Revista de filosofía

El apresurado acercamiento a las tecnologías como consecuencia del COVID-19 en México

1.17K

Resumen

Con este articulo se pretende mostrar que la implementación de las tecnologías en el ámbito educativo se ha buscado durante muchos años, pero nunca ha tenido los resultados esperados. Se contextualiza este problema dentro de la presente contingencia haciendo notar que esta situación se esta aprovechando para acelerar el acercamiento a las tecnologías para uso educativo. Dado lo anterior solo cabe preguntar, ¿es en realidad benéfico para la educación futura basar un plan de estudios en el uso tecnológico, partiendo desde los resultados obtenidos durante este periodo de crisis?

Palabras clave: COVID-19, contingencia, educación, tecnología, crisis, selectividad.

 

Abstract

The aim in this article is to show that the implementation of tecnology on educative ambit has were searched since many years ago, but never has have the expected results. It is contextualized in the present contingency, noticing that this situation is harnessed to acelerate the rapprochment to tecnologies for educative use. According with this, we do the next cuestion: is really beneficious for the future education to stablish a study plan with the tecnology use, based on the obtained results in this crisis period?

Keywords: COVID-19, contingency, tecnology, education, hurry, selectivity.

 

De todos los aspectos de la vida humana en los que ha tenido impacto la propagación del actual COVID-19 son dos los que más llaman la atención por su reacción contraria ante dicha crisis; por un parte el sector encargado de la salud y, por la otra, el encargado de la educación. Por parte del primero (sector salud) podemos observar la catástrofe que está significando el contagio desmedido de un virus que, a pesar de lo favorables que son las condiciones farmacéuticas, no tiene una vacuna, por lo cual vemos un colapso en los laboratorios creadores de fármacos como también una seria preocupación por la conservación de la vida humana. Esta preocupación ha llevado a que se tome como medida de prevención el distanciamiento humano, así como el resguardo en casa, esto para no propagar dicho virus, lo cual nos lleva al segundo aspecto antes mencionado, el educativo, pues vemos que, a pesar de la situación de resguardo, se han tomado medidas alternativas para no presenciar una crisis educativa a la par que se vive una crisis de salud.

Dichas reacciones en las que se ha llamado la atención tienen consecuencias de suma importancia en diversos aspectos de la vida cotidiana, pensando esta cotidianidad después del resguardo en casa, ya que por parte del sector salud observamos una crisis muy significativa en sus puntos más importantes de salubridad, aunque se tenga en mira la esperanza de que, pasada la cuarentena, se tendrán las capacidades medicas como también los medios, para poder enfrentar un virus que expone a tan severos riesgos nuestra salud. Sin embargo, en vistas del sector educativo podemos observar que esta crisis ha sido afrontada con las medidas tecnológicas con que contamos, reduciendo el impacto de dicha crisis en el ámbito educativo, mostrando que gracias a los medios tecnológicos actuales se puede hacer frente, en materia educativa, a un resguardo tan riguroso como el vivido hasta el momento.

En palabras resumidas podríamos decir que la confianza puesta en ambos sectores es distinta, ya que en lo concerniente a la salud confiamos esperando una futura solución, mientras que en el ámbito educativo confiamos desde el acto presente como la mejor solución para afrontar una posible crisis educativa, de modo que la confianza puesta en las tecnologías para uso educativo es, por mucho, distinta a la confianza o esperanza puesta en el ámbito de la salud, pues la esperanza de contrarrestar el COVID-19 se presenta como una posibilidad futura, mientras que la confianza puesta en las tecnologías es muy presente.

Dicho lo anterior cabe resaltar el beneficio que ha significado el acercamiento al conocimiento tecnológico que se ha perseguido durante tantos años, viendo sus efectos favorables en esta crisis. Sin embargo, el acercamiento tan apresurado a estas tecnologías, tal como lo estamos presenciando, puede mostrarnos diversos matices que valen mucho la pena analizar para poder justificar sí en realidad la confianza puesta en las tecnologías es la mejor alternativa para el desarrollo educativo en nuestra sociedad.

 

Las medidas de prevención ante el contagio

Desde los primeros brotes registrados por el contagio del COVID-19, tanto la OMS como cada organización encargada de la salud se veían enfrentados ante un virus con una tasa de propagación incontrolable al grado de declararla, a los pocos meses de sus registros, como epidemia, lo cual significaba un alto riesgo para la población en general. Ante dicha situación, organismos de distintas naciones optaron por una solución que pronto sería tomada como medida de prevención aprobada por la OMS. Esta medida, aunque radical pudiese parecer, fue tomada y llevada a cabo en diversas ciudades mundiales; así, grandes metrópolis del mundo quedaron, en su mayoría, desoladas, sin habitantes que recorrieran sus calles, pues todos los ojos estaban pegados a la ventana sin salir de ella, evitando así el contacto humano y con ello la propagación de tan peligroso virus.

Esta medida de prevención fue implementada de manera urgente ante los índices tan altos que se venían registrando por contagios de COVID-19, lo cual provocó que, para llevarla a cabo en su totalidad, diversas actividades sufrieran un fuerte cambio, pues se veían obligadas a cumplir con una medida tan urgente que llevaba a plantearse soluciones de similar urgencia y con demasiado apuro. Actividades como las llamadas “compras de pánico” o el desabasto de insumos médicos, dieron cuenta de manera inmediata del impacto que tendría llevar a cabo una medida de prevención tal como lo era el resguardo en el hogar, al que se nos estaba invitando. Y como con cualquier otra actividad, tanto los contagios como esta medida de prevención se elevaron a tal grado que el virus ya es una pandemia y el resguardo en casa se consideró, rápidamente, como una cuarentena obligada.

La urgencia de una medida como la cuarentena ha ofrecido a nuestros ojos imágenes que reflejan el apresuramiento a realizar diversas actividades, ya que es un apresuramiento que viene con la misma medida y que se les impregna a todas las actividades humanas. Y así como se puede notar este apresuramiento, puede notarse también que la cuarentena no es llevada a cabo por todos, pues existe un índice muy considerable de la población que no puede apegarse a las indicaciones dadas ya que las condiciones económicas lo dificultan, mostrando que, además del apresuramiento, esta medida de salud es posible solo para cierto grupo social, como si se tratara de una condición selectiva, donde la otra parte se ve fuertemente afectada por la economía como también expuesta al contagio del virus. Y aunque se comprende que no se tenía prevista una cuarentena como medida urgente, debería comprenderse también que, lamentablemente, no se cuenta con la capacidad de cumplir una cuarentena a nivel nacional.

 

Impactos de la cuarentena en al ámbito educativo

En medio de este escenario se encuentra el sector educativo, altamente afectado por la cuarentena, pues el resguardo en casa significa una ausencia de alumnos y profesores en las aulas. Las escuelas cierran sus instalaciones y con ello detienen la propagación del COVID-19, pero la enseñanza no puede detenerse, debido a lo cual se opta por servirse de las tecnologías actuales para continuar con el curso educativo. Y así como la cuarentena era una posible forma de evitar los contarios y posteriormente fue tomada como medida de seguridad muy seria, así el uso de los recursos tecnológicos pasó a convertirse, de una alternativa para la educación a un medio esencial para continuar o, al menos, concluir este ciclo escolar. Entonces, el sistema educativo ha optado por confiar el resto del ciclo escolar a la educación en línea, sirviéndose del actual conocimiento que de ello hay, como también adecuándose a la contingencia.

De esta manera, parecería que confiar y servirse de las tecnologías para uso educativo ha sido la mejor opción para hacer frente a dicha crisis. Motivo por el cual cabría resaltar la labor docente, como también el impacto que han tenido las tecnologías para la educación y divulgación de contenido educativo en general, ya que es un proyecto que se ha venido trabajando desde hace cuatro décadas y que, precisamente en estos momentos de tomar decisiones urgentes, muestran los grandes avances que se han tenido en materia tecnológica, mostrando sus resultados en el uso de computadoras, celulares, tabletas y demás dispositivos, como a su vez, el fácil acceso a plataformas digitales que ofrecen clases en tiempo real, tutoriales, textos y diverso material educativo multimedia.

Y aunque, mínimamente, durante el corto periodo en que se ha puesto en marcha este apresurado acercamiento a las tecnologías, tanto los resultados como la iniciativa parecen ser muy favorables, en cuestión del contenido a transmitir o el alcance que pueda llegar a tener esta alternativa, dista bastante de ser favorable para el avance educativo en México. Dado que el problema del acercamiento al uso de las tecnologías es algo que se ha estado trabajando desde hace unos años, la contingencia actual parece ser tomada como el proceso de implementación forzado de los medios tecnológicos, siendo aprovechada para acercar apresuradamente a profesores y alumnos a estos diversos medios, con la intención de frenar o prevenir una crisis educativa.

Este objetivo fue planteado desde finales de la década de 1980 y se comenzó a trabajar fuertemente en ello a principios de 1990, tratando de instaurar el uso de computadoras y dispositivos digitales para uso educativo. Sin embargo, no se ha podido lograr a cabalidad debido a diversos factores y, por ende, el acercamiento a las tecnologías sigue siendo un objetivo por cumplir, lo cual se busca con el proyecto de la reducción de la brecha tecnológica.

Bajo este contexto se crea la muy reciente Agenda Digital Educativa que, de acuerdo con esta, nos informa que los procesos tecnológicos para la educación han sido el objetivo buscado por múltiples programas e iniciativas nacionales tales como Microsep (1980), Red Edusat / Telesecundaria satelital (1994-1995), Red Escolar (1995-2006), Universidad Abierta y a Distancia de México (2012), @prende 2.0 (2016-2017), o el Programa Habilidades Digitales Para Todos, del cual cabe resaltar que

la implementación del programa se vio afectada por dificultades administrativas, falta de claridad en las reglas de operación, no contextualización del programa en cada una de las realidades del país y la necesidad continua de impulsar la transformación en las prácticas docentes para promover el desarrollo de las habilidades digitales de los estudiantes[1]

o el programa Enciclomedia, que tenía como objetivo el contenido educativo para alumnos del 5° y 6° de primaria, pero que tampoco se logró implementar ya que

El programa no consideró elementos de inclusión, con los cuales todos los estudiantes pudieran acceder a los contenidos. Además, priorizó la apariencia sobre la calidad del contenido y no proveyó nuevas formas de interacción o de aprendizaje con los recursos tecnológicos. Por otro lado, la capacitación hacia los docentes fue insuficiente, lo que, en muchos casos, generó que el equipamiento no se utilizara. Otra causa de que el equipamiento no se utilizara fue que las escuelas carecían de lo mínimo necesario para echarlo a andar, como piso firme, techo y electricidad.[2]

Estos han sido, por mencionar algunos, los programas con los cuales se ha buscado implementar el uso de dispositivos digitales y reducir la brecha tecnológica en el ámbito educativo, sin embargo, ninguno ha logrado tener el impacto esperado.

Y aunque la búsqueda por la reducción de la brecha tecnológica ha sido turbada en diversas ocasiones, la Agenda Digital Educativa deja muy claro que este objetivo sigue siendo el mismo y que, además se buscarán los métodos necesarios para llevar a cabo una difusión del uso de las tecnologías para fines educativos, y que esto “…contribuya a cerrar la brecha digital y las desigualdades en la población”.[3] Así, esta Agenda se muestra como el nuevo programa para incluir el uso de las tecnologías de manera efectiva en las practicas escolares, ya que “con la Agenda Digital Educativa se promoverá el impacto en la comunidad a partir de la formación y capacitación de maestras y maestros en habilidades, saberes y competencias necesarias para el uso de las TICCAD[4]”.[5]

A pesar de que la Agenda fue presentada antes de esta contingencia, bien puede notarse la importancia que significa el acercamiento a las tecnologías para uso educativo. Teniendo bien presente el combate a la brecha tecnológica, esta Agenda propone una educación con miras a clases virtuales, espacios digitales para evaluar cursos, seguimiento de información a través de dispositivos móviles, entre más prácticas, aprovechando todo momento para fomentar este acercamiento.

Es en este punto donde se puede ver más claramente el impacto que tuvo y está teniendo la contingencia en el sector educativo, pues al enfrentar una crisis de esta magnitud se opta por acelerar los procesos de relación con las tecnologías, apresurando el acercamiento a estos medios que son, sin embargo, ajenos a muchos profesores o que se hayan fuera del alcance de muchos alumnos. Visto desde esta perspectiva, la contingencia puede ser tomada (y parece que así lo será) como la oportunidad para demostrar la importancia que tienen las tecnologías en el campo educativo, para así aprovechar esta cuarentena y acelerar los procesos de educación digital en el acercamiento apresurado a programas tecnológicos y digitales, pues la cuarentena es la ocasión perfecta para apreciar la importancia de una educación virtual en nuestras instituciones, lo cual ya se venía buscando y se tenía planeado como objetivo desde hace años.

 

Las competencias como factor selectivo en la educación virtual

Cabe resaltar, además, que el modelo educativo actual está basado en las competencias, con las cuales se busca enfrentar a los estudiantes a situaciones reales e impulsarlos a crear soluciones desde su propia individualidad. De esta manera, el alumno percibe el problema y su posible solución basándose en diversas herramientas y experiencias que pueda tener sobre el mismo. Pero la estrategia por competencias no solo trata del alumno, sino que también involucra al docente, ya que es quien contextualiza al alumno y lo enfrenta al problema, ofreciéndole herramientas y mostrándole su uso para poder solucionar dicha problemática.

Se puede ver, entonces, que el modelo educativo basado en la competencia implica la colaboración del alumno como del docente, dirigiendo siempre la enseñanza a una posible solución de un problema cotidiano, lo cual requiere que los docentes estén al margen de todo avance científico y tecnológico que pueda tener una repercusión en el entorno, para poder contextualizar un problema y a la vez ofrecer las herramientas (y su uso) que facilitan alguna solución; como por parte del alumno se requiere el contacto con los efectos de dichos avances científicos y tecnológicos para que al docente se le facilite la explicación de un tema con un impacto real en la vida cotidiana del alumno. En palabras propias del precursor de dicho método, Sergio Tobón nos dice que

Se necesita entonces que el docente se forme en nuevas maneras de mediar la formación y que aplique los procedimientos de apoyo más pertinentes, de acuerdo con las metas educativas, el ciclo vital de sus alumnos y las políticas de educación vigentes. Esto es esencial para elevar el rendimiento académico de los estudiantes y así posibilitar que posean las condiciones indispensables para afrontar los retos del contexto actual y futuro. […] De esta forma consideramos al docente como un profesional de la mediación y la dinamización del aprendizaje, y al estudiante, como un sujeto creativo de su formación integral y aprendizaje de las competencias.[6]

Tenemos entonces, en su conjunto, un sistema educativo que se basa en las competencias y un acercamiento muy apresurado a las tecnologías, lo cual se justifica siendo tomado como la mejor forma de afrontar un problema que está aconteciendo en la vida real. En otras palabras, la contingencia se visualiza como el problema como el problema al que se deben enfrentar alumnos y docentes y que, basándose en el modelo por competencias, pretenden solucionar conforme al uso de herramientas y medios tecnológicos a los que se ha tenido acceso, ya que es un problema que acontece en este contexto y desde este mismo deberían saber crear soluciones. Así, la competitividad educativa tiende a hacer que tanto el alumno como el maestro busquen los medios adecuados, pero de manera apresurada, para poder llevar a buen término el ciclo escolar, lo cual obliga a acelerar el proceso de digitalización en el ámbito educativo, proceso que se ha buscado durante muchos años y que se permite o se justifica con un modelo educativo como el actual.

La visión de este modelo competitivo se adecua a la perfección con la presente contingencia, ya que se piensa como un problema a solucionar valiéndonos de las herramientas que tengamos, y dado que las más cercanas a nosotros son las tecnologías, se muestran como la mejor opción que se tiene para enfrentar una problemática tan grave como lo es la pandemia. Es decir, la contingencia es aprovechada como problemática planteada a la educación para apresurar el acercamiento a las tecnologías y esto, a su vez, queda justificado por el modelo educativo basado en competencias como la mejor solución que se pudo tener para dicha problemática. El modelo educativo necesitaba una problemática real tanto como la Agenda Digital Educativa necesitaba un proceso para acelerar el acercamiento a la educación digital; para ambos casos, la contingencia es el momento ideal.

Sin embargo, este apresurado acercamiento basado en la competitividad dista aun de ser la mejor solución para la educación nacional ya que, como se mencionó con anterioridad, no todos los alumnos ni todos los docentes tienen un fácil acceso a dichos medios. Recordando palabras antes mencionadas, así como la cuarentena parece ser llevada a cabo en su cabalidad por cierto porcentaje de la población, la educación digital podría ser pensada de la misma manera, ya que cierto porcentaje de docentes como de alumnos pueden acceder y manejar correctamente ciertas plataformas o, en el más lamentable de los casos, no existe la facilidad de contar con la disposición de un dispositivo tecnológico; si fuera el primero de los casos, donde no hay un conocimiento suficiente de las plataformas digitales, bien podríamos esperar los resultados de acuerdo al uso constante de dichas plataformas, pero si es el segundo caso, donde no se dispone de un dispositivo para uso, los furos resultados en la educación no parecen tan favorables.

Una vez más resalta a la vista que el desarrollo de soluciones parece tener un aspecto selectivo, pues, así como la cuarentena no es llevada a cabo por todos, la educación virtual puede complicarse debido a factores externos a los propiamente educativos; lo cual nos lleva, por parte del incumplimiento de la cuarentena, a una tasa muy elevada de contagios por COVID-19, así como en el caso de la educación digital, un rezago educativo que tendría su impacto en las generaciones futuras.

En este sentido, las competencias muestran un tinte de selectividad ante esta solución, tanto del lado estudiantil como del lado docente. Y aunque la alternativa no sea del todo reprobable, será muy apresurado afirmar que ha sido lo mejor en el ámbito educativo solo porque dio o pueda dar ciertos resultados durante esta cuarentena. Más arriesgado sería aun si se tomaran estos resultados como argumentos serios para la implementación tecnológica en la educación, pues se estaría instaurando un modelo educativo que ha sido trabajado durante muchos años basándose en los resultados que tuvo frente a una urgente medida de salud como lo es la cuarentena, sin dar mayor atención a las deficiencias y puntos por mejorar para que esta iniciativa tenga grandes alcances y sea de calidad.

Parece que la cuarentena ha sido aprovechada para acelerar un proceso que se tenía en miras desde hace años, lo cual es favorable solo en esta situación en concreto, es decir, ante un evento de esta magnitud, este acercamiento tan apresurado que estamos viviendo docentes y alumnos ha tenido resultados pero solo relativamente, ya que sobresalen dentro de otros sectores en crisis que no tienen alternativas pero que el ámbito educativo si ha encontrado, lo cual nos hace confiar en esta alternativa de un modo muy convincente, pues tenemos muy presentes las crisis de otros aspectos. Pero en realidad esta alternativa está lejos todavía de satisfacer y ofrecer por completo una educación de calidad. Esto no significa que sea inútil o que no merezca ser intentado, solo cabe recordar que es un proyecto que se ha buscado por muchos años y que, hasta antes de la cuarentena, los resultados no eran muy favorables.

Sumado a lo anterior podemos pensar que esto no solo se debe a la falta de docentes capacitados, sino que también se presentan los casos donde no hay un fácil acceso a los medios digitales o, los profesores con una larga carrera docente a quienes se les complica el acercamiento a plataformas virtuales o el manejo de dispositivos tecnológicos, lo cual puede significar un motivo mayúsculo para justificar despidos o diferencias en el salario (temor muy presente en la comunidad docente). Por parte de los alumnos, las situaciones se complican con tanta variación como familias hay en México, considerando innecesario mencionar los casos más evidentes y a los que todos tenemos contacto al menos desde la zona metropolitana, esto podría significar un rezago o deserción educativa muy grave.

Es por esto por lo que aquí se considera este acercamiento como un proceso muy apresurado para instaurar las tecnologías en el ámbito educativo. Y aunque es verdad que se están teniendo resultados en la actual contingencia, estos resultados son buenos solo en comparación con las crisis que estamos presenciando en otros aspectos. De acuerdo con esto, sería muy arriesgado para el sistema educativo tratar de implementar de manera definitiva a las tecnologías como medios fundamentales para la educación, pues se estarían basando en los resultados que se pueden obtener durante este periodo de crisis, mientras que la realidad nos dice que, antes de esta crisis, este proyecto seguía contemplado solo como un nuevo intento. Esto permite pensar que, después de la cuarentena, se habrán tenido buenos resultados por ser un proceso acelerado en medio de una crisis pero que, en realidad, faltan muchos ajustes por hacer y diversos puntos en los cuales trabajar.

 

Bibliografía

  1. Agamben,Giorgio, et al., Sopa de Wuhan, ASPO, Argentina, 2020.
  2. Bazant Mílada, Historia de la educación durante el porfiriato, Colegio de México, México, 2014.
  3. Russel, Bertrand, Escritos básicos II, Artemisa, México, 1985.
  4. SEP, Agenda Digital Educativa, [en línea], México,

(https://infosen.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/64/2/2020-02-05-1/assets/documentos/Agenda_Digital_Educacion.pdf) consultada el 9 de abril de 2020 SEP, México, 2019.

  1. Tobón, Sergio, et al., Secuencias didácticas: aprendizaje y evaluación de competencias, PEARSON, México, 2010.

 

Notas

[1] SEP, Agenda Digital Educativa, Antecedentes, p. 45.
[2] Idem.
[3] Ibidem, p. 23.
[4] Tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digitales
[5] Idem.
[6] Tobón, Sergio, Secuencias didácticas: aprendizaje y evaluación de competencias, Presentación, p. VIII.