feminismo. Algo que es muy falso. Los movimientos feministas y las teorias feministas se renovaron a partir de las percepciones críticas como la de Butler, y no sólo de ello. En este punto es importante relativizar la centralidad que muchos estudios brasileños atribuían al pensamiento de Butler, como si sus proposiciones no hiciesen parte de una amplia discusión en un campo teórico, y con interlocutoras/es que anteceden y/o la suceden en contribuciones y críticas. La ausencia de percepción sobre ese entorno de pensamiento contribuye, incluso en las investigaciones académicas, para hacer parecer que ella, sola, estaria inventado una concepción inédita del concepto de género. Una vez más, algo muy falso. Butler no pensó sola ni fuera de contexto.

En Gender Trouble, Butler estaba proponiendo, entre muchas otras cosas, una revisión del sistema de sexo/género, presentada por la antropóloga Gayle Rubin (2007 [1975]), como una crítica de la centralidad del tabú del incesto en las estructuras de parentesco elementales; discutiendo los límites del feminismo existencialista de Simone de Beauvoir —a raíz de su investigación anterior sobre el existencialismo francés—; dialogando con algunos aspectos de las teorías psicoanalíticas, desafiando a Freud, Lacan y algunos aspectos del pensamiento de Michel Foucault. En el fondo de todas estas discusiones, hay una pregunta inaugural en su filosofía, que se expresa de la siguiente manera: “Todo mi trabajo está inscrito en torno a un conjunto de preguntas hegelianas: ¿cuál es la relación entre deseo y reconocimiento y a qué se debe que la constitución del sujeto suponga una relación radical y constitutiva con la alteridad?”[12] El extracto es de 1998, se encuentra en el prefacio de la segunda edición de su tesis de doctorado y, en mi opinión, participa de su compromiso en dialogar con sus críticos. El rango de influencias en la filosofía de Butler es amplio, la siguiente figura ilustra las interlocuciones más importantes y considera a Hegel un autor permanente.

CUADRO 1

Recupero la centralidad del tema del sujeto y la importancia de Hegel en la obra de Butler, por tener en cuenta que es uno de los temas asombrados —o en la sombra—, de las primeras lecturas en Brasil. En 1994, cuatro años después de publicar Gender Trouble y un año después de publicar Bodies that matter, ella concede una entrevista que, para mí, es notable por observar la diferencia entre lo que está pensando y cómo será leída aquí: “Me gustaría decir que soy una teórica feminista antes de ser una teórica queer o una teórica gay o una teórica lesbiana. Mis compromisos con el feminismo son probablemente los más originales. Gender Trouble fue una crítica a la heterosexualidad obligatoria dentro del feminismo, y las feministas fueron mis interlocutoras. En el momento en que escribí el libro no había estudios de gays y lesbianas, tal como los entiendo”.[13]

La entrevista es de 1994 y la crítica de Butler a la heterosexualidad obligatoria dentro del feminismo traía como objetivo llamar la atención hacia las limitaciones que el concepto de género exigía, a nosotras, las feministas, a pensar solo en términos de división dicotómica entre masculino y femenino. Es un ejemplo de cómo, en Brasil en el inicio del siglo XXI, en un contexto específico de los estudios de género, se establecieron disputas entre formas de lectura, como si los problemas de género señalados por Butler indicaran un reemplazo de la teoría feminista por la teoría queer.[14]

En el movimiento de la crítica a la heterosexualidad obligatoria, Butler vuelve al pensamiento de Simone de Beauvoir para tensionar la noción de género como construcción social y el sexo como dato biológico.

“No se nace mujer, se llega a serlo”, como Beauvoir (2009 [1949]) escribió, supone, en la concepción de Butler, una separación perfecta entre nacer y devenir, entre naturaleza y cultura, entre lo real y lo simbólico. Volviendo al tema del sujeto, Butler postula que la no existencia de una sustancia que garantice a un cuerpo biológico marcado por las características de hembra el “[…] llegar a ser mujer”.[15]

Aunque haya sido escrito a partir de la interlocución con diferentes teorias feministas, cuando Gender Trouble fue traducido en Brasil, en 2003, había una emergencia de estudios en el campo de la sexualidad comprometidos en desplazar la centralidad del concepto de género —entendido como restringido a críticas al binarismo y la jerarquía de género en las relaciones sociales— para el que entonces ella llamaba de heterosexualidad obligatoria.[16] La coincidencia entre la edición de El género en disputa y la emergencia de los estudios sobre género y sexualidad ha promovido un encuentro entre la deconstrucción que Butler emprende en relación a la política de identidad y el fortalecimiento del término queer como instrumento para pensar la heterosexualidad obligatoria y como nueva forma de política de identidad, en la cual el hecho de que poco a poco se haya producido una masa crítica[17] fue importante en relación al término y fue perdiendo fuerza como categoría.[18]

Recuerdo un diálogo que tuve con un colega de la Antropología estudiaba la homosexualidad. Era 2005 y yo me preparaba para ingresar en la maestria, donde me aproximé al feminismo de matriz posestructuralista —lo que incluía a Judith Butler— con las proposiciones del filósofo Jacques Derrida. Encontraba en los dos autores un pensamiento crítico al humanismo e identificaba el intento de ir más allá del sujeto ontológico, cerrado en una ipseidad; ambos movidos, cada uno a su modo, por la pregunta “¿quien, nosotros ?” con la cual Derrida encierra una de sus más célebres críticas al humanismo.[19] Cuando el antropólogo me preguntó de qué era mi investigación, resumí mi respuesta: “La deconstrucción de la identidad”. A lo que él respondió: “Pero la identidad jamás ha estado tanto en evidencia”. El asombro fue mutuo, es cierto, por ello creo que siempre es importante recuperar el subtítulo de Gender trouble : “feminism and the subversion of identity”, traducido aquí cómo (El género en disputa) “el feminismo y la subversión de la identidad”.[20]

SANTY MITO, “AFECTOS Y CUERPOS” (2017). FOTOGRAFÍA TOMADA DE HTTPS://WWW.TUMBEX.COM/SANTYMITO.TUMBLR/POSTS?PAGE=2&TAG=BODY%20ART

Mi interés en la política de las identidades surgió de haber percibido que en los activismos feministas se había agotado un modo de hacer política que hablaba en nombre de las mujeres (en el plural, puesto que era un desplazamiento en relación a la idea de mujer universal). Me suscribí, en la tesis de maestría[21] y en la de doctorado,[22] la posición de Butler, y concordé con ella en el argumento de que la categoria “mujeres” es producida y reprimida por las estructuras mismas del poder a las cuales nosotras, las feministas, dirigimos demandas de emancipación y conquista de derechos. Por este camino, Butler apunta a la paradoja con la que estoy trabajando desde entonces: primero, las mujeres necesitan adentrar al espacio político de la representación, y, en él, ser avengonzadas a una categoria de identidad unívoca; en segunda, es necesario valerse de esta categoria ide identidad para reivindicar los derechos, que son restringidos por estar destinados a atender solamente a los sujetos sometidos a la representación que entra en la categoria mujer.

Uno de los aspectos que considero crucial en la traducción de Gender Trouble [en Brasil] es que el libro integró la colección “Sujeto e história”, organizada por el psicoanalista Joel Birman, quien firma también la revisión técnica del texto. No solo por esta razón, sino también por las críticas a las concepciones de femenino y masculino de Jacques Lacan y por la lectura del complejo de Édipo en Freud, Butler empezó a ser estudiada en el campo psicoanalítico y, muchas veces rechazada con base en dos argumentos simplistas, por no decir más: 1) Butler estaría considerando solamente las proposiciones iniciales del pensamiento de Lacan, cuando se establece la diferencia sexual a partir de dos posiciones deseantes que, aunque no se excluyan necesariamente, ni sean determinadas por la biologia, son sólo dos, permanecen asimétricas y están referidas a la centralidad del falo: la posición masculina es de que hay el falo y la posición femenina de quién es el falo. Butler ignoraría, no obstante, despliegues posteriores al pensamiento de Lacan, en que la diferencia sexual pasa a ser definida a partir de múltiples posiciones de goce; 2) El género no es un concepto pertinente a la teoria psicanalítica que trabaja con los conceptos de femenino y femineidad.[23] Por lo menos en estos dos caminos, la charla entre Butler y la teoria psicoanalítica en Brasil se quedó atorada.[24] Enfatizo este cruce en el campo brasileño para enmarcar su interlocución con el psicoanálisis en Francia y su participación en la Sociedad Internacional de Filosofía y Psicoanálisis (SIPP).[25]

 

Revisando la performatividad de género

Interpretaciones y lecturas son el resultado de disputas epistemológicas. En este artículo, no estoy indiferente ni neutra en relación a estas disputas. La formación y delimitación de campos teóricos producen ganancias politicas y sus consecuentes despliegues, como recursos para proyectos, capital social y reconocimiento público. Una de las nociones en disputa en la obra de Butler es la de performatividad (de género) Considero que el gesto más importante de esta proposición no es, como muchos de sus lectores atribuyen, la posibilidad de creación de por lo menos 32 géneros en la legislación de Nueva York, aunque eso de hecho parece haber ganado la batalla epistemológica acerca de las razones de estudiar a Judith Butler. Sostengo mi interés en su filosofía en función de que entiendo que la performatividad (de género) promueve dos movimientos: el primero, de que el género no se produce a partir de una esencia o sustancia, como ya se ha indicado en el debate con la obra de Beauvoir. El segundo punto, que me parece todavía más decisivo, es el desmantelamiento de la fundamentación de las normas (de género), que pasan a ser comprendidas como convención vacía de sentido, como operaciones de poder sobre los cuerpos, como biopolíticas —para utilizar el término foucaultiano— y como formas de control de la reproducción de mano de obra para el buen funcionamento del sistema capitalista.

Desde que fue propuesta por primera vez, la noción de performatividad de género, produjo al menos dos efectos: el primero y más evidente, una inmensa cantidad de críticas a la proposición de Butler que, como ya mencioné, fueron siendo desdobladas en sus libros siguientes a Gender Trouble; el segundo, también de fácil localización, su gran esfuerzo en continuar pensando a partir de la categoría de la performatividad, utilizando las críticas como motor para reelaborar sus proposiciones iniciales. Aquí, ha llegado el momento, entonces, de arriesgarme a decir que, en el pensamiento de Butler, el gesto más importante de la noción de performatividad (de género) es vaciar de toda y cualquier fundamentación las normas (de género), las escritas y las no escritas, que pasaron a ser comprendidas cómo convenciones vacias de sentido, como operaciones de poder sobre los cuerpos.

Hay al menos cuatro fuertes críticas a la proposición de performatividad de género de Butler que me gustaría exponer y refutar. La primera estaría en el entender la perfomatividad de género como un acto accesible solamente en la figura de la drag queen. Aquí, parece fácil argumentar que la drag queen es nada más un paradigma[26] que expone la artificialidad de la ligazón entre sexo anatómico biológico e identidad de género. No se trata hacer de la identidad de género algo teatral, sino de evidenciar la arbitrariedad de una conexión tomada como sustantiva durante algunas décadas de la segunda ola feminista. Cuando performa un género femenino, la drag queen performa la representación de todos los elementos supuestos como femeninos, y al mismo tiempo capaces de aparecer en cualquier cuerpo de modo artificial.

La segunda crítica es que entendió la performatividad de género como un simple acto de voluntad del indivíduo liberal y, por lo tanto, sin potencia de transformación política. Esta crítica está ligada a la idea que las normas serían fijas e inmutables y no habría nada que hacer frente a ellas. La propuesta de Butler, sin embargo, jamás pudo ser más contraria a esta. Considero que el objetivo de la autora no es apuntar hacia una libertad absoluta en relación a la norma cualquiera que esta sea, sino, al contrário, apuntar hacia cuánto toda norma depende de su repetición, o, dicho de otra forma, que es la repetición constante de la norma en nuestros cuerpos que fundamenta la propia norma. Es cuanto todas/os/es nosotros repetimos gestos supuestamente femeninos o masculinos que fundamentamos y a la vez transgredimos las normas de género, indicando que la estructura de la norma comporta su transgresión ahí mismo donde depende de su repetición. Es en función de la performatividad (de género) anduve sugiriendo una hipótesis, de que fue por este camino que Butler planteó la relación del sujeto con la norma en una dialética, manteniendo la tensión que muchas de las feministas que la precedieron quisieron solucionar. Performatividad como movimiento permanente de mantenimiento y subvención de las normas, conserva y al mismo tiempo supera las reglas que establece. Vengo arriesgándome a llamar de Aufhebung[27] hegeliana a los modo de Butler, o la différance, si se quiere usar el vocabulário de Derrida. Cuando propongo que pensemos la performatividad (de género) como una Aufhebung a los modos de Butler, estoy relacionando performatividad con el movimiento dialético de conservar y rebasar las normas, en tanto algo que ocurre en una grieta, en la ínfima posibilidad de diferencia en la repetición de la norma, no entendida como regla y tampoco como ley, sino como normalización.

SANTY MITO, “DAVID”. FOTOGRAFÍA TOMADA DE HTTPS://REVISTAKINGMX.COM/2019/03/28/GEORGEX-VS-SANTY-MITO/

La tercera crítica muy común es la de que la performatividad de género sería una forma de ignorar la materialidad de los cuerpos, la cual viene tanto del campo del pensamiento materialista como del campo de las teorias sociológicas del género, aunque las que, no necesariamente tributárias del materialismo, entiendan que el argumento del sexo anatómico biológico pesa sobre los cuerpos de las mujeres como factor de limitación de sus posibilidades sociales, políticas, económicas y sexuales. La jerarquia de género no podría ser entendida o siquiera superada solamente a partir de la concepción de sexo como discursivo. A esta crítica está articulada la cuarta y última crítica que pretendo presentar, la idea de que cuando propone la performatividad de género, Butler está vaciando la identidad de género y, por lo tanto, toda reivindicación de identidad en la política. Intentaré refutar estos dos puntos de una sola vez nada más porque me parece que los dos argumentos caminan juntos.

En Bodies that matter, Butler insiste en decir que su objetivo no es ignorar la materialidad de los cuerpos, sino preguntar porque la materialidad del cuerpo no puede ser, ella también, construída. El contra-argumento insiste en la ausencia de fundamento natural para el binarismo de género. Aqui, en una especie de segunda vuelta sobre las disputas del género, Butler hace de la materialidad de los cuerpos, un punto de partida para lo que llamo interseccionalidad radical, en que los cuerpos están cargados de innumerables marcadores, como raza, clase, religión, lugar de nacimiento, donde raza, edad, orientación sexual, que van más allá del sexo y género. Con eso, ella propone un desplazamiento de la centralidad de la categoria género como instrumento de crítica a las discriminaciones en la vida social, cultural y económica, para pensar en la heteronormatividad como elemento que construye y orienta la materialidad de los cuerpo. No se trata, por lo tanto, de negar la política de identidad por si misma, sino, al contrário, ampliarla al punto de abarcar todos los cuerpos cargados de marcadores de vulnerabilidad, precariedad y subalternidad, sin pretender construir con eso una universalidad. Cuando el sujeto mujer deja de ser la razón de existencia del movimiento feminista, la política pasa a hacerse alrededor de los “fundamentos contingentes”, otra de las proposiciones de Butler a las cuales también me suscribí, a fin de buscar puntos de luta en común que pudieran ir más allá de las diferencias, sin pretender algún tipo de consenso que, en el limite, es siempre violento. Si en Bodies that matter Ella estaba tentando responder a los que la criticaron por ignorar la materialidad de los cuerpos, en Mecanismos psíquicos del poder, cuyo título es teorías sobre la sujeción, ella retoma un elemento de El género en disputa, el efecto del discurso sobre los sujetos. Tras haber pasado por Hegel, Althusser y Nietzsche, Butler llega a la noción foucaultiana de asujetamiento, en la cual el sujeto se constituye en la relación con el poder al que se somete, pero es justamente ahí donde lo asujeta que también es donde lo torna sujeto.

Pasamos casi 20 años de la publicación de Gender Trouble y creo que ya podríamos aceptar que la filosofía política de Butler se desarrolló con vistas a un crítica del proyecto de normatividad como comprensión de diferentes formas de opresión, en las cuales el género es solamente una de ellas, la que visa separar las vidas que se tornarán más o menos precarias por políticas de Estado, las vidas que tienen valor y las que no tienen, las vivibles y las vidas matables. Sin embargo, para ello sería necesario comprender que la heteronormatividad no se restringe al campo de las elecciones de objetos sexuales, sino que constituye lo insoportable de la normatividad. La performatividad (de género) es formulada, entonces, como mecanismo que responde a esa disyunción doble del poder, y responde funcionando del mismo modo la paradoja asujetando y constituyendo el sujeto en su relación con las norma. Así, tal vez podamos admitir también que el pensamiento de la autora no este restringido al campo del género, aunque este campo no sea, él mismo, restringido, sino que atraviese todas las cuestiones contemporáneas de la bio y de la necropolítica.[28]

 

Lagunas temporales

Durante más de 10 años, entre 2003 y 2014, El género en disputa fue el único libro de Butler en Portugués disponible en el mercado editorial brasileño. Su segundo título traducido fue El grito de Antígona, cuya edición original era de 2001 y que en Brasil fue publicado por la editora de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) en 2014. Un año después, en 2015, Butler fue a Brasil a participar en algunos seminarios y sorprendió a los que ponían atención solamente a los problemas de las políticas de las identidades. De hecho, las palabras de Butler estuvieron más marcadas por temas recientes en su obra y por sus pliegues desde hace dos décadas, no siempre seguidos por las investigaciones brasileñas, las cuales se concentraban en los temas del género. Lo que era un abismo muy grande, que luego fue recuperado. En 2017, Butler regresó a Brasil, en ese momento como una de las organizadoras del seminario internacional los fines de la democracia: estratégias populistas, ceticismos sobre la democracia y la búsqueda por soberanía popular, promovido conjuntamente por SESC[29] de la ciudad de São Paulo, la Universidad de Berkley, donde da clases, y la universidad de São Paulo, donde tuvo como principal interlocutor al profesor Vladmir Safatle, un importante lector de Butler [en Brasil], al menos desde la publicación de su libro O cinismo e a falência da crítica,[30] [el cinismo y el quiebre de la crítica], libro en el cual dedicó un capítulo a debatir sobre la performatividad y las normas de género.

Una petición ha conseguido 400 mil firmas afirmando que la filósofa no era bien venida en Brasil. Las protestas han sido organizadas en frente a SESC-Pinheiros, donde acontecia el seminario, y una muñeca era quemada en la calle, mientras adentro Butler discutia lo que viene siendo el tema de su obra desde casi 20 años, la necesidad de crítica a la violencia de Estado como forma de mejorar los regímenes democráticos.[31] Su segundo viaje a Brasil ha servido para impulsar la traducción de otros dos libros de la autora: Mecanismos psíquicos del poder y Parting ways: Jewishness and the critique of Zionism [aún sin traducción al español], libro dedicado a recuperar los pensadores judios, como Emmanuel Lévinas y Walter Benjamin, las proposiciones éticas de no-violencia inherentes al judaísmo y hacerlo dialogar con autores palestinos como Edward Said, performatizando la coexistencia entre judios y palestinos que el texto postula. La presencia de Butler al campus de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) hablar en el lanzamiento del libro exigió refuerzos de seguridad con los mismos critérios utilizados para jefes de Estado.

Percibo que uno de los problemas en la lectura de los trabajos de Butler en Brasil está en las diferencias temporales entre sus títulos originales y las traducciones, que aún afecta el desarrollo de las investigaciones en su obra. Las políticas de traducción están directamente ligadas a la democratización del acceso a los textos y muchas veces orientadas solamente por interéses comerciales. El cuadro que sigue busca mostrar estas diferencias de tiempo, que no es exhaustiva, en una relación de todos los libros de Butler, y observa también lo que me parece estar en curso que son dos movimientos editoriales concomitantes: lo de disminuir el espacio de tiempo entre la publicación original y la traducción (ítems 11 y 15) y el de recuperar obras importantes y aún no publicadas (ítems 1, 3, 4 y 10).

CUADRO 2

 Cuando escribí sobre Antigona’s claim, mi interés era la discusión acerca de la antropología estructuralista de Lévi-Strauss y cómo, tomando a Gayle Rubin como referencia, Butler había interrogado la centralidad del tabú del incesto en la formación de las estructuras elementares del parentesco.[32]

En el debate contemporáneo acerca de qué es una familia, las relaciones heteronormativas están en el origen de la discriminación a la familias lideradas por mujeres, de las experiencias de parentalidad y de las políticas de adopción de niños por parejas homoafectivas. En 2016, luego de la traducción del libro en Brasil, retomé su lectura en un curso del Programa de Posgrado en Filosofía (IFCS/UFRJ),[33] y avancé hacia el debate de Butler con Hegel y Lacan para la pieza de Sófocles. Mi objetivo, entonces, era perseguir el tema de la distribución desigual del duelo público,[34] tal cual aparece en Precarious Life y en Marcos de Guerra. Estoy trabajando con la idea de el problema del duelo ya estaba en germen desde El grito de Antígona, aunque sólo he desarrollado después del 11 de septiembre, y que tiene la función política de hacer la ligazón entre la materialidad de los cuerpos cargados de marcadores interseccionales y la crítica a la violencia de Estado como argumento político.[35]

Considero necesario observar que Butler es una autora estudiada en Brasil de forma inter y multidisciplinar.[36] Localicé 290 maestrías y 64 doctorados en el Catálogo de Tesis de Capes[37] en una búsqueda por “Judith Butler”. Estas investigaciones utilizan la autora como referencial teórico y están en diferentes áreas, como Psicología, Derecho, Educación, Antropología, Ciencias Sociales, Comunicación, Estudios Literarios, Lingüística, Relaciones Internacionales y Filosofía. En este resultado, encontré dos tesis de doctorado y 12 de maestría con el nombre de Judith Butler en el título, lo que tomé como indicativo de maestrías y doctorados de mayor concentración en su obra.

CUADRO 3

Siete de los 13 trabajos que citan a Judith Butler en el título están en el área de la Filosofía. De este universo de los 13, me gustaría visitar algunos trabajos, por razones distintas.

Primero, por ser pionero, la tesis de doctorado presentada por Patrícia Porchat en Psicología Clínica en la USP [Universidad de São Paulo] en 2007. Aún en esta Universidad, en Filosofía, Luisa Helena Torrano, presentó tesis de maestría en 2010 articulando el pensamiento de Bultler y de Foucault. También por su aspecto inaugural, considero necesario mencionar la tesis de maestría de Djamila Ribeiro, presentada en 2015 en Filosofía en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). En Psicologia en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), la tesis de maestría de Felipe Demetri, presentada en 2018, bajo el objetivo de discutir las categorías de vulnerabilidad y precariedad en el pensamento de la autora, y buscaba cuestiones en la obra de Butler que fueran más allá del género y dialogo de modo muy cercano al trabajo de Thaís de Bakker, quien presentó una tesis de maestría en Filosofía de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ) en 2018 utilizando la obra de Butler como instrumental teórico para la crítica a la violencia del Estado-nación.[38] Para ampliar las lecturas sobre Butler hacia más allá del género, propuse y coordiné, con mi maestra Magda Guadalupe dos Santos (PUC-MG/UEMG), el Simposio Temático Más allá del género: apuntes sobre la recepción de la obra de Butler en Brasil, con 40 inscritos y 32 trabajos aceptados para participación y que fueron presentados en el 13º Congreso “Mundos de Mujeres/Seminário Internacional haciendo Haciendo el género (Fazendo Gênero)” número 11, realizado en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFCS) [en la ciudad de Florianópolis al sur de Brasil] en 2017.

Después de dibujar este panorama tan personal como político, y por eso mismo lleno de elecciones y desvíos localizados, me gustaría tratar un problema con el cual me vengo debatiendo desde que tomé la decisión de seguir el camino de Butler y ampliar mi investigación hacia mas allá de los problemas del género. Insisto en no dividir la obra de la autora en dos partes, la primera dedicada “solamente” al género y, la segunda, más amplia y, por lo tanto, menos regional, a lo que serviría para confirmar que las disputas de género en lugar de un saber que, a pesar de transversal y multidisciplinar, nunca llegarían a alcanzar un estatus de tema político. Todo debate sobre género es desde siempre político y el movimiento de la obra de Butler es justamente lo opuesto de ello: los problemas de género atraviesan toda su filosofía, sea cuando está tratando de distribución desigual del duelo público y percibe que la perdida de ciertas vidas importan menos, lo que acaba por autorizar la violencia contra ellas; sea cuando está proponiendo una “[…] alianza centrada en la oposición a la violencia de Estado y su capacidad de producir, explotar y distribuir condiciones precarias y para fines de lucro y defensa territorial”,[39] o cuando está interrogando la estructura colonial de la dominación de Israel sobre Palestina.[40] Súmase a esto la creciente influencia del trabajo de su compañera, Wendy Brown,[41] en sus más recientes textos, y tenemos en Butler una critica aguda al neoliberalismo y a sus formas de producir precariedades en políticas enfocadas en hacer todavía mas vulnerables aquellos cuyas vidas ya son tomadas como matables desde su nacimiento.

Es por este camino de crítica al neoliberalismo que ella retoma el debate sobre precariedad y vulnerabilidad en Cuerpos aliados y lucha política: Hacia una teoría performativa de la asamblea[42] y une un tema importante en el trabajo de Brown (2006), la desdemocratización, que me parece ofrece un desafío más a la lectura de la filosofía en Brasil. Butler defiende una democracia radical como instrumento de enfrentamiento con la violencia de Estado, mayor y más aguda contra géneros no inteligibles en el orden normativo. La principal tarea de una democracia radical sería enfrentar, confrontar, interrogar, cuestionar, hacer oposición a la violencia de Estado, esta que se justifica en función de la defensa de los territorios, que lucra con esta actividad y se fundamenta en la fuerza de explotación de la precariedad de los cuerpos. Con Butler, vengo argumentado que sólo habrá democracia (radical) cuando y si cualquier cuerpo —independientemente de sus marcadores— no esté desigualmente expuesto a la violencia estatal, institucional y de mercado. Uno de los puntos en debate en la filosofía de Butler cuando critica la violencia de Estado es la “ontología del cuerpo”, noción con la cual se puede pensar la distribución desigual de la precariedad de la vida a partir de marcadores de género, sexualidad y las superposiciones entre raza y clase.

En esta ontologia corporal, se vuelve imprescindible pensar de que forma la democracia está siendo movilizada con el fin de mantener la separación entre cuerpos que merecen vivir y cuerpos que merecen morir, considerando que los cuerpos de mujeres, gays, lesbias, jóvenes negros, residentes de favelas y periferias, personas trans, son cuerpos marcados y expuestos a la violencia de Estado, que poseen dos privilegios: el de crear y el de mantener indeterminada la frontera entre quién puede o quién no puede vivir. Quedaría como cuestión el intento de nombrar esta violencia cuyo origen no se limita a una fuente única —Estado, capital o derecho— ni la combinación de estas tres fuentes, pero puede emerger de cualquier lugar en contra de cualquiera.

Cuando se coloca en el contexto brasileño, el debate sobre la defensa de la democracia radical, tal cual es elaborada por Butler, expone complexidades políticas e históricas propias. Brasil carga en su cotidiano, un inmenso manantial de violencia, discriminación, prejuicio, odio, arbitrariedad, fragilidad institucional, de tal modo que a la pesadilla brasileña de expansión de fuerzas de extrema-derecha se añade el fracaso de un proceso de redemocratización incompleto.[43] Encontrar caminos para la defensa de una sociedad más igualitaria pasa por una política pública de duelo y de memoria, acerca de la cual la filosofía de Butler puede ser de gran valor. No obstante, todavía nos toca a nosotros, investigadores e investigadoras, localizar estos saberes en el contexto político y social brasileño, a partir de una perspectiva crítica que ofrezca claves de inteligibilidad para cuestiones que nos afectan.

Para concluir, me gustaría retomar a Haraway, cuando argumenta que “[…] necesitamos el poder de las teorías críticas modernas sobre cómo significados y cuerpos son construidos, no para negar significados y cuerpos, sino para vivir en significados y cuerpos que tengan la posibilidad de un futuro”.[44] En un momento en el cual todas las perspectivas de futuro parecen estar capturadas —sea por las fuerzas políticas de extrema-derecha que vienen ganando espacio en diferentes países del mundo, sea con la profundización de todos los indicadores de precarización de la vida— a mi me parece urgente hacer de esta posibilidad de futuro una tarea, siguiendo de cerca los pasos de Edson Teles, para quién, en Brasil, hacer filosofía es siempre hacer filosofía política.

 

Bibliografía

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  6. Bretas, Aléxia. Resistir nos limiares do reconhecimento: Performatividade, precariedade e o direito de aparecer. Trabalho apresentado no GT Filosofia e Gênero, ANPOF, 2018.
  7. Brown, Wendy. American Nightmare: neoliberalism, neoconservatism and de-democratization. Political Theory, v. 34, n. 6, 2006.
  8. Butler, Judith. Gender as Performance. Entrevista com Lynne Segal e Peter Osborne. RP 067, 1994. <https://www. radicalphilosophy.com/interview/judith-butler>
  9. Subjects of Desire – hegelian reflections in twentieth-century France. Columbia: Columbia University Press, 2a. Edição, 1999.
  10. Problemas de gênero – feminismo e subversão da identidade. Tradução: Aguiar, Renato. Rio de Janeiro: Record, 2003.
  11. Bodies that matter. On the Discursive Limits of “Sex”. Nova York: Routledge, 1993.
  12. Precarious life. London: Verso, 2004.
  13. O clamor de Antígona. Tradução: Checinel, André. Florianópolis: Editora da UFSC, 2014.
  14. Quadros de guerra – quando a vida é passível de luto? Tradução: Lamarão, Sérgio; Cunha, Arnaldo. Rio de Janeiro: Record, 2015.
  15. Vida psíquica do poder. Tradução: Bettoni, Rogério. Belo Horizonte: Autêntica, 2017.
  16. Caminhos Divergentes. Tradução: Bettoni, Rogério. São Paulo: Boitempo Editorial, 2017.
  17. Corpos em aliança e a política das ruas. Tradução: Miguens, Fernanda Siqueira. Rio de Janeiro: Record, 2018.
  18. Derrida, Jacques. “Os fins do homem”. Tradução: Costa, Joaquim Torres; Magalhães, António M. In: Margens da filosofia. Campinas, SP: Papirus, 1991. [Marges de la philosophie. Paris: Minuit, 1972]
  19. Faludi, Susan. Backlash – o contra-ataque na guerra não declarada contra as mulheres. Tradução: Fondelli, Mario. Rio de Janeiro: Rocco, 2001. [Backlash – the undeclared war against american women. Crown Publishers, 1991.]
  20. Fraser, Nancy. O feminismo, o capitalismo e a astúcia da história. Tradução: Costa Filho, Anselmo da; Cavalcante, Sávio. Mediações, Londrina, v. 14, n.2, p. 11-33, Jul/Dez. 2009.
  21. Fukuyama, Francis. The End of History and the Last Man. Free Press, 1992.
  22. Haraway, Donna. Situated Knowledges: The Science Question in Feminism and the Privilege of Partial Perspective. Feminist Studies, Vol. 14, No. 3, 1988, pp. 575-599.
  23. Saberes localizados: a questão da ciência para o feminismo e o privilégio da perspectiva parcial. Cadernos Pagu, n. 5, 1995, pp. 7-41. Tradução: Corrêa, Mariza.
  24. Hegel, F. A ciência da lógica. 1. A doutrina do ser. Tradução: Ilber, Christian G.; Miranda, Marloren L.; Orsini, Federico. Petrópolis: Vozes; Bragança Paulista: Ed. Universitária São
  25. Francisco, 2016. Heilborn, Maria Luiza; Rodrigues, Carla. Gênero: breve história de um conceito. Aprender – Cad. de Filosofia e Psic. da Educação, Vitória da Conquista, Ano XII, n. 20p. 9-21jul./dez. 2018.
  26. Louro, Guacira Lopes (Org.). O corpo educado. Belo Horizonte: Autêntica Editora, 2001.
  27. Mbembe, Achille. Necropolítica – biopoder, soberania, estado de exceção, política de morte. Tradução: SANTINI, Renata. São Paulo: N1-Edições, 2018
  28. Miskolci, “A teoria Queer e a Sociologia: o desafio de uma analítica da normalização”. Sociologias, Porto Alegre, ano 11, no. 21, jan/jul, 2009, p. 150-182.
  29. Rodrigues, “Butler e a desconstrução do gênero”Resenha, Revista de Estudos Fem. vol.13 no.1 Florianópolis Jan./Apr. 2005.
  30. Duas Palavras para o Feminino: Nau editora, Rio de Janeiro, 2013
  31. ______. O sonho dos incalculáveis: coreografias do feminino e do feminismo a partir de Jacques Derrida. Mestrado em Filosofia, PUC-Rio, Rio de Janeiro, 2008.
  32. ______. Rastros do feminino: sobre ética e política em Jacques Derrida. Doutorado em Filosofia PUC-Rio, Rio de Janeiro, 2011.
  33. ______. Antígona – lei do singular, lei no singular. Sapere Aude, Belo Horizonte, v.3 – n.5, p.32-54– 1º sem. 2012.
  34. Rodrigues, Carla; Heilborn, Maria Luiza. “Gênero e pós-gênero: um debate político.” Seminário Internacional Fazendo Gênero 10 (Anais Eletrônicos), Florianópolis, 2013. ISSN 2179-510X.
  35. ______. A função do luto na filosofia política de Judith Butler. In: Correia, A.; Haddock-lobo, R.; Silva, C. V. (orgs.). Deleuze, desconstrução e alteridade. Coleção XV. II Encontro ANPOF: ANPOF, p. 329-339, 2017.
  36. Rubin, Gayle. “Tráfico de mulheres: notas sobre a ‘economia política’ do sexo”, In: Políticas do sexo. Trad. DIAS, Jamile Pinheiro. São Paulo: Ubu, 2017.
  37. Safatle, Vladimir, O Cinismo e falência da crítica: Boitempo, São Paulo,
  38. Teles, Edson, Democracia e Estado de Excessão: Transição e Memória Política no Brasil e na África do sul: Editora Fap-Unifesp, 2015.

 

Notas

[1] The knowing self is partial in all its guises, never finished, whole, simply there and original; it is always constructed and stitched together imperfectly, and therefore able to join with another, to see together without claiming to be another. Cf. Haraway, Donna, Situated Knowledges: The Science Question in Feminism and the Privilege of Partial Perspective. Feminist Studies, Vol. 14, No. 3, 1988, p. 596; e Haraway, Donna., Saberes localizados: a questão da ciência para o feminismo e o privilégio da perspectiva parcial. Cadernos Pagu, n. 5, 1995, pp. 7-41. Tradução: Corrêa, Mariza 1995, p. 26.

[2] Este fue publicado anteriormente y solamente en portugués para la revista En Construção de la UERJ y cedido por la autora y por la revista para esta publicación bilingüe. [Nota de la editora]

[3] Trabajo integrante de la investigación de pos-doctorado bajo la coordinación del Edson Teles (Unifesp), a quién agradezco la interlocución en estos años de trabajo compartido. Este texto no sería posible sin la firme y afectuosa insistencia de Suely Aires, con quién me alegra tener lazos de saberes y a quién dedico el texto. Este artículo también es parte del proyecto de investigación: “Judith Butler: del género a la violencia de estas” Proyecto Joven Cientista de Faperj (2018/2020).

[4] Por sugestión de la amiga y profesora Maria Teresa Citeli, aún en los años 1990, que tuve contacto con la obra de D. Haraway. Le agradezco por los tantos años de charla, trocas afectivas e intelectuales, y los debates sobre feminismos y ciencias, campo de investigación sobre el cual nada saberia no fuera esta amistad.

[5] Haraway, Donna (1998). Situated Knowledges: The Science Question in Feminism and the Privilege of Partial Perspective. Feminist Studies, Vol. 14, No. 3, p. 33.

[6] Estoy usando Género en Disputa cuando cito a traducción brasileña y Gender Trouble siempre que me refiero a la edición original.

[7] Ibidem, p. 24.

[8] Considero ejemplar el diagnóstico de la autora: “[…] fue la prensa la primera a presentar y resolver, delante de una gran audiencia, la paradoja de la vida de las mujeres, la paradoja que se tornaría tan fundamental para el backlash: las mujeres consiguieron tanto y, todavía se sienten tan insatisfechas; la razón para todo este sufrimiento debe ser las realizaciones del feminismo, y no la resistencia de la sociedad contra estas realizaciones parciales”. (Faludi, Susan (1991). Backlash – o contra-ataque na guerra não declarada contra as mulheres. Tradução: Fondelli, Mario. Rio de Janeiro: Rocco, p. 95 (traducción modificada por mi).

[9] El reportaje que inspiró la investigación de Faludi fue una capa de la revista Newsweek que, pese a que usara datos inconsistentes, afirmaba que mujeres por vueltas de los 30 años no tenían casi ninguna chance de casarse. “The mariage crunch – if you’re a single woman, here are your chances of getting married”, Newsweek, 1986.

[10] Una de las mejores refutaciones a esa constatación puede ser encontrada en articulo de la feminista Nancy Fraser (2009)

[11] “‘Problema’ que quizá no necesite tener valencia tan negativa. En el discurso vigente en mi infancia, crear problema era precisamente lo que no se debía hacer, pues eso traería problema para nosotras. La rebeldía y su represión parecían ser aprendidas en los mismos términos, fenómeno que dio lugar a mi primer discernimiento crítico de la artimaña sutil del poder: la leí dominante amenazaba con problemas, amenazaba hasta ponernos en líos, para evitar que tuviéramos problemas. Así, concluí que problemas son inevitables y nuestra obligación es descubrir la mejor manera de criarlos, la mejor manera de tenerlos”. Butler, Judith (2003). Problemas de género – feminismo e subversão da identidade. Tradução: Aguiar, Renato. Rio de Janeiro: Record, p. 7, grifo meu. [El género en disputa]

[12] Butler, Judith (1999). Subjects of Desire – hegelian reflections in twentieth-century France. Columbia: Columbia University Press, 2a. Edição, p. xiv

[13] Butler, Judith. Gender as Performance. Entrevista con Lynne Segal y Peter Osborne. RP 067, 1994. s/p. En la misma ocasión, ella afirma: “Me parece que combatir la dualidad sexo/género a través de la teoría queer, disociando esa teoría del feminismo, es una gran equivocación”, trecho que citei en el resumen de El género en disputa, al que me permito referir. Cf. Rodrigues, “Butler e a desconstrução do gênero”Resenha, Revista de Estudos Fem. vol.13 no.1 Florianópolis Jan./Apr. 2005.

[14] Sobre la construcción y la deconstrucción del concepto de género, me permito indicar dos de mis artículos: Rodrigues & Heilborn, 2013; Heilborn & Rodrigues, 2018, y agradecer a las décadas de debate con la maestra y amiga Maria Luiza Heilborn sobre el tema.

[15] Me gustaría enfatizar este trecho de El género en disputa que considero contribuir a la comprensión del argumento de Butler al que me refiero: “la idea de que el género es construido sugiere un cierto determinismo de significados del género, inscritos en cuerpos anatómicamente diferenciados, siendo estos cuerpos comprendidos como recipientes pasivos de una ley cultural inexorable. Cuando la “cultura” relevante que “construye” el género es comprendida en los términos de esa ley o conjunto de leyes, se tiene la impresión que el género es tan determinado y tan fijo como en la formulación de que la biología es el destino . En este caso, no la biologia, sino la cultura se torna el destino” Butler, Problemas de género…, p. 26.

[16] Más recientemente, he llegado a trabajar con el término heteronormatividad, una designación más amplia para los estándares normativos que dividen las formas de vida en habitables y madurables, y demuestro que la relación entre sexualidad y género es una de las cuestiones, pero no la única, que componen el conjunto de discriminaciones en la vida social.

[17] Aquí me gustaría mencionar el trabajo de Berenice Bento, cuya potencia crítica al termino queer está asociada, en el modo como lo leo, a una crítica igualmente potente con relación a la colonialidad de las prácticas académicas en Brasil. Enfatizo el pasaje de una entrevista concedida a los investigadores/as Felipe Padilha y Lara Faciolib: “Cuando mi tesis fue publicada, fui sellada con la marca de teórica queer. Eso, para mí, fue una sorpresa, porque no me reivindicaba así, fue de fuera hacia adentro. Nunca fue un lugar que me ha dejado muy confortable, tampoco tranquila. Primero, a mí no me gusta la palabra queer. ¿Que es queer? En una ocasión de trabajo pregunté a una persona estadounidense, por e-mail, si ella era queer. Se sintió ofendida e insultada. Nunca más hablamos. En Brasil, si uno dice que es queer, la gran mayoría ni sabe de qué se trata. “Queer”, teórica queer, no me provoca consuelo. No hay ningún sentido para nosotras. En el contexto norte-americano, el objetivo fue dar un juego en la injúria, al transformar la palabra queer (maricas) en algo positivo, en un lugar de identificaciones. ¿Cuál la potencia del queer en la sociedad brasileña? Ninguna. Si digo transviado, maricón, tortillera, chapero, chichifo, joto, consigo hacer que mi discurso gane algún nivel de inteligibilidad local. El propio nombre del campo introduce algo de un pensamiento colonizado que no me agrada de modo alguno.” Bento, Berenice (2015). É o queer tem pra hoje? Conversando sobre as potencialidades e apropriações da Teoria Queer ao Sul do Equador. Áskesis, v. 4, n. 1, janeiro/junho, p. 147

[18] Enmarco el texto ejemplar de presentación del libro en el sitio web de la editora (http://www.record.com.br/livro_sinopse.asp?id_ livro=28882) : “En este libro inspirador, que funda la Teoría Queer, Judith Butler presenta una crítica contundente a uno de los principales fundamentos del movimiento feminista: la identidad”. Acerca del tema también quisiera recuperar los orígenes epistemológicos de la teoría queer: “(…) teóricos como Eve K. Sedgwick, David M. Halperin, Judith Butler y Michael Warner empezaron a emprender análisis sociales que retomaban la propuesta de Foucault, al estudiar la sexualidad como un dispositivo histórico del poder que marca las sociedades occidentales modernas y se caracteriza por la inserción del sexo en sistemas de unidad y regulación social”. Miskolci, “La teoría Queer y la Sociología: el reto de una analítica de la normalización”. Sociologias, Porto Alegre, ano 11, no. 21, jan/jul, 2009, p. 154. [Traducida al español por la editora del Dossier]

[19] Cf. Derrida, Jacques. “Os fins do homem”. Traducción: Costa, Joaquim Torres; Magalhães, António M. In: Margens da filosofia. Campinas, SP: Papirus, 1991. [Marges de la philosophie. Paris: Minuit, 1972]

[20] Observo que la mayoría de los títulos y, sobre todo, de los subtítulos de los libros de Butler son muy certeros con relación al tema que la autora pretende debatir (ver Cuadro 2).

[21] Cf. Rodrigues Carla, O sonho dos incalculáveis: coreografias do feminino e do feminismo a partir de Jacques Derrida. Mestrado em Filosofia, PUC-Rio, Rio de Janeiro, 2008.

[22] Cf. Rodrigues, Carla, Rastros do feminino: sobre ética e política em Jacques Derrida. Doutorado em Filosofia PUC-Rio, Rio de Janeiro, 2011.

[23] No he estado de acuerdo en otra parte con el argumento de que el género no concierne a la teoría psicoanalítica, y lo hago en nota por considerar que este no es el tema central del artículo.

[24] Enfatizo que hay excepciones y esfuerzos de dialogar con la obra de Butler, por ejemplo, en el Espacio Brasileño de Estudios Psicoanalíticos; en la Letra Freudiana, donde establecí intercambios, en especial con Claudia de Moraes Rego; en Outrarte/Unicamp, donde tuve la oportunidad en participar de tres encuentros y establecer puentes con mis queridas Flavia Trocoli (UFRJ) y Suely Aires (UFBA), además de la oportunidad de dialogar con las investigaciones de Pedro Ambra, Rafael Cossi y Rafael Cavalheiro. Investigadoras como Patrícia Porchat (USP), Christian Dunker (USP) y Gilson Ianini (UFMG), editor de dos traducciones de Butler en Brasil, son interlocutores que participan del recorrido de esta recepción de Butler en la teoría psicoanalítica.

[25] Judith Butler fue una de las ponentes del 10º. Encuentro de la SIPP en 2018 en Nueva York con la conferencia: “Destructiveness beyond pleasure”

http://www.sipp-ispp.org/FilesContent/pages/MultiMedia/colloquepulsions_de_mort_ici_et_ailleurs2702.pdf),

em sessão coordenada pela professora Monique David-Ménard (Un. Paris-VII).

[26] Estoy utilizando paradigma a partir de la perspectiva del filósofo Giorgio Agamben (2008), quien utiliza paradigma como método bajo el objetivo de hacer inteligibles ciertos fenómenos. En resumen, argumenta él, el paradigma depende de la posibilidad de producir, en el interior de un archivo cronológico en sí inerte, planes de separación que permitan tornarlos legibles. La figura de la drag queen es paradigmática en la medida en que permite tornar comprensible el fenómeno de la artificialidad del género.

[27] Aquí quisiera abordar una de las innumerables dificultades del término alemán Aufhebung, cuyas traducciones tienen desafiado filósofos en diferentes idiomas. Paulo Meneses, traductor [para el portugués] de la Fenomenología del Espírito de la Editora Vozes, optó por “supresión” [“suprasunção” en el portugués], término que tiene se establecido en Brasil, pesar a que no sea consenso. El traductor Emmanuel Martineu, quien tradujo del alemán al francés el curso de Heidegger sobre la Fenomenología del Espíritu, niega soluciones anteriores a él, muchas de las cuales ejercieron influencias sobre las traducciones brasileñas. “Suprimir” (supprimer), “superar” (surmonter), “rebasar” (dépasser), levantar (enlever), subsumir (sursumer) y suspender (relever), esta última propuesta por Derrida, son algunas de las hipótesis que encontramos también en los textos de y sobre Hegel en Brasil. Martineu propone la traducción de Aufhebung por assumer (asumir o aceptar) y assomption (asunción). En esas propuestas, él retoma el conocido pasaje de La ciencia de la lógica, cuando Hegel escribe: “superar [Aufheben] y el superado (el ideal) es uno de los conceptos más importantes de la filosofía, una determinación fundamental que pura y simplemente retorna por todos los lados y cuyo sentido tiene de ser aprendido de modo determinado y ser particularmente distinguido del nada. —Lo que se supera, no se torna, por ello, nada. (…) Así, lo superado es algo al mismo tiempo conservado, que apenas perdió su inmediatez, pero, por eso, no fue aniquilado. Las dos determinaciones de superación indicadas pueden ser presentadas, en términos léxicos, como dos significados de esta palabra. Pero, en este caso, sorprendentemente, debería ser el hecho de que una lengua emplea la misma palabra para dos determinaciones opuestas”. Hegel, F. A ciência da lógica. 1. A doutrina do ser. Tradução: Ilber, Christian G.; Miranda, Marloren L.; Orsini, Federico. Petrópolis: Vozes; Bragança Paulista: Ed. Universitária São Francisco, 2016, p. 98. [Traducida al español de esta cita en portugués por la traductora del artículo]

[28] Cf. Mbembe, Achille. Necropolítica – biopoder, soberania, estado de exceção, política de morte. Tradução: Santini, Renata. São Paulo: N1-Edições, 2018.

[29] SESC es una institución privada brasileña que significa literalmente servicio social del comercio y consiste en una organización de comerciantes que financia acciones sociales y de formación a la comunidad. [Nota de la traductora]

[30] Cf. Safatle, Vladimir, Cinismo e falência da crítica: Boitempo, São Paulo, 2008.

[31] Las informaciones fueron recuperadas en el trabajo de Aléxia Bretas (2018), a quien agradezco haber cedido gentilmente la ponencia que pronunció en el XVIII Encuentro Nacional de la ANPOF [Asociación Nacional de Posgrado en Filosofía] y aún no publicada.

[32] Cf. Rubin, Gayle. “Tráfico de mulheres: notas sobre a ‘economia política’ do sexo”, In: Políticas do sexo. Trad. DIAS, Jamile Pinheiro. São Paulo: Ubu, 2017

[33] La creación de una línea de investigación “género, raza y colonialidad, en 2016, en el PPGF [programa de posgrado en filosofía] fortaleció las investigaciones sobre Butler en la filosofía, pero no sólo. Amplió las posibilidades de diálogo entre género y filosofía, la lectura de feministas latinoamericanas y trabajos sobre feminismo de colonial. Hoy el PPGF cuenta con tres laboratorios de investigación dirigidos al área de Filosofía y Género: Antígona – laboratorio de filosofía y Género, coordinado por la profesora Dra. Susana de Castro Amaral Vieira, también la primera coordinadora del Grupo de Trabajos Filosofía y Género en la ANPOF [Asociación Nacional de Posgrado en Filosofía], creado en 2016; el Núcleo de Ética Aplicada, coordinado por la profesora Maria Clara Dias y pionero dentro del PPGF en el abordaje de temas relacionados al género; y el laboratorio Escritas – Filosofía, género y psicoanálisis, coordenado por mí desde 2015.

[34] Rodrigues, Carla “A função do luto na filosofía política de Judith Butler”. In: Correia, A.; Haddock-lobo, R.; Silva, C. V. (orgs.). Deleuze, desconstrução e alteridade. Coleção XV. II Encontro ANPOF: ANPOF, p. 329-339, 2017.

[35] Este es el principal objetivo del proyecto de investigación “Judith Butler: del género a la violencia de estado” (“Judith Butler: do gênero à violência de estado” ), para el cual conto con una beca del programa Jovem Cientista de Nuestro Estado/Faperj (2018-2020), del cual este artículo es parte.

[36] Agradezco la ayuda de la estimada Itala Maduell en investigación en el banco de datos de Capes. (Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior).

[37] Capes (Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior) es una fundación vinculada al Ministerio de la Educación de Brasil y actúa para la ampliación y consolidación de los programas de posgrado stricto sensu en todo el territorio brasileño. [Nota de la traductora]

[38] Nada más como comparación, investigué en el catálogo de trabajos de Capes, utilizando del mismo recurso y buscando por “Judith Butler” y analizando los títulos. Localicé 33 tesis que usan el prefijo trans (transgénero, transexual, transexualidad, personas trans) en sus títulos y 10 teses que usan el término queer.

[39] Butler, Judith (2015). Quadros de guerra – quando a vida é passível de luto? Tradução: Lamarão, Sérgio; Cunha, Arnaldo. Rio de Janeiro: Record, p. 55

[40] Cf. Butler, Judith (2017). Caminhos Divergentes. Tradução: Bettoni, Rogério. São Paulo: Boitempo Editorial

[41] Agradezco a Mario Pecheny la sugerencia de lectura de las obras de Brown y la indicación de la importancia de su trabajo al pensamiento de Butler.

[42] Butler, Judith (2018).Corpos em aliança e a política das ruas. Tradução: Miguens, Fernanda Siqueira. Rio de Janeiro: Record

[43] Cf. Teles, Edson (2015). Democracia e Estado de Excessão: Transição e Memória Política no Brasil e na África do sul: Editora Fap-Unifesp

[44] Haraway, Donna (1995). Saberes localizados: a questão da ciência para o feminismo e o privilégio da perspectiva parcial,. Cadernos Pagu, n. 5, pp. 7-41. Tradução: Corrêa, Mariza, p. 16