Resumen
La crisis del coronavirus ha desatado comparaciones de las medidas tomadas por diferentes países. En América Latina y, particularmente en México, suele evocarse a países europeos como ejemplo de las mejores formas de afrontar a la pandemia y a sus consecuencias. Sin embargo, muchos de esos ejemplos no hacen más que reproducir un imaginario colectivo sobre Europa como un modelo ejemplar. En estas reflexiones nos referimos a ese fenómeno como “la invención de Europa” como una idea que varios sectores sociales reproducen. Para explorar esta problemática ofrecemos una doble visión: por un lado, las expresiones de una Europa modélica en redes sociales y medios mexicanos y, por otro lado, una confrontación con algunas realidades europeas que están lejos del mito político que afirma su superioridad.
Palabras clave: COVID-19, Europa, invención, México, imaginario, mito político.
Abstract
The coronavirus crisis has triggered comparisons of the measures taken by different countries. In Latin America, and particularly in Mexico, European countries are often evoked as examples of the best ways to deal with the pandemic and its consequences. However, many of these examples merely reproduce a collective imaginary of Europe as an exemplary model. In these reflections we refer to this phenomenon as “the invention of Europe” as an idea that is reproduced by various social sectors. To explore this problem we offer a double vision: on the one hand, the expressions of a model Europe in social networks and Mexican media and, on the other hand, a confrontation with some European realities that are far from the political myth that affirms their superiority.
Keywords: COVID-19, Europe, invention, Mexico, imaginary, political myth.
En su ya clásica obra La invención de América, el historiador y filósofo de la historia Edmundo O’Gorman nos mostró que América no fue “descubierta” en el siglo XV, sino inventada. América, como idea, fue principalmente el producto del imaginario occidental. Y no pocas veces se consideró al continente como algo diferente y, en algunos casos, inferior.[1] Prueba de ello son las controversias que un siglo después se llevaron a cabo para saber si los habitantes de ese “Nuevo mundo” tenían alma o no. Al contrario, no se ponía en cuestión al “Viejo mundo”, autoproclamado como instancia legitimadora y dadora del ser.
Desde aquel momento en que las cuatro partes del mundo tomaron conciencia las unas de las otras respecto a su existencia,[2] Europa se colocó como un mundo modélico. Una idea que tenía, desde luego, funciones políticas. En la América Latina del siglo XIX las revoluciones de independencia y la construcción de las nuevas naciones no significaron un distanciamiento total de Europa. Los líderes revolucionarios continuaron viendo a aquel continente como un ejemplo. Por ejemplo, Francia jugó un papel importante como fuente de inspiración, e incluso España con las nuevas tendencias liberales. En este, y en muchos otros sentidos, los latinoamericanos también inventaron una idea de Europa que no pocas veces era discordante con las diferentes realidades de ese continente.
En México, no sólo la independencia fue el terreno fértil para fabricar una imagen de Europa. En el siglo XIX, Porfirio Diaz y las élites que lo rodeaban hicieron lo propio. La construcción de la nación y de la identidad mexicana se reveló en aquel periodo como un proceso bicéfalo: por un lado, se celebraban los gloriosos orígenes prehispánicos de la nación, hasta el punto de exhibir reyes y poetas aztecas en la Exposición universal de 1889 en París. Por el otro lado, Europa se convirtió en el modelo de sociedad ideal. Los funcionarios e intelectuales que viajaban a países como Inglaterra o Francia quedaban maravillados por su arquitectura, sus paisajes, la moda, el lujo, la cocina. Qué decir de la ciencia francesa, que era considerada como el culmen del conocimiento en todos los terrenos, especialmente en medicina.[3] En su afán por encontrar un modelo, se fabricaron una imagen casi perfecta de aquellas sociedades, a las que tratarían de imitar en un terreno en donde las desigualdades eran de otro orden, la población diferente y las aspiraciones bastante discrepantes.
En nuestros días, la invocación de ese ser abstracto, ideal, imaginado y deseado de una “Europa” a la medida, no ha faltado durante la crisis sanitaria mundial provocada por el coronavirus. Aunque desde luego, comienzan a aparecer signos de un cambio de percepciones, favorecida por la rapidez con que hoy nos llega la información a través de la red desde cualquier lado del mundo. ¿Qué expresiones surgen sobre esa Europa ideal? ¿Cómo se refuerza ese imaginario y cómo se da de bruces con la realidad? Son las preguntas que incitaron mi curiosidad para escribir estas reflexiones.
Desde que en México se informó de la rápida expansión del coronavirus en China y en países europeos, no dejó de sorprenderme cómo diversos de mis contactos en redes sociales afirmaban que nuestro país no estaba preparado para semejante crisis. Y no parecía estarlo como aquellos países que mal nos ha dado en llamar “del primer mundo”. Conforme fueron pasando las semanas y se pusieron en marcha las medidas de la cuarentena, seguí observando cómo continuaba expresándose en las redes ese imaginario que reza que en México se está lejos, en muchos sentidos, de Europa. De manera particular, atrajo mi atención el comentario que un contacto mío en Facebook respecto a México y Alemania. Alberto Olvera, politólogo de la Universidad Veracruzana, posteó un artículo de The New York Times a propósito de lo que ese medio estadounidense considera “la excepción alemana”.[4] Alberto Olvera Rivera afirmaba lo siguiente: que Alemania no padece la crisis como Italia o España gracias a la “anticipación, preparación, fortaleza institucional, excelente sistema médico y una disciplina social notable fundada en la confianza que la ciudadanía tiene en su gobierno. Angela Merkel, la primer ministro, dijo desde hace semanas que Alemania se enfrentaba a su reto más grande desde la segunda guerra mundial, cuando apenas tenían tres muertos”.[5] Una vez dicho esto, partió de ese ejemplo para señalar que en México falta todo lo que en Alemania hay y que, además, el presidente en turno “no entiende tampoco la magnitud de la crisis económica que ya empezó y que se va a magnificar brutalmente en los próximos meses”.[6]
Alberto Olvera, que no es el único en utilizar algún país europeo como punto de comparación, parece omitir que Alemania no es un país de hierro, con un pueblo unido y marchando triunfalmente hacia un mismo destino. Baste recordar que desde hace algunos años la extrema derecha crece considerablemente en ese país[7]. Una parte de esa derecha es reticente respecto a la Unión Europea, y estima que no tendrían por qué mostrar ninguna solidaridad frente a otros países que la componen.
La creciente de esos sectores ha provocado, incluso, el fantasma de una inestabilidad política en Alemania. Recordemos que en las últimas elecciones que colocaron a Merkel de nuevo al poder, la canciller no contó con suficientes votos. Para permanecer en sus funciones, Merkel tuvo que abandonar la presidencia de su partido (la CDU) y negociar su sucesión. Empero, a inicios de 2020 hubo un escándalo político debido a que los habitantes de la región de Turingia aceptaron los votos de la extrema derecha para que el presidente fuera elegido, a sabiendas de que en Alemania no le está permitido a la CDU realizar alianzas con la extrema derecha. Sin embargo, la nueva presidenta del partido, Annegret Kramp-Karrenbauer, no pudo impedir la aceptación de los votos de la extrema derecha. Entre varias de las consecuencias de este evento, la principal es que dicha funcionaria renunció a remplazar a Merkel como candidata para las elecciones de 2021, como estaba previsto. Todo ello dejó a Merkel en una posición de extrema fragilidad tanto al interior de su país, como frente a la Unión Europea, bien al corriente que Merkel podría “bajar del trono” en cualquier momento.
Pese a este tipo de detalles, desde el otro lado del mundo Alemania parece ser un país ideal, sólido y ejemplar. En México no se ha dudado en celebrar que en Alemania y en varios países de la Unión Europea podrían nacionalizarse diversos sectores de la industria para solventar la crisis del coronavirus.[8] Aunque si eso se planteara en México, las virulentas reacciones de algunos sectores no se harían esperar. De igual forma, en los debates en torno a las medidas del gobierno mexicano en términos de salud y de economía, se ha echado mano también de las circunstancias francesas para construir un punto de comparación aparentemente neutro. En este sentido, se evoca la manera en que el gobierno francés apoyará a negocios, ofrecerá préstamos bancarios y reducirá las contribuciones a la seguridad social.[9]
Si bien es cierto que en distintos países europeos (pero por supuesto no de la misma manera) el Estado y la economía gozan de cierta fuerza y estabilidad, la situación dista por mucho de ser ideal. Cuando se toman los países de la Unión Europea como ejemplo de receta económica o sanitaria, se hace desde un desconocimiento o una omisión de la realidad de la región. No sólo suele reducirse la Unión Europea a países como Francia, Alemania, España, Italia o Inglaterra, sino que las cuestiones migratorias, las desigualdades sociales y los conflictos políticos internos no aparecen en las comparaciones fáciles entre los mal llamados “países del primer mundo” frente a los “países del tercer mundo”. Dentro de este imaginario, en México los principales grupos empresariales que han exigido fondos al Estado echan también mano del argumento de que en Europa es lo que se está haciendo.[10] Olvidando también que si los mencionados Estados europeos pueden actuar así, es porque el sector privado jamás es condonado de pagar impuestos millonarios.
Por otra parte, la comparación entre México (o cualquier otro país latinoamericano) suele pasar también por alto que la crisis sanitaria del coronavirus ha tenido consecuencias para la estabilidad de la Unión Europea, entendida como una macro “comunidad imaginada”, por emplear el término que Benedict Anderson reservaba a las naciones.[11] Esta voluntad de unión ha sido fuertemente puesta en cuestión por el coronavirus. El patógeno invisible ha visibilizado más que nunca las fronteras reales y simbólicas que separan a los países de esa “Europa inventada” por el tratado de Maastricht de 1992, que el historiador y antropólogo Emmanuel Todd califica como la obra de aquellos que ignoran la historia y la vida de cada sociedad.[12]
En estos momentos en que los países europeos han decidido hacer frente al coronavirus a través de medidas diferentes y, en algunos casos, controvertidas, lo que tambalea es la Unión Europea, que aparece una vez más como problema, pero también como reto. Ambos aspectos resultan sin duda delicados, sobre todo debido a la presencia de nacionalismos y de egoísmos bien enraizados en cada país, tal como ha venido señalado desde hace tiempo y en diversas ocasiones el filósofo alemán Jürgen Habermas.[13] Una cuestión que no es menor, ya que justamente algunos sectores de países como Alemania y Holanda consideran hoy en día que no tendrían por qué pagar una deuda común que ayudaría a otros países europeos a hacer frente a la crisis provocada por el coronavirus.[14]
Europa, como una idea inventada no solamente dentro de las comparaciones, sino muchas veces en su propia realidad, está muy lejos de ser ese modelo que muchos añoran. No es un “primer mundo”, no es “ahí donde sí suceden las cosas”, como me señaló hace un tiempo un colega mexicano que quería emigrar a todo precio de México, al que veía como un “país bananero, tercermundista y sin futuro en ningún ámbito”, en sus propias palabras. Como mi colega, muchos conocidos y amigos me permiten observar, a través de muchas de sus creencias sobre la superioridad de Europa, que ese imaginario posee una dimensión colectiva importante. La imagen de una Europa ideal se expresa con más fuerza en momentos de crisis en que una sociedad, generalmente polarizada por sus propios debates ideológicos, busca coordenadas de orientación. Según Raoul Girardet, esas son precisamente las condiciones que vienen a reforzar los mitos políticos, “esas fabulaciones, deformaciones o interpretaciones objetivamente recusables de lo real”.[15] Sin embargo, la función de esos mitos que constituyen un imaginario compartido no es acercarse a la verdad, sino tratar de ordenar el ambiente caótico y desconcertante que ciertos eventos pueden generar, como es el caso de la pandemia desencadenada por el coronavirus. Más aun, cuando observamos con cierta atención algunas creencias que una sociedad o un grupo expresan, podemos constatar que, como advertía la historiadora Evelyn Patlagean, el límite entre lo real y lo imaginario es variable al interior de las múltiples representaciones colectivas.[16]
Así, resulta difícil admitir una comparación abstracta entre los países europeos y México o cualquier país latinoamericano, pues no sólo los contextos, la historia y el presente son diferentes, sino que la imagen que se invoca de una Europa casi ideal puede que no resista a la prueba de algunas realidades que, aunque invisibles para el ojo del que compara, existen. En esta idea he estado pensando cuando en las redes sociales (lugar en que ahora se expresan por antonomasia los imaginarios colectivos) veo muchas veces publicaciones que aseguran que, por ejemplo, en Francia los médicos sí son reconocidos o sí cuentan con los medios suficientes para atender a los pacientes graves infectados por el coronavirus. Incluso, he llegado a encontrarme con imágenes que resaltan la imagen del presidente Emmanuel Macron como un líder ejemplar, en comparación con Andrés Manuel López Obrador, o con algunos otros jefes de Estado de América Latina. Comparaciones que no tienen otro objeto que señalar que en México todo está mal.[17]
Frente a las abundantes publicaciones de ese tipo, me queda el recurso a la experiencia, al rastro de ciertos momentos o eventos. Poco antes del confinamiento, me encontraba en el centro de estudios de la Sorbona en donde llevo a cabo mis investigaciones. Una de las empleadas de la limpieza estaba llorando, pues ella, como muchas personas en este país, completan su salario con horas extras que trabajan “au black”, es decir, sin ser declaradas, sin pagar impuestos (que sería imposible), pero como única manera de ganar algo que les ayude a sobrevivir. Lo mismo sucede con estudiantes que pagan una buena parte de sus rentas con trabajos informales y que, por ahora se encuentran totalmente desprotegidos. A los sectores (muy numerosos) que viven del trabajo informal, o el subempleo, se agregan las personas sin domicilio que, si bien cuentan con el apoyo básico del Estado, dependen en mucho de asociaciones no gubernamentales para poder vivir más dignamente.
Por otro lado, no es lo mismo estar en cuarentena en París, en un barrio con muchos supermercados y comercios de primera necesidad abiertos, que en ciudades alejadas de la capital en donde los pocos supermercados se encuentran desabastecidos, en donde los transportes son escasos o peor, en donde la capacidad y los recursos de los hospitales son mucho más limitados.
De manera concreta, y más allá de lo que se cree, Francia se encuentra también en una condición política y social difícil frente al coronavirus. Desde inicios de abril se dio a conocer una importante penuria de material en los hospitales, en donde cubrebocas y todo otro material sanitario es estrictamente racionado: “nos lo racionan porque desde el inicio falta material, porque hubo robos. Ya no hay ni siquiera una caja de material por cada cuarto, como antes, y el número de cubrebocas que no están bajo llave es mínimo”, declaró Thomas Gille, neumólogo del hospital Avicenne de Bobigny en Saint Denis, uno de los sectores más desfavorecidos al norte de París.[18]
Sin embargo, la escasez de material no es coyuntural y ha sido consecuencia de las reducciones al presupuesto de los hospitales desde hace diez años, provocando que haya menos camas, menos personal y menos medicamentos, como se señaló escandalosamente en diversos medios desde 2018.[19] En este contexto surgió la “loca historia” de cómo los médicos franceses (después de los italianos) adaptaron equipo de buceo para atender a los pacientes que requerían respiradores artificiales.[20]
Por otra parte, también se ha denunciado la pauperización de la investigación en Francia que año tras año sufre importantes recortes, impidiendo el avance de significativas investigaciones en todos los ámbitos del conocimiento. Por ejemplo, el investigador Bruno Canard, del Laboratorio de arquitectura y función de macromoléculas biológicas y especialista en virus compuestos de ARN, de los que forman parte los coronavirus, advirtió que con la reducción de fondos se han perdido años durante los cuales se hubieran podido diseñar mejores maneras de hacer frente al tipo de epidemias como la del actual coronavirus.[21]
Más aun, esas quejas acompañan vienen acompañadas de una profunda desconfianza que los ciudadanos franceses tienen respecto al régimen de Emmanuel Macron y sus desatinos. Desde el otro lado del mundo, suele pasarse por alto el sentido de las protestas que en Francia revientan con cada vez mayor frecuencia. En el marco de la crisis sanitaria actual, diferentes quejas fueron presentadas contra el primer ministro Édouard Philippe y contra el ministro de la salud, Olivier Véran, por omisión de información sobre la propagación del virus, por poner en riesgo la vida de las personas y por homicidio involuntario.[22]
No me parece que ese ambiente mediático sea extremadamente diferente del que se puede observar en México o en cualquier otro país, en donde la dificultad que tenemos para aceptar un largo confinamiento nos lleva buscar todo tipo de explicaciones, comparaciones e incluso teorías del complot, otro mito político por excelencia.
Ahora bien, no quiero que se malentienda el interés por resaltar la presencia de un imaginario colectivo como si se tratara de decir que en México todo va bien, o que las medidas tomadas son perfectas o incuestionables. En el presente que hoy nos ha tocado vivir de manera planetaria, sería muy aventurado avanzar un juicio que no caiga en las profecías que el confinamiento nos tienta a vociferar. Más allá de las comparaciones, algo que podemos constatar en la situación francesa que he evocado es que la crisis del coronavirus favorece la idea de que ninguna medida parece ser suficiente, o de que las medidas ajenas son mejores. En Francia también se ha dicho que los alemanes sí están enfrentando correctamente la crisis. Olvidando, por supuesto, que Alemania ya contaba con ejemplos de lo que se puede o se debe hacer. El dilema no se le presentó ni a Francia ni a Alemania, sino a Italia, primer país que tuvo que tomar la difícil decisión de declarar una cuarentena nacional.
Por otra parte, en México, si bien el imaginario colectivo sobre la superioridad de Europa está presente en casi todas las capas de la sociedad, son ahora ciertos sectores que invocan con insistencia lo que se hace o no en países de “primer mundo”. En contraste, otros sectores, no sin ciertos tintes de nacionalismo, resaltan que en México se está a la vanguardia en las medidas tomadas frente a la pandemia. Entre estos dos polos se juega no sólo la manera de gestionar una situación límite, sino que una vez más se expresa la paradoja que caracteriza a la identidad nacional: la grandeza del mexicano siempre se exacerba, pero, al mismo tiempo, se la compara con ese espejo deformante que siempre ha representado la Europa inventada.
Finalmente, no parece descabellado recordar que para el antropólogo mexicano Guillermo Bonfil Batalla, ese sector de la sociedad mexicana hambriento de Europa constituye un “México imaginario” desconectado de su realidad.[23] Sin embargo, nunca he creído que exista un “México profundo” como solución, pues ese concepto nacionalista y arraigado en la idea de que existe una esencia pura y moralmente superior de nuestro país, sí nos acercaría a Europa… pero a la Europa que hoy añora la extrema derecha.
Bibliografía
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- “Coronavirus : la folle histoire du masque de plongée Decathlon adopté par des soignants du monde entier », en Le Figaro, https://www.lefigaro.fr/societes/coronavirus-la-folle-histoire-du-masque-de-plongee-decathlon-adopte-par-des-soignants-du-monde-entier-20200402), consultado el 17 de abril de 2020.
- “Coronavirus : les divisions de l’Union européenne la placent face à un « danger mortel » “, en Le Monde, (https://www.lemonde.fr/international/article/2020/04/01/coronavirus-les-divisions-de-l-union-europeenne-la-placent-face-a-un-danger-mortel_6035118_3210.html), consultado el 14 de abril de 2020.
- “Coronavirus : masques, surblouses… Du matériel manque toujours dans les hôpitaux”, en Le Monde, (https://www.lemonde.fr/planete/article/2020/04/02/coronavirus-masques-surblouses-du-materiel-manque-toujours-dans-les-hopitaux_6035257_3244.html), consultado el 16 de abril de 2020.
- “¿Cuál es el plan económico frente al coronavirus?”, en Letras Libres, (https://www.letraslibres.com/mexico/politica/cual-es-el-plan-economico-frente-al-coronavirus) , consultado el 11 de abril de 2020.
- “Empresarios exigen rescate otra vez, pero México no paga todavía el último cofre lleno de abusos”, en Sin embargo, (https://www.sinembargo.mx/12-04-2020/3763194), consultado el 12 de abril de 2020.
- “Face aux coronavirus, énormément de temps a été perdu pour trouver des médicaments”, en Le Monde, (https://www.lemonde.fr/sciences/article/2020/02/29/bruno-canard-face-aux-coronavirus-enormement-de-temps-a-ete-perdu-pour-trouver-des-medicaments_6031368_1650684.html), consultado el 17 de abril de 2020.
- “Germany’s far right shows its true strength: feeding political chaos”, en CNN (https://edition.cnn.com/2020/02/21/opinions/germany-political-chaos-schultheis/index.html), consultado el 11 de abril de 2020.
- “Jürgen Habermas : En Europe, les nationalismes sont de retour”, en L’Express, (https://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/jurgen-habermas-en-europe-les-nationalismes-sont-de-retour_1621409.html), consultado el 14 de abril de 2020.
- “Manque de moyens, personnel débordé… Les hôpitaux au bord de la crise de nerfs”, en France TV Info, ( https://www.francetvinfo.fr/sante/hopital/enquete-franceinfo-manque-de-moyens-personnel-deborde-les-hopitaux-au-bord-de-la-crise-de-nerfs_2726507.html), consultado el 16 de abril de 2020.
- Muñoz, Irene, “México, lejos de salir”, 19 de marzo de 2020, en Eje central, (https://www.ejecentral.com.mx/control-de-danos-mexico-lejos-de-salir/), consultado el 15 de abril de 2020.
Notas
[1] O’Gorman, Edmundo, La invención de América, Investigación acerca de la estructura histórica del nuevo mundo y del sentido de su devenir, ed.cit.
[2] Y no solo Europa y América, como generalmente se piensa. Para una historia más vasta sobre ese periodo fundador, ver: Gruzinski, Serge, Las cuatro partes del mundo. Historia de una mundialización, ed.cit.
[3] Priego Martínez, Natalia, Ciencia, historia y modernidad: la microbiología en México durante el porfiriato, ed.cit.
[4] “A German Exception? Why the Country’s Coronavirus Death Rate Is Low”, 4 de abril de 2020, en The New York Times, (https://www.nytimes.com/2020/04/04/world/europe/germany-coronavirus-death-rate.html).
[5] Comentario de Alberto Olvera Rivera en Facebook el 5 de abril 2020 (página personal).
[6] Ibidem.
[7] “Germany’s far right shows its true strength: feeding political chaos”, 21 de febrero de 2020, en CNN, (https://edition.cnn.com/2020/02/21/opinions/germany-political-chaos-schultheis/index.html).
[8] “Alemania se prepara para nacionalizar empresas si el impacto del coronavirus se descontrola”, 20 de marzo de 2020, en Economía hoy (https://www.economiahoy.mx/internacional-eAm-mexico/noticias/10429589/03/20/Alemania-se-prepara-para-nacionalizar-empresas-si-el-impacto-del-Coronavirus-se-descontrola.html).
[9]“¿Cuál es el plan económico frente al coronavirus?”,25 de marzo de 2020, en Letras Libres (https://www.letraslibres.com/mexico/politica/cual-es-el-plan-economico-frente-al-coronavirus).
[10] “Empresarios exigen rescate otra vez, pero México no paga todavía el último cofre lleno de abusos”, 12 de abril de 2020, en Sin embargo, (https://www.sinembargo.mx/12-04-2020/3763194).
[11] Benedict Anderson, Imagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, ed.cit.
[12] Todd, Emmanuel, L’invention de l’Europe, ed.cit.
[13]“Jürgen Habermas : En Europe, les nationalismes sont de retour”,17 de noviembre de 2014 en L’Express, (https://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/jurgen-habermas-en-europe-les-nationalismes-sont-de-retour_1621409.html).
[14] “Coronavirus : les divisions de l’Union européenne la placent face à un « danger mortel » “, 1 de abril de 2020, en Le Monde, (https://www.lemonde.fr/international/article/2020/04/01/coronavirus-les-divisions-de-l-union-europeenne-la-placent-face-a-un-danger-mortel_6035118_3210.html).
[15] Girardet, Raoul, Mythes et mythologies politiques, ed.cit., p. 13. (Esta y las siguientres traducciones son de mi autoría).
[16] Patlagean, Evelyn, « L’histoire de l’imaginaire », en Le Goff, Jacques (ed.) La Nouvelle histoire, ed.cit.
[17] Muñoz, Irene, “México, lejos de salir”, 19 de marzo de 2020, en Eje central, (https://www.ejecentral.com.mx/control-de-danos-mexico-lejos-de-salir/).
[18] “Coronavirus : masques, surblouses… Du matériel manque toujours dans les hôpitaux”, 2 de abril de 2020, en Le Monde, (https://www.lemonde.fr/planete/article/2020/04/02/coronavirus-masques-surblouses-du-materiel-manque-toujours-dans-les-hopitaux_6035257_3244.html).
[19] “Manque de moyens, personnel débordé… Les hôpitaux au bord de la crise de nerfs”, 28 de abril de 2018, en France TV Info, (https://www.francetvinfo.fr/sante/hopital/enquete-franceinfo-manque-de-moyens-personnel-deborde-les-hopitaux-au-bord-de-la-crise-de-nerfs_2726507.html).
[20] “Coronavirus : la folle histoire du masque de plongée Decathlon adopté par des soignants du monde entier », 2 de abril de 2020, en Le Figaro, https://www.lefigaro.fr/societes/coronavirus-la-folle-histoire-du-masque-de-plongee-decathlon-adopte-par-des-soignants-du-monde-entier-20200402).
[21] “Face aux coronavirus, énormément de temps a été perdu pour trouver des médicaments”, 29 de febrero de 2020, en Le Monde, (https://www.lemonde.fr/sciences/article/2020/02/29/bruno-canard-face-aux-coronavirus-enormement-de-temps-a-ete-perdu-pour-trouver-des-medicaments_6031368_1650684.html).
[22] “Coronavirus : au moins cinq plaintes déposées contre des membres du gouvernement”, 25 de marzo de 2020, en Le Parisien, (http://www.leparisien.fr/politique/coronavirus-au-moins-cinq-plaintes-deposees-contre-des-membres-du- gouvernement-25-03-2020-8287743.php).
[23] Bonfil Batalla, Guillermo, México profundo, una civilización negada, ed.cit.